‘Julio’ y ‘Steve Harvey’ ya están listos para despedir el año viejo

La medianoche del 31 de diciembre suele estar acompañada de efusivos abrazos, emociones convertidas en sonrisas y lágrimas, brindis para renovar la esperanza de una nueva vida y oraciones de agradecimiento por cada una de las bondades recibidas durante el año que se marcha.

De la misma forma, los muñecos de ‘año viejo’ que reposan en las terrazas de distintas viviendas, a la espera de los campanazos que anuncian el comienzo de un nuevo calendario y la señal inequívoca para echarse a sus hombros los pesares del período que culmina, mantienen viva una tradición de antaño.

Elsa Núñez y su nieto arreglando al muñeco ‘Julio’.

Una de estas figuras rellenas de trapo, periódicos y aserrín es ‘Julio’. Su creadora es Elsa Muñoz, una entusiasta mujer de 63 años que cuenta que su obra está inspirada en uno de sus hijos y un vecino del sector. “A mi muchacho le gusta bastante el trago y nuestro vecino es todo un personaje”, dice entre risas.

Desde hace diez años, doña Elsa acostumbra armar ‘años viejos’ para despedir el calendario de turno. “Se trata de una sana tradición para compartir y divertirnos en familia”. Como si se tratara de un ser viviente, la mujer que lo diseñó describe a ‘Julio’ como un “amante del aguardiente, la salchipapa y la butifarra”.

En la terraza de su casa en el barrio Los Continentes, en la calle 51 con carrera 9D, Julio luce una camisa azul, jeans, zapatos deportivos blancos y lentes oscuros a bordo de una motocicleta azul, como quien quiere demostrar que está listo para ‘vivir’ su última parranda previa al epílogo del año que se agota.

Antes de partir, ‘Julio’ estará presente en un asado que alista la mujer que estuvo a cargo de crearlo. “Tendremos carnero, sancocho de mondongo y hayacas para cerrar el año de la mejor manera y para que nuestro muñeco se lleve las tristezas y los malos recuerdos”, agrega Núñez.

“El desquite”

El mal sabor que dejó la frustrada coronación de Ariadna Gutiérrez como soberana universal de la belleza, por cuenta de la equivocación cometida por el presentador del evento, Steve Harvey, no termina de sanar en algunos sectores de la población costeña. Jackson Torregrosa, un joven estudiante de cocina internacional, cree que lo sucedido con la beldad cafetera es merecedor de un “desquite”.

Mientras finalizaba con los últimos retoques a la réplica del ‘Steve Harvey’ criollo en su casa en el barrio Kennedy, asegura que esta clase de expresiones hacen parte de una “burla” sana. “Esto es algo que nos gusta hacer para dar paso a la creatividad y para entretenernos en familia”, agrega.

El ‘año viejo’ que representa al actor y comediante estadounidense está adornado con una camisa a rayas verticales azules y blancas, corbatín verde manzana, sombrero y dos botellas de whisky. Así mismo, en el pecho se observa una leyenda que reza “feliz año 2014. No, perdón, 2016”, parodiando la pifia que cometió durante la gala de coronación celebrada en Las Vegas, Nevada.

Leonor De León vive en la misma casa y fue la otra “autora intelectual” del muñeco. Lo primero que señala es que quemar ‘años viejos’ es una costumbre que ha llevado a cabo durante 30 años de su vida. En los últimos años se ha inclinado por elaborarlos en conjunto con sus sobrinos y algunos vecinos.

“Antes les poníamos pólvora, pero ya no lo hacemos porque está prohibida. Ahora los armamos solamente con trapos viejos, periódicos y plásticos”, cuenta. Con el tono característico de quien obra con absoluta certeza, sostiene que acostumbra quemar los muñecos para distanciar las “malas energías” y arrancar el nuevo año con optimismo.

Contar historias

Los muñecos de año viejo que hace Jaime Avendaño, en Cartagena, cuentan sus propias historias. Así lo viene haciendo este mecánico de motos desde hace unos tres años cuando decidió plasmar en estos monicongos la inconformidad de la sociedad para que con el fuego del 31 de diciembre se logren enviar las malas energías a otra parte y tal vez acoger el nuevo el año de la mejor manera.

Jaime Avendaño (de overol) observa sus creaciones.

El de este año es bastante particular

El mototaxista tomó la cara de un Nicolás Maduro que parece estar inconforme porque lleva como parrillero al presidente Juan Manuel Santos. Al lado de ellos un guarda del tránsito tiene el rostro del senador Álvaro Uribe Vélez quien con una comparendera en sus manos les dice que los va a sancionar por “llevar sus países en contravía”.

Las vestimentas que lucen fueron obsequiadas por algunos vecinos del sector al igual que los zapatos. Armarlos se ha convertido en toda una faena en la cual se van relatando las historias que encierran cada uno de estos personajes que han motivado el deseo de convertirlos en un año viejo que se anhela se vaya lo más pronto posible.

La imagen se roba las miradas de todas las personas que por allí cruzan a cualquier hora del día. Los señalan y lo mejor de todo es que logra arrancar una sonrisa en medio de una caótica ciudad que se sume en los trancones que genera la etapa pedagógica de Transcaribe, las amenazas de paro de los transportadores y los problemas de inseguridad que abruman a los cartageneros.

Arrancar una sonrisa

Y es que Jaime tiene claro el hecho de que a la cotidianeidad se le debe saber arrancar una sonrisa para hacer la vida más llevadera. Cerca de 20 a 25 motociclistas visitan diariamente a este mecánico en el barrio Zaragocilla.

Avendaño dispone del tiempo para arreglar los vehículos de la mejor manera y además para armar el muñeco de año viejo que viene craneando desde casi dos meses atrás. Las selfies que están tan de moda no se hacen esperar y más de un mototaxista decide hacer eco de la creatividad de este mecánico por medio de las redes sociales.

Durante los días de diciembre, el taller abre más temprano que de costumbre, pues a las 7:30 de la mañana ya está en pie. En el fondo de los mostradores se observan a los años viejos como vigilantes que no descansan. Uno encima del otro a la espera de que vuelvan a ser sacados del trasfondo para ocupar su sitio habitual en la esquina.

Cuidado con la pólvora

Alma Solano, secretaria de Salud del Distrito, envió un mensaje a la población barranquillera para evitar la manipulación de pólvora durante las celebraciones de fin de año.

La titular de la cartera de Salud aseguró que “no bajarán los brazos” y serán “reforzadas las acciones institucionales para disminuir en la mayor medida posible las prácticas inadecuadas que acarrea el manejo de pólvora.

“Que la pólvora no les dañe el fin de año”, sostuvo Solano, al tiempo que reiteró a la población que no enciendan los tradicionales muñecos de ‘año viejo’, debido a los riesgos que representan para la integridad de las personas. Igualmente, pidió tener mucha precaución al adquirir alimentos y licores para acompañar las celebraciones, con el propósito de evitar cualquier tipo de intoxicación. Ante cualquier eventualidad por quemaduras o intoxicaciones, sugirió acercarse al centro de salud más cercano a su domicilio.