
La batalla por rescatar a los homosexuales del régimen talibán
En diálogo con EL HERALDO, Nemat Sadat narra que los miembros de la comunidad LGBTI están siendo asediados por los extremistas para asesinarlos.
Para el régimen talibán las personas LGBTI solo merecen la muerte. Bajo sus radicales leyes una persona homosexual muere por lapidación o aplastada por una pared de 2,5 o 3 metros.
Cuando el pasado 15 de agosto los talibanes se tomaron el poder en Afganistán, el terror volvió a recorrer sus calles como en la década de los noventa y las personas LGBTI sintieron nuevamente el asedio de la muerte por el simple hecho de amar.
Nemat Sadat, periodista y activista de derechos humanos afgano-estadounidense, fue una de las primeras personas de este país de Oriente Medio en declararse homosexual. En julio de 2013 lideró grupos clandestinos en Afganistán para luchar por los derechos de las personas LGBTI por lo que el gobierno afgano lo consideró una amenaza para la seguridad nacional. Fue despedido de la Universidad Americana de Kabul, donde trabajaba como docente, y tuvo que exiliarse en Nueva York.
El 22 de agosto de ese mismo año se convirtió en el primer afgano en declararse abiertamente homosexual, lo hizo, según él, para dar el mensaje de que existen personas afganas, musulmanes y gais.
En el país norteamericano encontró refugio, le tocó empezar de cero, pero sus conocimientos lo convirtieron en panelista para importantes debates sobre el islamismo y la homosexualidad en cadenas como la BBC y CNN.
Ocho años después de haberse declarado homosexual, expresa que lo poco que ganó Afganistán en derechos para las personas LGBTI se perdió con la toma del poder de los talibanes.
Desde Nueva York, este afgano que se salvó de las garras del extremismo dialogó con EL HERALDO sobre su preocupación por miles de homosexuales que hoy tienen que esconderse de los talibanes para no ser ejecutados.
“La comunidad LGBT está sentada al filo de la navaja. Se puede ver a los talibanes deambulando por las calles desde fuera de las casas armados con sus ametralladoras. Me enteré que van de puerta en puerta por la noche en busca de traidores”, afirma.
Dice que el grupo extremista considera así a los traductores para el ejército estadounidense, a los soldados del Ejército Nacional Afgano y los periodistas que criticaron a Pakistán.
“Los llevan a lugares desconocidos en donde se presume los matan”.
Sadat ha estado en contacto con personas de la comunidad LGBTI quienes le han manifestado que los talibanes comenzarán a perseguirlos una vez las tropas norteamericanas y la comunidad internacional hagan su salida final y el último avión de evacuación se haya ido.
“El pueblo afgano quedará totalmente sometido a un brutal régimen que promete restaurar completamente la ley islámica de la sharía”.

Morir por amor
Nemat narra que conoció el caso de un joven identificado como Ahmadullah. Los talibanes mataron a su padre y a su hermano menor. El día de la incursión de los extremistas a Kabul, él se encontraba con su novio y tras ver las noticias le insistió que se fuera para su casa.
Su pareja se fue y Ahmadullah le envió mensajes por su celular para saber si había llegado bien, pero no recibió respuesta. “Se enteró por un amigo que su novio había sido decapitado por los talibanes porque notaron que era afeminado y dedujeron que podía ser homosexual.
Ahmadulla no ha podido contactarse con sus otros amigos LGBTI. Nemat señala que posiblemente están escondidos y “tienen miedo de confiar en alguien o están desaparecidos”.
“Eres mi última esperanza”, afirma que le ha dicho otro joven que se encuentra escondido por temor a lo que pueda pasar con su vida.
Carrera contrarreloj
Nemat encontró un mecanismo para intentar salvar a las personas que hoy corren peligro. “Estoy tratando de ayudar a los afganos LGBTI a ser evacuados en los vuelos que transportan a expatriados y aliados fuera de Afganistán hasta finales de este mes”, indica.
El proceso lo inició desde que los talibanes asumieron el control de Kabul. Calcula que son cerca de un millón de vidas de la comunidad LGBTI las que necesitan ayuda, pero hasta el momento solo ha podido enviar al Departamento de Estado de Estados Unidos los nombres de 125 personas. Su carrera es contrarreloj porque el 31 de agosto saldrá el último vuelo humanitario por orden del presidente Joe Biden.
“Los talibanes no tendrán piedad de las personas LGBTI cuando implementen por completo la ley sharía (…) no es exagerado decir que harán con las personas LGBTI exactamente lo mismo que los nazis: exterminarlos”.
Llamado a la solidaridad
Para Sadat, todos los miembros de la comunidad LGBTI del mundo deben prestar especial atención a lo que sucede en Afganistán y los países que se rigen por la ley sharía.
“Algunas personas LGBTI pueden optar por ignorar la difícil situación de los afganos LGBTI (…) pero como seres humanos debemos apoyar a nuestros hermanos y hermanas necesitados. Debemos mirar nuestra propia autoconservación. Si las personas LGBTI en un lugar pueden extinguirse, eso establece un precedente para que suceda lo mismo en otros lugares”, concluye.
De acuerdo con Germán Molina, docente de la Universidad El Bosque y “musulmán sunita”, los talibanes hacen parte de la variante islámica conocida como “salafista”, que es ultra conservadora. Los talibanes impondrán en Afganistán la ley sharía, un código de conducta “inventado por los extremistas” que determinan los aspectos en la vida de este fragmento del islam.
Según la interpretación de los ultraconservadores, los homosexuales no deben ser respetados. Molina, quien también es magíster en Antropología, explica que esta concepción es tomada de una referencia que hace el Corán sobre Sodoma y Gomorra, historia plasmada en la Biblia.
“Este invento lo usan para justificar castigos a acciones que ellos consideran ilícitas o inmorales”. Molina aclara que no todas las corrientes del islam comparten dicha concepción sobre los homosexuales por lo que hace un llamado a no estigmatizar. De hecho, explica que existen movimientos LGBTI musulmanes tanto en América como en Europa. EL HERALDO verificó el portal web mpvusa.org y constató que sí existen estas comunidades.
