Iglesias del Atlántico preparan protocolos para su reapertura
La Arquidiócesis de Barranquilla dio las líneas generales de bioseguridad. Los saludos de manos, abrazos y besos quedan restringidos temporalmente.
Desde el pasado 1 de septiembre el Gobierno Nacional permitió la reapertura de iglesias y cultos religiosos, ya sea en municipios de baja, moderada o alta afectación de Covid-19, siempre y cuando no impliquen aglomeraciones, no superen la presencia de 50 personas y aseguren el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad expedidos por el Ministerio de Salud y Protección Social.
Sobre el anuncio, Dimas Antonio Acuña, párroco de Nuestra Señora de Torcoroma, aseguró sentirse “muy alegre” por lo que está pasando y por el encuentro de “los hermanos de toda la feligresía en el templo parroquial” después de “un largo tiempo” sin la comunidad.
“Uno experimenta –ante esta situación– una necesidad enorme porque nosotros los sacerdotes no somos nada sin la comunidad y la comunidad no es nada sin el sacerdote, por eso es mucho el amor que existe y que viene de parte de Dios”, dijo el párroco.
Dio a conocer que en la iglesia cuentan con el protocolo de bioseguridad exigido por el Ministerio de Salud.
Por su parte, Mauricio Rey, párroco de la Divina Misericordia, indicó que tienen un equipo que se encargará de la desinfección del templo, antes y después de la celebración eucarística.
Aseguró que cuentan con los equipos e instrumentos para la reapertura como los termómetros infrarrojos, los tapetes de desinfección de los pies, los lavamanos portátiles, el dispensador de gel antibacterial, señalización interna y externa sobre el uso de tapabocas y distanciamiento social, entre otros.
Explicó que les autorizaron un aforo de 50 personas y que estas podrán registrarse a través de un enlace para tener control del acceso al templo religioso.
Se organizarán en cada parroquia los equipos parroquiales de bioseguridad, que colaborarán en las diversas fases del proceso para las celebraciones en los templos: divulgación del protocolo de bioseguridad, control de ingreso, ubicación de los fieles en el templo, servicios en las ceremonias, control de salida, desinfección y aseo del lugar, control y vigilancia del cumplimiento de la normativa vigente.
La Arquidiócesis de Barranquilla explicó que antes de las misas se hará la desinfección general del lugar y de los elementos de culto. Los fieles deberán inscribirse previamente, se tendrá una planilla de participantes, se tomará la temperatura, se desinfectarán las manos y los zapatos y se exigirá el uso adecuado del tapabocas.
Durante la celebración se tendrá en cuenta la ubicación de las personas y rutas demarcadas, para permanecer siempre a dos metros de distancia, la manipulación de elementos se hará por una persona distinta.
Después de la eucaristía, habrá una logística de evacuación para evitar aglomeraciones, se limpiará y desinfectará el recinto después de cada celebración y se restablecerán los productos de bioseguridad.
Invitaron a los fieles a no saludar de mano y no dar besos ni abrazos. Sobre la manipulación de los elementos usados en la celebración como libros, micrófonos, corporales, purificadores, cáliz y otros, dijeron que una sola persona debe disponerlos antes de la celebración.
Recomendaron que la celebración de la misa sea breve y que no supere más de 1 hora, los sacerdotes deben usar tapabocas en los momentos en que se acerquen a los fieles, el cáliz y la patena deben ser cubiertos durante la plegaria eucarística.
Deben lavarse las manos o aplicarse gel antibacterial antes y después de dar la comunión, se debe restringir –momentáneamente– el servicio de los monaguillos menores de edad.
Recomendaron omitir el rito de la paz y reemplazarlo por un gesto que no implique contacto físico, recomendaron recibir la comunión en la mano.
Sobre la ofrenda, señalaron que se debe hacerse la colecta al final de la celebración, en recipientes de fácil desinfección, y la persona encargada de recogerla debe hacerlo observando estrictamente el uso de los elementos de protección personal.
Se aconseja la celebración individual del sacramento del bautismo, no reutilizar el agua de uno anterior; el agua usada debe verterse en tierra y no en los drenajes, así como evitar cualquier contacto físico con el bautizando.
Explicaron que para la unción se puede utilizar un algodón o copito de un solo uso, que deberá ser incinerado después de la celebración.
Para la Reconciliación se debe disponer un espacio amplio, preferiblemente abierto y aislado, con el fin de asegurar el sigilo sacramental.
El sacerdote y el fiel deben usar el tapabocas en todo momento. Si es posible, instalar un acrílico, que separe al confesor y al penitente.
En lo que se refiere a la confirmación, para la crismación se recomienda el uso de un algodón individual que debe ser incinerado al finalizar.
Se celebrará el matrimonio de una sola pareja. Las argollas, arras y demás elementos requeridos deben ser manipulados solo por los contrayentes, se debe cuidar la distancia física para la firma y entrega de los documentos.
Para los casos de enfermos distintos a Covid-19, la unción debe hacerse con un algodón, que debe ser incinerado al concluir; se insiste en la necesidad de lavarse las manos o aplicarse el gel antibacterial antes. Para casos de Covid-19, debe hacerse el rito breve, conviene que el sacerdote use bata o delantal, gafas o careta, mascarilla de protección y guantes.
Después debe hacerse un proceso de desinfección de ropa, manos y elementos usados.
Los sacerdotes mayores o enfermos no deben realizar la unción.
