Sociedad

Fiorillo, un quijote de la cultura Caribe

En sus osadas  aventuras, el recién fallecido escritor y periodista creó el Carnaval Internacional de las Artes. Su esposa reveló que estaba escribiendo una novela que próximamente verá la luz.  

Hacer del Carnaval una fiesta cargada de reflexión. A quién se le habría ocurrido una quijotada de tal magnitud, solo a un gestor cultural convencido de que más allá de todo el bullicio que generan las carnestolendas también había espacio para meditar a través de las artes.

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Ese fue Heriberto de Jesús Fiorillo Tapias, quien falleció el pasado lunes a los 72 años, no sin antes haber dejado huella en campos como el periodismo, la literatura, el cine, la televisión y el teatro. 

En el imaginario colectivo el Quijote aparece en la mente de los lectores del mundo como un hombre delgado con una armadura grande, así fue concebido por Cervantes; mientras que Fiorillo se apropió de elementos culturales como las máscaras hechas en Galapa para homenajear a sus invitados en el Carnaval Internacional de las Artes, al punto de convertirlas en una especie de casco identitario.  

Todo el que conoció a fondo al recién fallecido escritor, periodista y guionista barranquillero, ya sea en el plano laboral o como persona, tiene una anécdota a la mano para compartir que da cuenta de su generosidad y profesionalismo. 

En lo particular no olvido cada vez que lo consultaba para mis investigaciones musicales, y aunque le hiciera la solicitud en persona, su respuesta siempre fue la misma: “Te envío mi aporte por correo electrónico, así te evitas la fatiga de desgrabarme y de paso no me cambias una sola coma”.

Y es que detrás de aquel hombre de contextura gruesa que camuflaba su mirada con unas gafas oscuras Ray-Ban y parte de su cabeza con un sombrero alón, se escondía un gran ser humano.

“Había un ‘tigre’ bondadoso, un ingenioso mamagallista, fundador de un divertimento inteligente y múltiple, que  tiene reflexionando a los colombianos desde hace 17 años acerca de la imaginación y los distintos oficios que nutre, el impulso creativo”, dice el escritor y periodista Carlos Polo, jefe de prensa del Carnaval de las Artes.

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Polo que fue muy cercano a Fiorillo en los últimos años, agregó que en cierta ocasión lo asaltaron y este al verlo sin celular y sin reloj, le obsequió un teléfono y un reloj de alta gama. “Hemos perdido a un ser humano extraordinario, pero también a un defensor incansable de la cultura. Quedamos huérfanos, su legado ahora debe obligarnos tanto al sector público como privado y a todos los que amamos la cultura a trabajar unidos por sacar adelante el Carnaval de las Artes, el Concurso Nacional de Cuentos y todas las actividades que brotan de La Cueva”.

Heriberto o ‘Fiori’, como lo llamaban cariñosamente sus allegados, se inauguró como cronista precoz a los 20 años y sus textos obtuvieron primera plana en EL HERALDO y El Espectador. Con apenas 25, fue jefe de redacción y luego subdirector de la revista Cromos. Su inquieta pulsión creativa lo llevó a escribir y dirigir películas.

Un dato no menor es que dirigió cuatro noticieros nacionales de televisión, el laureado programa Talentos y fue productor de radio en Naciones Unidas, New York, ciudad donde laboró como editor en jefe de La Familia de Hoy, revista latina de circulación nacional.

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Fiorillo en un diálogo íntimo con García Márquez. Cortesía
“Trabajaba en una novela”

Su esposa Claudia Muñoz Barros, con quien conformó un hogar con sus tres hijos: Leonardo, Mariángela y Emilio, contó que se enamoró de un ser humano integral, muy ético y con un rigor de respeto hacia el ser humano y su profesión. 

“Él era muy mamagallista, yo me reí toda la vida a su lado, incluso le pregunté a una sobrina que se iba a casar hace poco cómo le iba con su pareja y me dijo que la hacía reír mucho, así que le hice ver que tenía el ingrediente principal de una relación porque la vida trae muchos problemas y tener a alguien que le saque chiste a los problemas es una dicha”.

Claudia contó que Fiorillo era un ser de todos los apetitos, especialmente era un apasionado por la comida italiana. 

Detalló que se marchó tranquilo, pero que el Parkinson fue lo que más lo afectó porque le mermó su capacidad intelectual y eso lo deprimió mucho.

“Estaba trabajando en una novela grandiosa, muy divertida, pero que lastimosamente la enfermedad no le permitió terminar. Hay capítulos maravillosos que mi hijo Emilio me dice son una delicia, y quizás podamos lograr publicar ese trabajo porque lo escribió con mucho gusto”.

Su hijo Emilio, expresó que: “Ha sido un honor compartir un ratico de vida con él, algunos lo disfrutaron más tiempo, pero quedo agradecido por todo el amor y las enseñanzas que me regaló. Ahora queda el compromiso de sostener su legado, eso es algo a lo que todos los amantes de la cultura estamos invitados”.

El actor Robinson Díaz a quien Fiorillo dirigió en Amores ilícitos (1985), en el documental Heriberto Fiorillo, que la crónica viva para siempre, producido por RTVC, dijo que: “Aparte de ser un gran escritor, periodista, investigador y un gran gestor cultural, fue un ser humano con una potencia y un humor impresionante, él reunía el alma costeña y al pueblo colombiano, era un tipo cosmopolita (…) Tenía una tranquilidad para dirigir, tenía la película en su cabeza así que no había más que actuar. Eso era lo que nos pedía actuar con mucha tranquilidad como si estuviese uno en una mecedora en Barranquilla, siempre  me pedía serenidad”.

Reflexiones sobre ‘Fiori’

Tadeo Martínez, amigo y vecino de Heriberto, lo recordó como un hombre noble. “‘Fiori’ fue un personaje cariñoso, un periodista que estuvo pensando todo el día en qué escribir. Tuve el privilegio de compartir muchos momentos con él, realmente nos hará mucha falta”. 

Por su parte, el escritor y amigo David Lara Ramos sostuvo que Fiorillo “representó un ser Caribe que puso la imaginación y creatividad como parte de un proceso de reflexión humana. Su proceso fue de lucha en torno a la dignidad del ser creativo”.

María Teresa Fernández, secretaría Distrital de Cultura, sostuvo que: “Heriberto realizó una importante tarea y fue la de la reflexión. A través del Carnaval de las Artes invitó a reflexionar. Definitivamente deja un hueco en el sector cultural de Barranquilla que todos estamos llamados a llenar”.

Su impronta en EL HERALDO

El talento de Heriberto Fiorillo también se desplegó por las páginas de EL HERALDO, donde se desempeñó como Editor General durante seis meses (Enero a Junio de 2005.

Gustavo Bell Lemus, quien fue gobernador del Atlántico y vicepresidente de Colombia entre 1998 y 2002, pidió tenerlo como su mano derecha y asumió el cargo de Editor General.

Rafael Sarmiento Coley, uno de los experimentados periodistas de la ciudad, presenció el paso de Fiorillo por la sala de redacción. Destacó que estableció algunos cambios esenciales en la edición dominical, la cual pasó a tener menos noticias y más trabajos especiales: crónicas entrevistas y reportajes.

“Él trabajó mucho tiempo en Estados Unidos y por eso le daba mucho valor a lo visual, a la fotografía y al diseño, aspectos que fueron mejorados de manera notable durante su etapa como editor, especialmente en la Revista Miércoles y VSD”.

La Comunicadora Social Alix López, quien coincidió con Fiorillo en la sala de redacción, utilizó dos palabras para definirlo. “Creatividad y rigor”. 

López quien contó que nunca lo vio perder la compostura, “era un ser extremadamente generoso y con buen sentido del humor”.

Lo recuerda sentado en su oficina cuando ponía música a bajo volumen, sobre todo boleros, mientras escribía en su computador.

Pero sin duda, lo que más recuerda Alix López de ‘Fiori’ fueron las trasnochadas interminables por la agonía del papa Juan Pablo II. Mientras esperaban el desenlace, acostumbraba a pedir hamburguesas o pizzas para quienes estábamos allí. Daba gusto verlo haciendo portada, siempre muy interesado en la parte visual.

“¿Con qué imagen acompañamos ese informe?, preguntó y se sentó a buscar las fotos de archivo que enviaban las agencias.

“Fiorillo agarró una fotografía horizontal en la que el Papa se asomaba al balcón, entonces la verticalizó para que diera la sensación de que el pontífice estaba acostado en su lecho de enfermo. La puso abriendo primera página. Ese es apenas uno de los ejemplos de su chispa y creatividad”.

Tras culminar sus funciones como editor general, siguió colaborando como columnista hasta el 19 de julio de 2019.

Por muy quijotesco que pareciera, Fiorillo terminó convertido en un héroe de la cultura, que no se enfrentó a molinos de viento, sino a la colosal indiferencia que golpea al arte y la cultura. Sus triunfos no fueron cuentos, ni novelas...

Heriberto Fiorillo murió el pasado lunes a los 72 años. Cortesía
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