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Liceth Peña y César García de 21 y 24 años, respectivamente, comparten una inconformidad con su cuero cabelludo.

'Desde que recuerdo, tengo el cabello grasoso. Me lo tengo que lavar cada dos días, porque me lo siento pegajoso. Me gustaría que eso no pasara', afirma Peña, estudiante de medicina de la Universidad Libre. Señala también que suele usar champús sin sal, porque no sabe que más usar.

García, por el contrario, tiene el cabello seco. Al joven le incomoda que a pesar de usar tratamientos hidratantes, este no tiene brillo. 'He probado de todo, mascarillas de mayonesa y aguacate y aceite de ricino, pero nada me funciona'. Él asocia las características de su cuero cabelludo a la caspa. 'Es un lío', dice.

La situación de los dos jóvenes tiene una explicación dermatológica.

En cada pelo existe una glándula sebácea, que es estimulada por hormonas sexuales. Cada una de ellas tiene más de 60 sustancias de protección —triglicéridos, ésteres de cera, escualeno y metabolitos de células productoras de grasas—.

Hay personas que tienen una mayor o menor secreción sebácea, dependiendo de ciclos hormonales o factores asociados a la edad. El dermatólogo Guillermo Muvdi comenta 'que los niños y los adultos mayores tienen el cabello más seco que los adultos, por diferencias en la producción hormonal'.

El dermatólogo José Tovar Berardinelli informa que el cuero cabelludo puede clasificarse como seco (no secreta suficiente aceite natural), grasoso (las glándulas sebáceas trabajan de forma excesiva), mixto (cuero cabelludo graso y cabello seco) y sensible (se irritan con ciertos productos y se vuelven frágiles con el lavado frecuente). Coincide, además, con Muvdi, cuando dice que 'las glándulas de las personas con cabello graso son más productivas'.

Agua y zumo de limón eran los ingredientes usados por los antiguos egipcios para el lavado del cabello. Pues, el ácido cítrico del limón permite la descomposición de la grasa sebácea.

Hoy, usamos elaborados champús y otros tratamientos para el cabello. Sin embargo, su abuso, de acuerdo con Muvdi, puede producir enfermedades inflamatorias, como la descamación.

Asimismo, el médico afirma que el excesivo lavado del cabello puede provocar infecciones bacterianas. Recomienda lavarse la cabeza con champú una o dos veces por semana. 'El resto de días pueden limpiarse el cuero cabelludo solo con agua'.

Pérdida de cabello

Cada día perdemos aproximadamente entre 80 y 100 cabellos. 'Esto es bastante normal y está relacionado con el hecho de que cada cabello tiene su propio ciclo de vida', dice Muvdi. Si usted supera esta estimación, debería tratarse con un especialista.

En el caso de los adultos mayores, además de perder la cantidad y la calidad del cabello con el paso del tiempo, pierden pigmento, 'por eso se vuelven canosos'.

También, hay enfermedades que alteran el funcionamiento del cabello, como la dermatitis seborreica, 'que es la caspa; un proceso inflamatorio en el que se descargan células muertas a mayor velocidad'. De esta, se pensó durante mucho tiempo que era la causante de la caída del cabello, pero Tovar asegura que se confirmó que esa presunción es falsa. 'La caída del cabello puede originarse por factores hormonales, nutricionales o por estrés. Sin embargo, 'no niega que esta suele presentarse con más frecuencia en las personas con esa dermatitis'.

El ciclo de crecimiento de un cabello consta de tres fases: la fase de crecimiento (anágena), la fase de transición (catágena) y la fase de reposo (telógena). Habrá cabello suficiente en la cabeza, si aproximadamente el 85% del cabello se encuentra siempre en la fase de crecimiento y alrededor del 14% en la fase de reposo. Cuando no hay equilibrio en esta proporción, se cae un mayor número de pelos.

Recomendaciones

El uso de productos capilares con sustancias que reconstituyan la película lipídica (aceites o siliconas) deben ser evitados por los cabellos grasos. Para este caso, pueden lavarlo con un champú antigraso pocas veces a la semana o usar un champú suave con mayor regularidad.

Algas o plantas, como la camomila o el romero, regulan la producción de grasa capilar y calman el cuero cabelludo.

Las personas con cabello seco deben lavarlo con menos frecuencia e hidratarlo con acondicionadores.

Se sugiere usar el champú un día a la semana, y evitar el uso de secadores y planchas, pues queman el cabello. También tomar cápsulas de vitaminas y minerales (como la biotina). Una dieta equilibrada y con verduras mejora la calidad del cabello.

Todo depende de la severidad de la dermatitis seborreica (caspa), que produce picazón y mal olor —en los cabellos secos se manifiesta como un ligero polvillo y en los grasos como costras pegadas al cuero cabelludo—. Malassezia furfur es el nombre del hongo involucrado en esta dermatitis, que se exacerba por una excesiva producción de sebo.

Como las enfermedades crónicas, la caspa es una enfermedad de larga duración, la puede controlar, pero repite. El hongo referido convive con nosotros, 'está en nuestra flora'.

Factores genéticos y otros asociados a la ansiedad y estrés son los causantes de la aparición de esta patología de la piel.

Caspa

La Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica afirma que la caspa es uno de los problemas más comunes de la piel. Esta condición crónica tiene implicaciones, principalmente, cosméticas, 'que puede controlarse fácilmente en la mayoría de los casos'. Aunque no se ha establecido su causa, parecen existir factores genéticos e inmunológicos (de las defensas), 'que determinan que una persona sea propensa a sufrir de esta condición'.

Se caracteriza por una piel enrojecida y de aspecto grasoso.

Tipos de cuero cabelludo

Cabello grasoso. Hay una producción excesiva de grasa capilar. Las glándulas sebáceas pueden ahogar la raíz capilar, causando la aparición de caspa.

Cabello seco. Cuando el cabello no recibe suficientes aceites naturales, producidos por las glándulas sebáceas, se seca. Esto explica la falta de brillo y vitalidad.

Cabello mixto. Tiende a tener una mala distribución del aceite capilar. El cuero cabelludo puede ser graso, pero el cabello seco, provocando la aparición de caspa.

Cabello sensible. Suelen irritarse con facilidad, por el uso de ciertos productos y se vuelven frágiles con el lavado frecuente.