El Heraldo
Decenas de personas esperan por información de sus seres queridos en la Clínica General del Norte. Mery Granados
Atlántico

La odisea de conseguir una cama uci en Barranquilla

EL HERALDO conversó con varias familias que viven un calvario para encontrar un cupo en cuidados intensivos en medio del tercer pico de la pandemia.

Es una escena plagada de dolor y desesperación que se repite a las afueras de casi todas las clínicas y hospitales. Un momento marcado por la angustia y la frustración generadas por la imposibilidad de conseguir un cupo en alguna unidad de cuidados intensivos.

Una agotadora lucha contra el tiempo, aquel que corre a toda prisa mientras el silencioso virus sigue avanzando con precisión, dejando serias secuelas en el huésped que ahora habita.

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Es un recurso valioso para salvar una vida. Por eso no es un esfuerzo en vano. Tocan y tocan puertas en búsqueda de una respuesta: encontrar un cubículo para trasladar a su ser querido, con toda la esperanza puesta en su recuperación.

Esa ha sido la motivación que Addy Blanco Consuegra ha tenido durante los últimos días para hallar –como si se tratase de una aguja en un pajar– una cama de cuidados intensivos para su madre, Victoria Consuegra de Blanco, quien el último día de marzo fue diagnosticada como paciente positivo para covid-19.

Varias personas en la puerta del Hospital de Barranquilla.

La hospitalización de Victoria en el Hospital de Barranquilla estuvo antecedida por una serie de síntomas leves, que se fueron agudizando con el pasar de los días.  En aquel lugar, la adulta mayor empezó a tener complicaciones en su salud, al punto de que los niveles de oxígeno en la sangre descendieron a 55, lo que precipitó el ingreso a uci.

Desde ese momento inició el calvario para encontrar una cama de uci desocupada. En el Camino Adelita de Char fue localizada una de ellas, pero las demoras en el traslado precipitaron que fuese ocupada por otro paciente.

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“Aquí los pacientes gritan, esperando ser atendidos, pero nadie hace nada. Los médicos no dan abasto para atender a todas las personas que están acá dentro”, sostuvo Addy mientras cuidaba a su madre en el mencionado centro hospitalario.

Las peticiones en redes sociales y mensajes a amigos que podían tender una mano permitieron localizar otra cama, esta vez en Soledad. Es por eso que este grupo familiar, haciendo un esfuerzo económico de grandes proporciones, contrató una ambulancia para evitar que dicha oportunidad se esfumara por el “colapso” que ha tenido el sistema hospitalario a causa de este tercer pico.

Filas se han registrado en esta sede de la EPS Sura.

Otro caso

Para los De la Rosa  Borrás, este calvario inició el 27 de marzo. Ese día, Judith –la progenitora y “piedra angular” de la familia–  fue llevada de urgencias. Aquel resfriado común se fue convirtiendo, con el transcurrir de las horas, en un cuadro mucho más agudo, lo que encendió las alarmas de sus hijos.

Al momento de llegar al servicio médico, el avance del virus empezó a generar estragos. Por eso era necesario intubar a la mujer, en un desesperado esfuerzo del cuerpo médico para conservar su vida. Pero el alto número de enfermos graves fue una especie de “piedra en el zapato” para encontrar un cubículo disponible.

Durante dos días recurrieron a distintas estrategias, sin tener éxito en su cometido. Incluso, contemplaron la posibilidad de aceptar un traslado a otra ciudad, aún cuando sabían el alto riesgo que conlleva.

Aspecto a las afueras de la Clínica de la Costa.

Pero su sufrimiento no finalizó en ese momento. Después de empezar a responder al tratamiento y tener mejorías ante el covid, tuvo un paro cardíaco que puso en riesgo su integridad. Por eso era necesario someterla a una operación y, por ende, su traslado hasta otra uci.

“No fue algo fácil. Nos demoramos cerca de dos días en localizarla porque el número de enfermos graves ha ido en crecimiento durante los últimos días”, expuso la joven, quien confía en que su progenitora recibirá –en los próximos días– el alta médica.

Diego Pinto también ha vivido una semana difícil. En solo seis días, su madre Ana Sofía Páez tuvo complicaciones en su salud a causa de la covid-19. Por eso fue necesario su ingreso a uci, algo “imposible” por la alta cantidad de solicitudes.

“A ella la querían poner en una lista, esperando disponibilidad. Movimos cielo y tierra para encontrar una cama en el menor tiempo posible y fue llevada al Cari. En ese momento no aparecía la remisión, ahí fue acomodada en el hospital de campaña para estabilizarla; después la llevaron a uci intermedio y como no mejoró fue llevada a otro piso y estamos esperando su evolución”, recordó.

Indicó que el panorama ha sido complejo por el crecimiento de casos, pero que lo último que pierde es la fe de volver a ver sana a su progenitora.

Sin visitas a enfermos

Los familiares de pacientes con otras patologías también aseguran vivir un drama debido a las restricciones que deben cumplir para saber sobre el estado de salud de sus seres queridos.

Stefanny Trespalacios aseguró que desde el pasado domingo no ha podido volver a ver a su papá, Rafael Trespalacios, quien se encuentra hospitalizado en  la Clínica La Misericordia debido a un incremento en sus níveles de azúcar.

“Ese día recorrimos cinco clínicas. En algunas nos dijeron que no tenían capacidad para atenderlo; en otras no contaban con el personal disponible”, expuso Trespalacios en diálogo con EL HERALDO.

Explicó, además, que “es una situación que se presenta con todos los familiares; el trato del personal médico no ha sido el mejor”.

2.752 contagios y 55 muertes por covid en Atlántico

El Ministerio de Salud y Protección Social confirmó este miércoles 11.381 nuevos casos de coronavirus, con lo cual el acumulado aumentó a 2.479.617 contagios. En la jornada también hubo 243 muertos para un acumulado de 64.767 personas fallecidas. En Atlántico la curva de contagios continúa ascendiendo, en el más reciente informe se registraron 2.752 contagios y 55 muertes.

De esa cifra 776 casos se presentaron en los municipios y 1.976 en Barranquilla. En el más reciente reporte, a la capital del Atlántico solo la supera Antioquia y Bogotá.  Sobre los decesos, 9 ocurrieron en Soledad, 2 en Palmar de Varela, 2 en Galapa, 1 en Luruaco y 1 en Baranoa. Por su parte, Barranquilla sumó 40. En el país continúan activos 60.847 contagios, mientras que 2.345.471  casos han sido contabilizados como recuperados.

Las autoridades distritales y departamentales han informado que si los casos continúan en aumento, a pesar de las medidas decretadas, se dispondrán nuevas acciones para evitar el colapso del sistema de salud.

En la jornada fueron procesadas 52.917 muestras, de las cuales 32.846 fueron del tipo PCR y 20.071 de antígenos, para un total de 13.042.268 de pruebas practicadas.

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