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‘Parques de Papel’ o ‘Paper Parks’ es un término anglosajón que hace referencia a las áreas protegidas en documentos, pero que en la práctica continúan sufriendo a causa de las amenazas. Es decir, territorios protegidos únicamente en el mapa.

Lo anterior ocurre cuando no hay políticas concretas de salvaguardia, cuando las actividades para la preservación no se cumplen o cuando simplemente resultan insuficientes para los ecosistemas.

En la Región Caribe hay 16 parques naturales declarados como Áreas Protegidas, ocho de ellos de carácter nacional, como el Tayrona y la Sierra Nevada, y ocho regional, como El Ceibal y Los Rosales (ver listado).

En total son 39.000 hectáreas de parques regionales protegidos, según estadísticas suministradas por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, Sinap. De ellas, el 90% se encuentran bajo amenazas (35. 825 hectáreas).En el caso de los Parques Naturales Nacionales de la Costa, del 1’216.275 hectáreas protegidas, al menos 574.299 están en un estado crítico, lo que equivale a un 42% de esa área en amenaza.

'Tenemos todas las normas que quieras, pero luego no tenemos la capacidad logística, los recursos económicos y el control necesario para hacer viable la protección, ni tampoco hay educación ambiental suficiente en la región', advierte Luis Carlos Gutiérrez, líder del grupo de Biodiversidad del Caribe y vicerrector de Investigación de la Universidad del Atlántico.

Según el experto, si bien con las declaratorias y los planes de manejo actuales se intenta proteger los ecosistemas, 'va uno a revisar los territorios y se encuentra con actividades como la invasión, la deforestación, la extracción de animales y otras ilícitas que no son compatibles con lo que dice el papel, como si todo quedara nada más allí'.