Al menos 30 penitentes, según espectadores, se abrieron paso por la destapada vía dándose azotes en la espalda con el mazo de bolas de cera de abeja.
Las multitudinarias celebraciones congregan a propios y turistas.
El tradicional recorrido de los flagelantes en Santo Tomás estuvo cargado de sangre, dolor y negocio. Historias de mujeres que pagaron mandas por la 'salvación' de sus hijos.
Las autoridades locales exhortaron a toda la ciudadanía a respetar las normas y mantener un comportamiento adecuado para el sano disfrute de los últimos días santos. Cero 'incidentes' reportaron rescatistas.
Miembros de esta parroquia leyeron las siete palabras que, según la tradición católica, pronunció Jesús antes de morir. La celebración religiosa inició a las seis de la tarde.