Paola Rodríguez, diseñadora de confianza
En entrevista con EL HERALDO, la barranquillera, que se ha hecho a pulso en Europa, dio detalles acerca de su proceso creativo y la construcción de su marca.
Con el fiel propósito de sumarse siempre a los cambios, y una cualidad envidiable para adaptarse a las necesidades del entorno, Paola Rodríguez, creativa de modas barranquillera, ha desarrollado un concepto de versatilidad y disciplina que no solo se encuentra implícito en sus proyectos comerciales, sino que también es parte de su vida.
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Ya son alrededor de 22 años los que Rodríguez lleva fuera del país; eso sí, sin olvidarse de su tierra porque cada vez que puede se pega la escapadita a su Barranquilla amada.
Criada en un hogar tradicionalista y formada en un colegio liderado por monjas, su infancia y adolescencia fueron bastante limitadas. En casa se priorizaban los valores, la cultura, pero sobre todo la necesidad constante de ver la vida como un eterno aprendizaje. Su destacado desempeño académico hizo que sintiera que los años de su secundaria pasaran volando, y cuando tuvo 16, ella fue la que voló.
Paola había aplicado a un visado de turismo para conocer Países Bajos, una vez aprobada su solicitud tuvo la oportunidad de viajar y luego de quedarse.
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Pasados los días de su llegada al Viejo Continente, comenzó a explorar un mundo de posibilidades. Todo era muy nuevo, el idioma, la cultura, la gastronomía, buena parte de la música, e incluso la forma de relacionarse.
Frente a esto, asegura que le tocó hacer uso de su capacidad adaptativa, entendiendo que esta era una oportunidad para aprender.
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Con un poco más de habilidades adquiridas y siendo un tanto mayor, a Paola se le da la oportunidad de mudarse a España para estudiar Administración de Empresas.
Paola llega específicamente a Madrid, y mientras estudiaba volvía a redescubrir una de sus pasiones en la época de colegio, la moda.
“Madrid es una plaza compuesta por la diversidad cultural y hay muchos latinos, y tanto nosotros como los españoles estamos muy interesados en vestirnos y vernos bien, por lo que para mí se convirtió también en parte de mi diario”.
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Ese ejercicio constante de vestirse según las tendencias del mundo de la moda y la necesidad de buscar alternativas para solventar los compromisos económicos, la llevó a lanzar una marca propia de ropa deportiva.
“Yo aún estaba en la universidad, pero cuando decidí crear mi primera marca de ropa ya llevaba tiempo vendiendo cosas de otras marcas, era una forma de tener flujo de caja y tenía un grupo de clientes que me compraban regularmente, pero asumí el riesgo de lanzarme como creativa”.
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Su primer acercamiento al mundo comercial fue bajo el nombre de ‘Deep Fit’, una marca de ropa deportiva femenina que buscaba suplir una necesidad que Paola había descubierto en el mercado europeo, puesto que la prendas para ir al gimnasio eran aburridas.
Durante el proceso la barranquillera se enfocó en crear junto a diseñadores, piezas para que las mujeres hicieran ejercicio, enfocadas en dos aspectos, la funcionalidad y la versatilidad para las actividades externas al deporte.
“La vida se mueve muy rápido, y cada vez hay menos tiempo para las cosas, y yo comencé a pensar en unas prendas que me sirvieran a mí para ir a entrenar y luego para poder ir al banco o buscar a mis hijos a la escuela y seguir sintiéndome vestida, ese fue el enfoque principal”.
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Una vez los diseños estuvieron elaborados, los materiales comprados y el personal contratado se procedió a la confección. Sin embargo, las altísimas expectativas de Paola se vinieron abajo.
“Al final el producto no era lo que yo realmente había plasmado en el diseño, y el error había sido mío. Yo tenía las ideas claras en la mente, pero creer que los demás las sabían interpretar, me llevó a un resultado que no fue el deseado y perdí mi inversión y esfuerzo porque la gente no compró y todas las prendas se quedaron”.
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Demostrando que siempre vale la pena volver a empezar, regresa a Países Bajos, se radica allá y decide emprender un segundo viaje en el mundo de la moda.
Ya Paola había acumulado experiencia en Mercadeo de la Moda trabajando para Zara, pero sentía que era el momento de volver a lanzar su proyecto personal.
“En esta ocasión decidí hacer todo de cero, cambié el nombre de la marca, los diseños, mi equipo de trabajo y demás, pero sin duda el cambio más importante fue aprender a confiar en mí”.
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Una vez con los pies metidos en el agua, sale al mercado su primera colección bajo su nueva marca, ‘Athlefit Apparel’, y aunque manejaba el mismo concepto, esta vez sí hizo la tarea bien, fue fiel a sus ideas.
“Cuando sale la primera colección yo estaba muerta de miedo, venía de un fracaso, pero me estaba arriesgando y esta vez todo fue un éxito, a la gente le encantó la propuesta y todo se vendió”.
Desde entonces la marca de Paola se ha ido consolidando en el mercado europeo y cada vez ha captado mayores clientes. Sus diseños no solo están elaborados por manos colombianas, sino que llevan marcado su sello como barranquillera.
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Su más reciente colección incluye prendas femeninas deportivas que tienen construcciones de color monocromáticas que van acompañadas de grabados geométricos y de animal print.
La versatilidad es sin duda la exposición de marca; sin embargo, el lujo de la misma son los detalles, tanto en prendas superiores como inferiores, los adornos en textil, los recamados y el ajuste de la silueta forman la composición de atuendos ideales para la mujer dinámica de hoy.
Otro de los aspectos que la barranquillera mencionó en la conversación fue su interés por crear una extensión de su proyecto comercial que se dirija a lo social.
En este se ha planteado la construcción de un taller enfocado a que las mujeres tengan la capacidad de ser independientes económicamente, además de que esto impacte positivamente en sus familias, dándole así un lugar destacado.
