Veintidós años han transcurrido desde la desaparición de Julio César Blanco Vides. Desde entonces su hermana Cleider Almanza Blanco no ha cesado en su búsqueda. Asegura que mientras las autoridades lo dan por muerto, ella lo cree vivo.
Por eso emprendió una batalla jurídica contra la Alcaldía de Sincelejo para que demuela una parte de las tumbas del Cementerio Central y le permita a la Fiscalía General de la Nación extraer de una fosa común unos cadáveres entre los que puede estar el de su hermano.
Julio César, que para ese entonces tenía entre 28 y 30 años, salió de la vereda La Reforma (Carmen de Bolívar) a encontrarse con su papá para que lo reconociera como su hijo. Nunca más regresó.
Su familia, y en especial Cleider, volvió a saber de él a finales de 2017, cuando la misma Fiscalía le hizo saber que esos restos estaban, posiblemente, en el cementerio de Sincelejo.
Con esta información, Cleider, víctima de violencia sexua, y líder en los Montes de María y defensora de Derechos Humanos, comenzó ante los estrados judiciales de Cartagena la búsqueda de esos restos para salir de la duda. Asegura que si son de su hermano, lo único que quiere es darle cristiana sepultura para aliviar un poco el dolor por la desaparición de Julio César.