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Un estudio realizado por la encuestadora Lightspeed Research en 2012 concluyó que en Estados Unidos se tatuaban más las mujeres que los hombres. La investigación, que consultó a aproximadamente mil personas, se convierte en una radiografía de una tendencia en aumento.

Sí, cada vez las mujeres se arriesgan más a lucir este arte que tradicionalmente habían portado los hombres. (Ver galería de tatuajes)

De manera un poco más tímida el fenómeno hace su arribo a la ciudad. Eso lo confirma el tatuador barranquillero Gustavo Paternina que actualmente recibe más mujeres que hombres en su estudio Evolution Tattoo.

El artista cuenta que gran parte de su clientela está compuesta por mujeres mayores de 40 años. 'Contrario de lo que se podría pensar, son personas realizadas que siempre quisieron hacerse un tatuaje y al ver los de sus hijos se motivaron', narra.

Una de sus clientas asiduas es Lizeth Bula, una administradora de empresas de 30 años que luce dos coloridos tatuajes en su abdomen y en su pantorrilla. 'Mis tatuajes me parecen hermosos, y tengo mi personalidad tan bien definida que no importa a quién no le guste', asegura.

Como Lizeth, son muchas las mujeres que desestiman el tabú que siempre rodeó al mundo del tatuaje. Esto se debe a que dejaron de ser trabajos de baja calidad. 'Ahora se considera lindo llevar un tatuaje, se ven incluso en las vallas publicitarias ', revela Gustavo Paternina.

Ha sido tal el aumento de la demanda que ha motivado a más tatuadores a inaugurar estudios en Barranquilla, 'hay al menos seis con todos los permisos en regla', estima el tatuador.

Con garantías para mejores resultados, las mujeres barranquilleras se vuelcan a este arte como una forma de expresarse. 'Llevar un tatuaje es una forma de hablar sin tener que abrir la boca', dice Bula.

En eso coincide su artista de cabecera, 'mientras que los hombres prefieren los diseños grandes y llamativos, ellas tienden a hacerse piezas con más significado'.

'Un tatuaje es un canal de comunicación alternativa, de la misma forma como un grafiti en una pared, es recurrir al cuerpo para que exprese algo permanente', opina Ana María Araújo, filósofa, experta en temas de género y docente en la Universidad de La Sabana.

Cada vez es más frecuente ver a celebridades como Miley Cyrus, Rihanna o Lady Gaga portando este arte indeleble. Ellas se convierten en inspiración para las neófitas de esta tendencia.

'Los tatuajes en las celebridades han jugado un rol de popularidad en las mujeres, empezando con Janis Joplin en 1970 y continuando con figuras como Angelina Jolie', asegura Margot Mifflin, autora del libro Cuerpos de subversión: la historia secreta de la mujer y el tatuaje.

'Los tatuajes ya no son un gesto contracultural como en la época de Joplin. Son una mera forma de expresión individual y embellecimiento', continúa la escritora estadounidense en declaraciones para EL HERALDO.

Más allá del ornato el tatuaje se convierte en un vehículo de expresión, así lo considera la profesora Mifflin, de la Universidad de la ciudad de Nueva York, en la introducción de su libro. 'Apelan a la mujer moderna como un emblema de empoderamiento en una era decantada al feminismo y como una insignia de auto determinación'.

Es así como la barranquillera, que siempre ha resaltado por su vestir, ahora añade el tatuaje como complemento de su imagen, en un intento de comunicar sin tener que usar palabras.

Emblema más allá del ornato

De acuerdo con Gustavo Paternina, sus clientes femeninas se inclinan por diseños sencillos.

Entre los emblemas más solicitados está el símbolo de infinito, asociado al nombre o recuerdo de algún ser querido.

'Las mariposas y las estrellas también son comunes, en general prevalecen los diseños más delicados', indica el tatuador barranquillero.

El artista también asegura que hay clientas más arriesgadas que apuntan a piezas de más de 20 centímetros, en las que utilizan mucho color para generar un impacto.