Con sancocho al estilo ‘brasileño’ y juegos de mesa, familiares y cuerpo técnico de los jugadores colombianos pasan el tiempo entre partido y partido del Mundial de Fútbol Brasil 2014.
Un total de 210 familias permanecen en el ‘gigante suramericano’ acompañando a la tricolor, dándole toda la energía positiva y el mejor de los deseos, que hasta ahora ha dado resultado desde el 11 de junio cuando arribaron.
Hoy, cuando la Selección debe enfrentar por cuartos de final al país anfitrión de la copa, toda esta gente de la que hacen parte -papás, mamás, esposas, tíos y hasta sobrinos-, están mucho más concentrados y dispuestos a dejar sus gargantas en el estadio de Fortaleza donde se jugará el encuentro.
Todas estas personas llegaron a Brasil por la iniciativa de la empresa multinacional Pacific Rubiales llamada ‘Hinchas Inseparables’, la cual dio apoyo total a los familiares de los jugadores para que se sintieran como si estuvieran en casa.
'Las familias de nuestros jugadores merecen todo nuestra consideración y cariño. Por eso no solo nos hemos empeñado en que estén en un excelente lugar (el Hotel Sofitel de Guarujá), con todas las comodidades para una permanencia grata y con los recursos necesarios para poder desplazarse a cada una de las ciudades donde ha jugado la Selección, sino además rodeados de un equipo logístico que ha cuidado todos los detalles para que nada les haga falta', explicó Federico Restrepo Solano, vicepresidente de asuntos corporativos de Pacific.

El entrenador Pékerman besa a su esposa Matilde luego del partido con Costa de Marfil.
Ayer el papá del volante Abel Aguilar se mostró feliz con la oportunidad de poder acompañar a su hijo y al resto de jugadores. 'Estamos muy agradecidos y contentos por el apoyo que nos está brindando Pacific Rubiales', señaló.
Según contó, el viaje y la convivencia con las demás familias de los jugadores ha sido 'extraordinario'. 'Hemos jugado cartas, hicimos un sancocho costeño, con carne y pollo, pero faltó el plátano, el ñame y la yuca, lo hicimos únicamente con papa', dijo sonriente desde Brasil.
La alegría, los nervios y la pasión mundialista no solo la viven los que los acompañan a los jugadores en el Mundial. Algunos de los familiares de Bacca no pudieron viajar pero eso no impidió que disfrutaran al máximo cada partido de la Selección Colombia.
Esferema Bacca, su hermana, no pierde comunicación con Gilberto, otro hermano que está allá, quien le ha contado anécdotas de lo vivido en Brasil.
'Mi mamá pensó que la piscina del hotel donde se están quedando, era como las de aquí que son a una temperatura moderada, pero cuando se tiró, el agua estaba helada. La están pasando espectacular', asegura.
La casa de Esferema hoy se convertirá en un escenario deportivo en el que vecinos, familiares y amigos de infancia disfrutarán a través de la pantalla gigante y con el infaltable sancocho que, esta vez sí será con todas las de la ley.