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Mileidys García, una madre cabeza de hogar de 29 años, es parte del programa ‘Desayunos con la Cruz Roja’ desde hace más de seis meses.

Diariamente, ella se dispone a las 7 a.m. a asistir al comedor comunitario del I.E.D. Pinar del Río, Paz y Alegría, en compañía de sus tres hijos de 5, 8 y 11 años.

Para Mileidys, el comedor representa una gran ayuda para su familia, porque 'nos podemos desentender económicamente de esa parte de la alimentación. Además, son desayunos nutritivos y ayudan al crecimiento de mis hijos'.

Mileidys y otro centenar de madres de familia puede despreocuparse, al menos, de la primera comida del día de sus hijos. Todo gracias a las donaciones que, hace casi un año, se captaron en la anterior feria Sabor Barranquilla, sin que muchos asistentes lo supieran.

A este comedor de Juan Mina va a parar un porcentaje de los fondos recaudados en un evento que este año, más que nunca, le apuesta a la reconciliación sobre la mesa, a cocinar como un acto de paz, como lo consigna el lema de la octava edición de la feria, que se realizará del 21 al 23 de agosto en el Country Club.

Los niños de dos a 12 años de edad son los principales beneficiarios de este programa, que se viene ejecutando desde el 2013 en dicha institución educativa, ubicada el corregimiento de Juan Mina, en Barranquilla.

Se fomenta el desarrollo. Esperanza Elías de Schmell, dama gris de la organización humanitaria, asegura que el desayuno fue escogido para intervenir en la alimentación de esta población vulnerable, por ser 'la comida más importante y vital para un niño', indica la funcionaria.

Actualmente son alimentados este colegio, donde hay 730 alumnos, 150 pequeños del sector, que son atendidos por mujeres también habitantes de la comunidad, quienes trabajan y han sido reconocidas como 'voluntarias de apoyo' de la Cruz Roja Seccional Atlántico.

Luis Miguel y Camilo Andrés Cervera, de 9 y 7 años de edad, respectivamente, son dos hermanos que estudian en la institución educativa de Pinar del Río y asisten al comedor desde hace dos años.

Luego de desayunar, los dos pequeños corrían descalzos con las cucharas en las manos por los pasillos del colegio, en donde ingresarían a clases a la 1 p.m. Luis Miguel, antes de retirarse de la ventana en la que se reposaba para dirigirse a su hogar, afirmó que, al igual que a su hermano, le gusta mucho ir al comedor a desayunar 'porque en casa quedo con hambre porque no hay comida, entonces prefiero venir acá', dijo el pequeño con una sonrisa inocente.

Contribuye al estudio. Para Deasiris Pérez, rectora de la entidad educativa, tener un comedor en la escuela es una forma de atraer a los padres de familia y de mantener la permanencia estudiantil. 'En algunas casas a veces no hay ni para una ración de comida, por lo que las familias se comprometen a traer a sus niños.

Hay compromiso y constancia, porque se les están brindando unas condiciones básicas para su bienestar. Eso nos garantiza la permanencia de los niños en el estudio', reitera la rectora.

Patricia Maestre de Celia, presidenta de la Cruz Roja Seccional Atlántico, enfatiza en que el objetivo de Sabor Barranquilla siempre ha sido beneficiar a la sociedad.

Para ella es importante que las entidades aliadas trabajen de la mano para engrandecer este proyecto de alimentación a menores vulnerables.

Cuidados y preparación

Además de las voluntarias de apoyo, otras cuatro mujeres se levantan desde las 5:30 a.m. para colaborar con la manipulación y preparación de los alimentos. Iveth García cuenta que cada producto de la canasta pasa por un proceso de desinfección para su posterior cocción.

Según dice la cocinera, los alimentos proporcionados en el comedor son de alta nutrición. 'Principalmente la bienestarina, pero también lo que integró el desayuno de hoy (ayer): bollo blanco y huevo cocido. Estos son esenciales para estabilizar que esté bien nutrido el menor', reitera.

Las madres también aprenden

La dama gris Esperanza Elías cuenta que las madres de la comunidad de Pinar del Río, a pesar de no beneficiarse directamente con los desayunos, han hecho parte del proceso de aprendizaje. Ellas, de la mano de las voluntarias del organismo humanitario, han aprendido sobre cómo pueden alimentar bien a sus hijos con recetas económicas, que pueden preparar en casa sin gastar mucho dinero. 'Por ejemplo, reemplazar en algunas ocasiones la carne por los granos'.