Pedro Vergara: 60 años encarnando el espíritu del ‘Che’ Guevara
Se ha convertido en uno de los disfraces icónicos del Carnaval de Barranquilla. Confiesa que es un personaje que ha despertado amores y odios en los desfiles.
Cuando Pedro Antonio Vergara Mena se asomó al portón de la casa, ubicada en la calle 34A Nº 9D15 del barrio Las Palmas en Barranquilla, saludó y sin demora ingresó por un callejón hasta una pequeña habitación donde vive solo.
Al llegar, se sentó en una vieja cama de un cuerpo y lleno de la más notable sencillez, manifestó. “Aquí tienes al propio, quien durante seis décadas encarna en un disfraz el espíritu del ‘Che’ Guevara en el Carnaval de Barranquilla”.
Enseguida, llamó la atención su habitación adornada con una cantidad de fotografías y camisetas que tienen la imagen del médico, escritor y líder revolucionario Ernesto ‘Che’ Guevara de la Serna, nacido en Rosario, Argentina.
“La historia y gesta del ‘Che’ Guevara me la conozco de principio a fin, con decirle que nació el 14 de junio de 1928 y murió el nueve de octubre de 1967, siendo un luchador de la causa social. Por eso, decidí rendirle el más extenso y sentido homenaje”, dice de entrada, mientras toma una bocanada de aire para continuar dando explicaciones.
“Desde joven escuché hablar de él, llamándome la atención sus ideas en bien de los más necesitados. Consultaba en revistas y periódicos porque el internet no existía. Hasta el sol de hoy he seguido esa línea, y vea su físico se ha reflejado en el mío”.
Con la emoción marcada en su rostro, contó. “Al ‘Che’ Guevara lo conocí en Cúcuta en el año 1959, cuando yo trabajaba en un parque. Él llevó a unos niños a montar en la máquina de juegos que yo atendía. Ese día hablamos de todo y le comenté que ojalá pudiera verlo más adelante, pero nunca se cumplió mi deseo”.
La pausa del diálogo quedó en el olvido porque quería contar todo, como si el tiempo se fuera a detener y algo quedara escondido en sus nuevas palabras. “Una vez pasó un muchacho por la casa y me regaló una boina. Me la puse de una. A los ocho días me encontré con un vendedor de lotería y me dijo que me parecía al ‘Che’ Guevara”.
Como si la fuerza del recuerdo y la semblanza del ídolo revolucionario lo invitaran, señaló. “Se me prendió la luz, y de esa manera conseguí los demás elementos que identificaban al propio ‘Che’, dándome a conocer, especialmente en el Carnaval de Barranquilla”.
Entre las anécdotas que le han sucedido en los desfiles, narró sobre una vez que un hombre se tomó una foto con él y de repente le estampó un beso. También, una joven le confesó que no gustaba del ‘Che’ Guevara, pero él sí le gustaba mucho. Además, en otra ocasión lo invitaron a una casa donde todo giraba alrededor del personaje que él representa. “Fuí ídolo por varias horas”, anotó. De igual manera, destacó que el año pasado recibió el reconocimiento como Caporal del Carnaval de Barranquilla.
No dejó de contar sobre sus viajes al exterior donde estuvo en Estados Unidos, Cuba y Alemania, viviendo diversas experiencias por su personaje. “En esos países hubo de todo, entre elogios e insultos. En este sentido, algunos pensaban que estaba loco, pero cuando me conocían cambiaban de parecer porque mi mensaje es la igualdad y estar en contra de la discriminación”, señaló.
Después, el personaje carnavalero relató sobre su indumentaria: “El uniforme, lo compré barato; adquirí un fusil artesanal, las balas las hago con caucho, aluminio y madera, las granadas son de madera con aluminio y les echo pintura, un brazalete de plástico, un reloj y manilla con la foto del ‘Che’, una correa, botas largas y la boina que tiene una estrella. Durante estos años me le he pasado disparando recuerdos”.
Al principio, Pedro Vergara, nacido el cinco de mayo de 1935 en el barrio Las Nieves de Barranquilla, no quiso recordar aquel viernes 24 de junio de 2022 cuando fue detenido por la Fuerza Pública en Baranoa, Atlántico, al asistir a una caravana y tener puesto el controversial disfraz.
De inmediato, se supo que tenía escondido en su memoria ese recuerdo triste y varias lágrimas visitaron sus arrugadas mejillas. “Nunca había estado preso porque soy un hombre honrado y trabajador. Esa vaina fue barro, soberana confusión, me sentía impotente porque la Policía de una me empapeló y llevé ‘cana’ corrida”.
Se puso de pie y continuó diciendo. “Hasta sacaron un comunicado citando leyes y demás, pero el otro día me soltaron pidiéndome excusas. Vea, no hay mal que por bien no venga porque se me aumentó la popularidad y hubo mucha solidaridad conmigo”.
Enseguida volvió a llorar al traer al diálogo a su fallecida esposa Maritza Orozco, con quien tuvo dos hijas: Yira Patricia y Mónica Piedad, quienes le han regalado cuatro nietas. “Mi mujer murió en un accidente de tránsito descuadernándome la vida. Con mucho esfuerzo saqué adelante a mis hijas que hoy son mi mayor tesoro”.
Cuando la preguntadera se estaba acabando, se le indagó sobre su retiro de la fiesta carnavalera, porque los años están tocando la puerta y las fuerzas no son las mismas. Se quedó callado por un instante y aseveró. “A mis 87 años no es fácil dejar colgado el disfraz que hace parte de todo lo mío porque lo saco así esté en dificultades y hasta teniendo luto. Yo soy rico en alegrías, en aplausos y por el reconocimiento que recibo a diario”.
Entonces, aparecieron nuevamente las lágrimas, y dijo. “La verdad es que me duele morirme porque nadie sacará el disfraz como lo hago yo, con ese amor, constancia y deseos de rendirle homenaje al ‘Che’ Guevara, quien luchó contra las injusticias. Además, no tengo un hijo que continúe con este legado”.
Después de pulir su pensamiento a viva voz, expresó que no fuma y se toma de vez en cuando sus cervezas ‘regaditas’. En cambio, prefiere quedarse desempeñando su oficio de zapatero, donde ha podido clavar en el tiempo la historia del hombre que no se ha cansado de ser el ‘Che’ Guevara carnavalero, honor que llena su corazón e invade hasta su alma, sin dejar de cantar un verso de la canción ‘Noble corazón’ de la autoría de Diomedes Díaz.
“Yo soy un hombre que conservo cualidades, bajo la experiencia de mi edad, y me preocupo por observar detalles, para pocas veces poderme equivocar. Afortunadamente, tengo este don que me ha brindado la gran naturaleza”.
