Antes de que la voluptuosidad de Kardashian o J.Lo se convirtieran en tendencia, curvas pronunciadas de caderas ya se perfilaban como ícono en las mulatas que pueblan los lienzos de Leornardo Aguaslimpias, ‘el boxeador pintor’.
El artista de 47 años reside desde 2011 en el estado de Miranda, Venezuela, donde llegó en busca del fallecido mandatario Hugo Chávez, con la finalidad de entregarle un retrato de Bolívar inspirado en el expresidente. No contó con la suerte de encontrarlo, pues en esos momentos estaba en Uruguay. El pintor decidió esperarlo, pero la muerte se interpuso. Sin embargo permaneció en ese país, y desde allá sigue trazando traseros protuberantes, sin sospechar que videos musicales y fotos que causan hoy revuelo en la web parecen coronar una visión estética que ya se anunciaba en su pincel.
Aguaslimpias nació en Quibdó y a los dos meses fue traído a Barranquilla, donde vivió la mayor parte de sus años. Su trabajo tiene la peculiaridad de girar en torno a mujeres de caderas hiperbólicas, como aquella que le costó la derrota en una importante pelea en sus tiempos de boxeador.
'Me encontraba disputando un título con Edwin González, de Puerto Rico, en el Coliseo Cubierto de Barranquilla, cuando en el octavo asalto la chica Águila, que anunciaba el siguiente round, salió contoneando su gran trasero que me dejo pensativo en la pelea. Edwin me noqueó, porque no podía dejar de pensar en ese gran culo', dice, vía telefónica.
Esa grandeza que identifica las latinas de la obra de Aguaslimpias hace rato dejó de ser exclusiva. Hoy parece un antecedente de una tendencia que cobró fuerza en 2014, con videos musicales ampliamente populares en YouTube como Anaconda, de Nicki Minaj; Booty, de JLo; Can't remember to forget you, de Rihanna y Shakira, entre otras producciones que ponen énfasis en resaltar de manera erógena el trasero de las divas.
Kim Kardashian es la última protagonista de este fenómeno, quien destacó en la portada de la revista Paper con un desnudo capturado por el lente del fotógrafo Jean- Paul Goude. Con sus enormes posaderas se propuso 'romper el internet', y si no lo logró, al menos puso a toda la web a hablar de ella.
Así como Aguaslimpias cuenta que críticos de arte calificaron en su momento su obra como 'ejemplo de obscenidad', la imagen de Kardashian también es considerada por muchos como exagerada y vulgar. Pero otros creen que es la expresión cumbre de una transición en los arquetipos de belleza mediáticos. En décadas pasadas se centraban en los senos, y ahora, en las caderas y el trasero.
El sociólogo Miguel Hernández, catedrático de la Universidad del Atlántico, afirma que 'el culto hacia los culos se debe a una conspiración mediática, como pasó hace algunos años con los senos voluminosos en Estados Unidos, o en los 60 cuando las piernas eran la tendencia en Europa'. Esto marca un contraste con la delgadez que venían imponiendo las pasarelas.
Hernández dice que en otras culturas es recurrente esta fijación, como en las creencias africanas de los Bantú, para quienes la fuerza de las mujeres de su raza se concentra en el trasero. Basado en esa convicción de los palenqueros, descendientes directos de los bantúes, Aguaslimpias centró su obra en el prominente ‘caderaje de las mulatas’.
Las zonas erógenas varían según la moda, según dice Brenda Angulo, activista del movimiento feminista en Barranquilla. Para ella, el concepto de belleza actual va muy ligado a la transformación de los modelos a seguir, que ahora proponen nalgas grandes, como las de Kim, Beyonce, Iggy Azalea y otras figuras del entretenimiento mundial. Lo cual ha coincidido con el ascenso del hip-hop en EEUU, que establece un lazo entre afroamericanos y latinos y se evidencia en producciones hollywoodenses como la saga Rápido y Furioso.
'El mismo sistema ha malinterpretado el cuerpo de la mujer, encargándose de mostrarlo como una mercancía', afirma Angulo, y añade 'si se mira a las artistas de estos días y la forma cómo muestran esta parte del cuerpo tan destacada, es posible que se deba a la identificación con las latinas'.
Los expertos lo consideran un asunto transitorio. Está por verse cuánto dura la onda de los traseros esculturales, impulsada a través de internet, y qué nuevo modelo de belleza la reemplaza. Al margen del debate, Aguaslimpias se propone seguir alabándolos en sus cuadros. Para él es solo un asunto estético, que resume en un piropo que quizá sueña ver que se haga tan viral como la imagen de Kardashian: 'mi amor, pareces un Aguaslimpias, sacada de un lienzo'.