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La música en Colombia ha sufrido drásticos cambios a través de las diferentes épocas. El libro de Juan Carlos Garay es un retrato fiel de lo que significa ser una banda en nuestro país, con sus ascensos y descensos, detrás de un sonido que logre atrapar a unas masas que se caracterizan por su heterogeneidad en los gustos.

Garay es un periodista que ha sido un melómano toda su vida y se ha encargado de cubrir la escena musical nacional por mas de 20 años y en su libro ficcionaliza lo que sería la creación de una banda con sonidos que unen el rock con la cumbia y el currulao.

¿Por qué la Balsa de Fuego?

Hay un texto que se llama el I Ching, una de las imágenes en el libro es del fuego sobre el agua. Habla mucho de un equilibrio de fuerzas, si hay más agua que fuego, se apaga, si hay más fuego que agua, se evapora. Es una imagen que da a entender que en muchas circunstancias de la vida y el arte se necesita el equilibrio. Entonces me pregunté, ¿qué es la armonía?, pues un equilibrio de fuerzas y por eso le puse ese nombre a la banda en el libro, porque unen el rock con el currulao. Hay una parte del libro que el periodista le dice al bajista de la banda, algún día voy a escribir un libro sobre ustedes y se llamará balsa de fuego.

El libro mantiene un juego entre ficción y realidad. ¿Existe algún artista que tomó de referencia o fue todo salido de su imaginación?

Esa mezcla la hice por curarme en salud. Desde un principio quise que fuera ficción. Cuando tu construyes ficción te vas a unos elementos del modelo real, en este caso fue más de uno. Quería que fuera ficción porque no quiero que se tome de referencia para saber qué fue lo que paso, simplemente una vivencia, una manera de verlo. Por ejemplo el libro menciona bandas que existen pero no tiene ninguna fecha.

El libro recorre la historia de la música en Colombia en los años 90. ¿Cómo fue el ejercicio de hacerlo?

Fueron 20 años de trabajo periodístico en el que he escrito la columna de música de la revista Semana. Cuando yo empecé mi vida profesional yo trabajaba en la emisora de la universidad, que estaba en el mismo edificio con la facultad de música. Entonces siempre me cruzaba con los estudiantes y profesores, compartía con ellos y comienza desde ahí este libro, de escucharlos a ellos, conocer sus inquietudes y ver como hay un cambio generacional de pasar de seguir los modelos anglosajones, de querer hacer rock y de pronto aparecen los Aterciopelados y le meten elementos nacionales y de ahí nace un movimiento más fuerte que son los que quieren explorar el folclore, la cumbia, el porro, el currulao. Todo eso me tocó a mí vivirlo y cubrirlo como periodista y pues esto alimentó la novela.

¿Qué tan biográfica es esta novela, teniendo en cuenta que usted es un periodista que está muy metido en el mundo de la música?

En los libros siempre hay cosas de tu cosecha, pero es más bien el producto de una investigación de muchos años cubriendo el sector musical y entendiendo la psicología de los músicos y su manera de ver el mundo y de vivir.