La población con discapacidad visual que aprende a leer la música en Sincelejo
Un grupo de jóvenes con limitaciones en su visión, aprende música a través del sistema Braille bajo la instrucción del docente Pedro Andrade Lozada, funcionario del Instituto Nacional de Ciegos, Inci. Con este proyecto le apuntan a construir una sociedad más incluyente.
Esta es la historia de unos invidentes que aprenden la escritura de la música con unas notas que no se ven, pero se sienten.
La violencia no solo se lleva en una tumba el cuerpo de un hombre, sino que en ocasiones le trunca a la persona de la manera más vil las ilusiones que un día pintó. Por ello, un alma brillante, mente y manos prodigiosas es lo que caracteriza sin duda alguna a la población ciega y con escasa visión, quienes a pesar de su condición de discapacidad le apuesta a los retos y a buscar oportunidades en el ámbito de la música, que con sus melodías les demuestra que la vida es un verdadero milagro.
La familia es el complemento en este proceso de aprendizaje, debido a que sin su incondicional ayuda, los niños, jóvenes y adultos no podrían tener ese empuje para ver por su futuro.
Olga Lucía Pérez es una estudiante a la que el conflicto armado le arrebató su visión, pues en un atentado que hicieron en su casa en el Bagre (Antioquia), en el año 2009, una bala le impactó en uno de los ojos cuando tenía 9 años. A ella le tuvieron que reconstruir su rostro pero, hoy, con una sonrisa le saca punta a su discapacidad, pues considera que no la limita a conseguir sus objetivos, sino, por el contrario, la motiva a tomar clases y a ser útil en la sociedad.
Por ello, la joven hoy hace parte de los estudiantes que reciben clases de música bajo el sistema Braille, que instruye el docente Pedro Andrade Lozada, funcionario del Instituto Nacional para Ciegos (Inci), y que llegó a Sincelejo a darle forma a un proyecto que quiere buscar una sociedad incluyente.
Andrade Lozada es un licenciado en Ciencias de la Educación con énfasis en idiomas y experto en musicografía Braille, quien enseña la técnica que es a base de punto. Dice contar con la paciencia y el carisma para conectarse con cada una de las personas que ocupan un asiento en su aula. A él un problema de cataratas lo dejó con baja visión, lo que lo incitó a dicha vocación, la cual es evidente en su dedicación.
Explicó que el Braille es un sistema de 6 puntos cuyas combinaciones permiten a través de una convención de códigos poder escribir y leer. Contó que el inventor de este mecanismo fue Luis Braille, en el siglo XIX, y lo hizo pensando en que para esa época los ciegos no tenían una herramienta para comunicarse.
Es tanto el impacto de este método que recorre todo el mundo, ya que está difundido en los países de habla hispana, europeos, al igual, que a los países asiáticos y africanos.
Pura empatía
En las clases, la empatía es la actitud que más se resalta, pues parece que entre los aprendices y Pedro hubiera una conexión del otro mundo, ya que la facilidad con que se expresan y entienden se nota a simple vista. También llamó la atención que esta población entiende lo que debe hacer en una sola explicación.
Lozada cree que esta forma de escribir podría aprenderse en tres meses, pero también considera que este aprendizaje depende de la voluntad de cada persona.
“Las estadísticas para el 2005 nos mostraban una población de 6 millones de personas con discapacidad visual, pero por el último censo la cifra se ha ido depurando, por lo que digo que en Colombia pueden haber 2 millones de personas con alguna discapacidad visual”:
El profesor agregó que los ciudadanos que nacieron ciegos deberían aprender este sistema desde sus primeros pasos, ya que este será su forma de escritura fundamental.
Anotó que desde el Inci están haciendo un recorrido por todas las instituciones del país para que las personas ciegas puedan incorporarse formativamente a los espacios de educación y cultura.
El Braille es un sistema de 6 puntos cuyas combinaciones permiten a través de una convención de códigos poder escribir y leer.
Es cuestión de adaptarse
Entre tanto, a Deivis Gómez, la baja visión no le ha impedido demostrar su talento para la música. Cree en los métodos de enseñanza. Adaptarse a cada situación que se le presenta es uno de sus mejores aliados en cada recorrido que emprende.
Soraida Gutiérrez de Orozco, fundadora del Conservatorio de Música de Sincelejo, manifestó que esta práctica es importante desarrollarla, ya que de esta población en condición de discapacidad es de la que salen los mayores artistas.
Para ella, el proyecto será una actividad bonita, debido a que en el salón habrá una combinación de aprendizajes, pues los docentes le ayudarán a la formación de los estudiantes y viceversa.
