Como una enredadera de pepinos o berenjenas en constante crecimiento, la agricultura urbana y los nuevos modelos de políticas sustentables con el medio ambiente se abren camino hacia las grandes ciudades.
'Llegó la hora en que pensemos en tener una comida buena, limpia y justa, pero en nuestro contexto', dijo María Alicia Ramírez, miembro fundador del equipo de Slow Food Barranquilla, junto a Alex Quessep y otros veinticinco barranquilleros más.
Slow Food es un movimiento internacional fundado en Bra (provincia de Cuneo), Italia, en 1986 por Carlo Petrini.
Tiene sedes que operan en todos los continentes trabajando por la salvaguarda de las tradiciones gastronómicas locales, con sus productos y métodos de cultivo.
El símbolo de slow food es el caracol, emblema de la lentitud. 'Nos desesperamos al llegar a un restaurante si no nos sirven la comida en diez o quince minutos cuando debería ser un gusto que alguien se tome el tiempo para prepararte algo de verdad trabajado', expresó Laura Otero, miembro del grupo en la ciudad compuesto por un equipo transdisciplinario de personas con proyectos propios de emprendimiento social.
Slow Food Barranquilla viene trabajando desde febrero de este año con el objetivo de incentivar los mercados campesinos locales. 'Ya no queremos vernos como consumidores sino como coproductores', comentó María Alicia. Añadió que 'queremos acortar esa brecha que existe entre el consumidor y el productor'.
Esta alianza opera como una organización sin ánimo de lucro y trabaja por medio de lo que denominan como Convivias (ciudades slow).
En la actualidad el movimiento internacional Slow Food está presente en más de 50 países y cuenta con más de 80.000 socios.
Laura Ruiz, Laura Otero y María A. Ramírez, del grupo Slow Food Barranquilla.
En Italia, Slow Food tiene 35.000 inscritos subdivididos en 330 sedes locales llamadas condotte (conductas). En el resto del mundo las sedes locales se llaman Convivias. En Colombia existen seis Convivias en varias ciudades del país.
Durante el primer semestre del año Slow Food Barranquilla trabaja con la Fundación Puerto Colombia y el Museo del Caribe donde un día al mes presentan los mercados campesinos en los que venden productos de los agricultores del municipio de San José de Saco y sus derivados a precios y competitivos tanto para el productor como para el consumidor final.
En esos eventos también se unen para generar comunidades de aprendizaje donde cada miembro desde sus fortalezas aporta al grupo.
Desde la semilla
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO denominó el 2014 como el año internacional de la agricultura familiar. Según esta entidad, hay 570 millones de explotaciones agrícolas en el mundo, de las cuáles más de 500 millones pertenecen al trabajo familiar.
En Suramérica los agricultores familiares trabajan un 18 por ciento de las tierras agrícolas mientras que en América Central y Norteamérica los campesinos familiares siembran un 83 por ciento del territorio agrícola.
El ingeniero agrónomo Carlos Vergel trabaja desde 2003 en San José de Saco con la Fundación Mima, empresa operadora de varios proyectos apoyados por ANSPE, la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema, y la Alianza Pioneros de Compartamos Colombia.
En el corregimiento han creado un programa de reciclaje y de agricultura urbana para trabajar el tema de seguridad alimentaria con las familias.
El corregimiento en la actualidad, además de celebrar una nutrida cosecha de mango, también festeja que cincuenta familias aprovechan los patios y los solares de sus casas para cultivar. 'Queremos generar un comercio justo en el que el productor sea el que más gane en la cadena de consumo', señaló Vergel.
La fundación Mima por familia distribuye las veinte variedades de cultivo que se dan en ese microclima entre frutas, verduras y hortalizas sembradas con criterios orgánicos desde la semilla hasta el producto final.
La Fundación Mima también ofrece talleres de agricultura urbana para aquellos que también deseen sembrar para luego recoger frutos. El próximo domingo 8 de junio Slow Food Barranquilla volverá a abrir su mercado campesino en la plaza principal de Puerto Colombia.