Para Mario Sinay, la única manera de prevenir que ocurra otra tragedia de la magnitud del Holocausto Judío es enseñando respeto y tolerancia a las nuevas generaciones.
Este doctor en educación y especialista en pedagogía del Holocausto de renombre internacional estuvo en Barranquilla, lugar que fue su hogar entre 1986 y 1988, para participar en el V Congreso Nacional Estudiantil sobre la Shoá, nombre hebreo con el que se conoce al genocidio del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial.
El evento, organizado por el Colegio Hebreo Unión el 5 y 6 de este mes y que contó con la presencia de casi 400 estudiantes de todo el país, este año se centró en los diarios de cuatro jóvenes judíos, que como Anna Frank, dejaron por escrito su paso por los campos de concentración en documentos que han perdurado para la historia.
Sinay habló con EL HERALDO sobre la necesidad de educar a la juventud, a través del relato humano, sobre los hechos ocurridos hace algo más de 70 años bajo el régimen nazi; sobre la negación del Holocausto y sobre la posibilidad real de que vuelva a suceder.
¿Sobre qué les habló a los estudiantes?
Sobre la negación del Holocausto: qué es, quiénes la practican y cómo enfrentarla, porque normalmente los jóvenes se enfrentan a esta temática ya en la universidad, frente a algún profesor, frente a alguien que acusa o niega las cosas que ocurrieron en el Holocausto.
¿Por qué alguien negaría esa tragedia?
Porque siempre los hubo, son una minoría insignificante prácticamente, pero con todo y eso tienen un peso. Son profesionales muy bien formados, normalmente antisemitas –de ahí es el origen– y normalmente pronazis. Existen a pesar de que la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto fueron la guerra mejor o más documentada de la historia. El mismo nazismo la ha documentado.
¿Cuál es la clave para enseñar sobre el genocidio que sufrió el pueblo judío?
La clave es presentarlo a través del relato humano. Por eso nosotros traemos lo más importante a los seminarios: un relato, un testimonio de una persona que estuvo, lo vivió y que lo cuenta en primera persona. Tiene que haber un contexto histórico, pero no es el estudio de la historia: qué pasó y cuándo, sino qué le pasó al ser humano, al hombre. Los diarios son parte de ese relato humano que tanto les interesa a los jóvenes porque pueden identificarse con personas de su misma edad, en épocas distintas pero con situaciones muy paralelas. Probablemente, y desgraciadamente, seamos la última generación que podrá escuchar testimonios fidedignos de gente que estuvo y que lo puede contar de primera mano. Para la próxima generación será historia, libros, películas, recuerdos.
¿Es posible que una tragedia de esta magnitud vuelva a ocurrir?
De esa magnitud –y no necesariamente con los judíos, puede ser con cualquiera– probablemente no, pero después del Holocausto, cuando nos hemos puesto en todas las paredes el 'nunca más', ha ocurrido en nuestra época. Ha ocurrido en Yugoslavia, en Darfur, en África, en Asia, ocurrió en nuestro continente, ha habido genocidios en casi todos los países latinoamericanos, de Argentina a México, pasando por Colombia. Sí, puede volver a pasar, el hombre no aprendió la lección, no estamos inmunes a que esto se repita.
¿Cuál es la lección que no aprendió el hombre?
Es la lección de la tolerancia, de los derechos humanos, del respeto mutuo, de la democracia, de los valores, de un mundo ético, el respeto por las diferencias que tenemos, el aceptarnos, el pluralismo. Tenemos que educar a nuestros jóvenes en estos valores. Eso es lo único que puede llegar a asegurar –si no a nivel mundial, a nivel local– una comunidad sana.
¿Pudo haberse evitado?
Por supuesto que sí. La apatía; la observación pasiva de aquellos que lo vieron y no hicieron nada; en los pocos casos que hubo, fue poca la resistencia; cobardía intelectual; miedo... Hubo oposición, pero fue mínima, hubo una falta de barreras éticas en la sociedad alemana. Una de las cosas que hay que recalcar es una frase muy famosa del Premio Nobel de la Paz, el sobreviviente del holocausto Elie Wiesel: 'no todas las víctimas fueron judíos, pero todos los judíos fueron víctimas'. Hubo gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, negros, los mismos polacos, las minorías perseguidas... Hay que verlo no solamente desde el punto de vista judío. El hecho es que el Holocausto fue perpetrado por seres humanos contra seres humanos. Hoy fueron los judíos, mañana pueden ser otros. Le pasó al ser humano, hay que enfocarlo desde una perspectiva universal de lo que el hombre es capaz de hacer.