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Isabella Santodomingo disfruta los oficios que ha ejercido con el transcurrir de los años. Cortesía Gabriel Carvajal
Sociedad

“Soy descomplicada, fiel reflejo de la barranquillera”: Isabella Santodomingo

La actriz y escritora barranquillera dialogó con EL HERALDO sobre su crecimiento profesional, los lazos con su tierra natal, el papel de las mujeres y la nueva etapa que afronta en su vida.

La aventura de su vida no conoce de límites. Es fiel a sus ideas, habla sin tapujos, no le teme al transcurrir de los años y está en constante búsqueda de la felicidad a través de sus pasiones. Así se evidencia la personalidad de Isabella Santodomingo, la actriz y escritora barranquillera que lleva consigo un gran sello auténtico.

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El número que indica su edad no es relevante, no representa un obstáculo para hacer todo aquello que le produce plenitud. Es así como a sus 55 años, ha podido explorar la magia de la actuación, escritura e incluso la presentación televisiva.

Isabella inició su carrera como columnista y estuvo vinculada a esta casa editorial, también a los diarios, El Caribe, El Espectador, El Tiempo, y revistas como  Nueva, Viernes Cultural, SoHo y Cromos. Su rostro ha sido visto en telenovelas como Fuego Verde, En los tacones de Eva, Perro amor, Tentaciones, La saga entre otras.

En diálogo con EL HERALDO, Isabella dejó ver la mujer barranquillera que nunca ha salido de ella, pese a estar moviéndose por el  mundo a través de sus oficios. Con desparpajo y autenticidad, expresó que las cualidades de su tierra no se han desligado de su personalidad.

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“Siempre he dicho que el único talento que tengo es ser barranquillera, porque piensan lo que piensan, son bailarinas, les gusta tomar trago, trasnochan cuando toca, son talentosas y no se toman las cosas tan a pecho”.

Hasta los 23 años residió en La Arenosa, pero decidió regresar años después para darle la oportunidad a su hija de pisar suelo barranquillero.

“Quería que aprendiera a bailar cumbia, tocar tambora y viviendo allí me escogieron para participar en El Desafío 2004”.

Para ella, participar en el reality, fue el inicio de una de las más grandes, y mejores aventuras de  su vida, temporada en la que pudo compartir con el futbolista Carlos ‘el Pibe’ Valderrama y la también actriz Patricia Castañeda.

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Actualmente vela por la sororidad que debe existir en las mujeres. Cortesía Gabriel Carvajal
La lucha por la sororidad

Fiel reflejo de la barranquillera, Isabella no se aferra a las amarguras y tampoco vive de complejos. Asume los cambios en su vida y los escribe para la reflexión de otras mujeres.

“Todo lo que he hecho siempre me lleva a la escritura. Fui la creadora de la serie Los caballeros las prefieren brutas, todos los caminos me traen de vuelta a lo que estoy haciendo ahora”.

Cuenta con siete libros publicados que la han alejado de las pantallas porque considera que este oficio requiere concentración, aislamiento, pero es lo que más disfruta porque implica, trabajar con la memoria, crear mundo y reflejar una expresión pura.

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En ese camino, está a punto de publicar su octavo libro titulado Revivamos nuestra histeria, el cual relata los procesos que han atravesado las mujeres desde su creación.

“Siempre hemos sido catalogadas las malas, conflictivas y no nos dan buenos cargos porque si estamos en nuestros días podemos crear una guerra y curiosamente todas las guerras en la historia han sido creadas por hombres”, reflexiona Isabella.

Lejos de provocar una batalla entre hombres y mujeres, Isabella desea seguir cambiando la historia, por lo que considera que estamos viviendo en el siglo de la mujer.

“Para que no se repitan patrones. Sí siento que la mujer ha ganado terreno, pero la guerra es por entendernos entre nosotras mismas. Qué viva el siglo de la mujer. Estamos abriendo los ojos, qué bonito eso”

Una mujer invencible

Isabella recordó aquel momento oscuro de la pandemia, en el que pensó haberse anulado como mujer, mientras se denominaba como una persona invisible.

Sus 54 años llegaron durante la crisis sanitaria. Allí, como un día común, salió a patinar y en medio del camino tuvo una ruptura de tobillo, accidente que le daría un giro completo a su cuarentena.

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“Allí mi estado de ánimo empezó a bajar porque sumado a no salir de la casa, yo no podía salir de mi cuarto porque tenía un yeso con la pierna levantada todo el día, solo comía y veía series”.

¿Qué estaba ocasionando estos cambios? La menopausia, esa etapa que se conoce como la disminución natural de las hormonas reproductivas cuando una mujer llega a los cuarenta o cincuenta años.

No se avergüenza de envejecer, disfruta la experiencia que los años le han traído y define la menopausia como una segunda juventud que no deja de disfrutar.

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Como mujeres que se anulan define la actriz a aquellas que deciden ser invisibles en la sociedad. “Cuando hablamos de mujeres invisibles no se trata de una mujer con superpoderes, hablo de una mujer que se ha anulado”.

El feminismo para Isabella no debe atribuirse como un término que genera temor, debe constituir un ejemplo de sororidad.

“Que no nos avergüence decir que somos feministas porque eso significa que apoyamos a las minorías. Nosotras somos el sexo fuerte, nada nos queda grande”.

 

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