Pero no. Finalmente corrigieron el rumbo y lanzaron a David Barguil, ése sí godo, aguerrido, y para mejor aún, un hombre del Caribe. Aún no ha dicho nada el nuevo candidato. Se espera de él que se pronuncie en contra del desastre que vivimos en materia de seguridad jurídica, judicial, y física, y de autoridad y orden y que, tal como ha hecho María Fernanda Cabal, proponga abiertamente y sin el melifluo lenguaje cachaco las posiciones y conceptos godos que el país necesita.
Ante la ausencia de pesos pesados electorales, los partidos y movimientos políticos apuestan por ‘influencers’ y artistas.

