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Casi que a manera de juramento, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, los hijos del escritor cataquero Gabriel García Márquez han dicho que la publicación de su novela póstuma En agosto nos vemos es fiel a las letras y a la memoria de su padre.

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En la mañana de este martes, previo al lanzamiento de la obra, que ha sido publicada este miércoles 6 de marzo, cuando se conmemoran 97 años de su natalicio, su hijo Gonzalo estuvo desde la sede central del Instituto Cervantes en Madrid, España, mientras que su primogénito Rodrigo se conectó de manera virtual, para entregar detalles de la obra que se convierte en el hecho literario más relevante de este 2024.

Alrededor de 50 periodistas atendieron el llamado de manera presencial en la capital española, mientras que 180 comunicadores de distintos medios de comunicación a nivel mundial siguieron los detalles de manera virtual.

En el evento también participó Pilar Reyes, directora de la división literaria del grupo Penguin Random House, editorial encargada de la publicación del libro, quien reveló que se realizó un primer tiraje de 250 mil ejemplares en Latinoamérica, con excepción de México y otros países de Centroamérica, pero que la idea es poder imprimir mucho más ejemplares.

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'Este es el último texto de Gabriel García Márquez que no había sido publicado, por lo que la expectativa es muy grande, ya no hay más textos guardados. Esta publicación se logró luego de que Cristóbal Pera, encargado de la edición del texto final, y también editor de los dos últimos libros que García Márquez publicó en vida, —sus memorias, Vivir para contarla (2002), y la novela Memoria de mis putas tristes (2004) — revisara los cinco borradores que había dejado Gabo y se completó con las últimas correcciones que su fiel secretaria, Mónica Alonso, fue guardando'.

Agregó que: 'Vemos en esta novela no solo un texto absolutamente consistente con el mundo narrativo que García Márquez fue construyendo a través de sus libros, sino el intento de escribir contra viento y marea, incluso en las condiciones más adversas, contra sus propias limitaciones. Así que por eso valía la pena que sus lectores lo tuvieran en sus manos'.

Hace 25 años inició la historia

El 18 de marzo de 1999 se supo que García Márquez trabajaba en un nuevo libro que al principio se había planteado como cinco relatos autónomos con una misma protagonista: Ana Magdalena Bach.

En las 144 páginas de la novela, el Nobel colombiano explora a través de esta mujer temas como: la sexualidad y el deseo, a los cuales impregna de los ambientes y el carácter caribeño que con tanto cariño retrató durante toda su vida.

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Y aunque Memorias de mis putas tristes fue la última ficción que publicó en vida, durante más de una década estuvo trabajando en la historia protagonizada por esta mujer, algo poco habitual en la literatura de García Márquez.

Ana Magdalena Bach es descrita como una mujer de más de 40 años con la que el autor costeño explora la sexualidad y el deseo cuando, en el viaje que realiza cada mes de agosto a la isla donde está enterrada su madre, descubre cómo puede convertirse en una persona distinta una noche al año.

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La agente literaria Carmen Balcells informó al editor de García Márquez, Cristóbal Pera, de que éste tenía una novela inédita a la que no encontraba el final y le pidió que lo animara a terminarla. Pero el Nobel colombiano le mostró tres capítulos y le dijo que ya tenía su párrafo final, por lo menos en la versión en que trabajaba en el verano de 2010.

La pérdida de memoria que sufrió en sus últimos tiempos, no le permitió a Gabo encajar todas las piezas y correcciones, y la revisión del texto fue la mejor forma de ocupar sus días haciendo lo que más le gustaba, según relata el propio Pera en el prefacio de la novela.

'Nos pidió que la botaramos'

El cineasta Rodrigo García Barcha, hijo mayor del matrimonio entre Gabo y Mercedes Barcha, dijo que fueron lo más fieles posible al legado de su papá.

'No le hemos agregado una sola palabra a la novela de mi padre, en eso hemos sido muy conscientes. Nosotros tuvimos la oportunidad de leerla y nos pareció que estaba completa, y que sólo la enfermedad del olvido que tenía mi padre le había impedido valorarla bien. De hecho él nos pidió que la botaramos, pero también cierta vez nos dijo que cuando él muriera podíamos hacer lo que quisiéramos, así que eso nos permite dormir hoy un poco tranquilos (risas)'.

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Junto a su hermano Gonzalo aseguraron que en la novela que sale ahora publicada 'no se ha hecho un trabajo de edición hasta el punto de tener que agregar frases', ya que aunque la historia podía estar 'si acaso un poco dispersa, pero completa'.

El texto que llega este miércoles a las librerías es 'el último sobreviviente' de la obra de García Márquez. Sus hijos han querido no dejar cabos sueltos para que ya toda la obra del Premio Nobel colombiano esté a disposición de los lectores: 'y los lectores decidirán si nosotros, los hijos, se equivocaron o no', han sentenciado.

'Valoraba mucho a la mujer'

EL HERALDO, casa editorial a la que García Márquez perteneció en sus inicios y en la que publicó bajo el seudónimo de Septimus su popular columna La jirafa, tuvo la oportunidad de inaugurar la ronda de preguntas virtuales.

El interrogante estuvo dirigido a los hijos del pilar del Realismo Mágico, a quien se les indagó sobre las enseñanzas que Gabo les había dejado en cuánto al trato a la mujer, teniendo en cuenta que la protagonista de la novela es Ana Magdalena Bach, y que estamos en conmemoración del Mes de la Mujer.

Rodrigo García Barcha levantó su voz para expresar que no recuerda algún pensamiento filosófico en este sentido, 'no hubo un consejo explícito, pero él fue muy amigo de mujeres, además creció con mujeres fuertes, sus abuelas, sus tías, su propia madre y hermanas. Entonces no hubo un discurso, pero Gabo se consideraba un feminista en la manera en que conducía su vida y esta novela lo refleja. Luego también teníamos en casa el ejemplo de mi madre, que siempre fue una persona fuerte con su punto de vista, su voluntad, su propia personalidad, que no fue aplastada ni por Gabo, ni por la fama de Gabo', destacó su hijo Rodrigo.

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Agregó también que era admirador de muchas escritoras, de la talla de Virginia Woolf, Mercè Rodoreda, Toni Morrison o Gabriela Mistral a quienes trataba con la misma admiración y respeto que les daba a otros escritores. 'Gabo siempre trabajó en casa mientras nosotros crecíamos, fue un padre muy presente, pero también le dio todo el protagonismo a mi madre en sus decisiones y en nuestra crianza. Recordemos que es por mi madre Mercedes Barcha que su obra cumbre Cien años de soledad logra ser publicada, así que desde esa óptica hay que decir que él era muy respetuoso de los pensamientos y distintos roles que asumían las mujeres en nuestra sociedad'.

A su turno Gonzalo explicó que aunque había una mayoría abrumadora de hombres en el núcleo familiar, en realidad, la que llevaba las riendas del asunto de la familia, de la agenda y la vida cotidiana, siempre fue Mercedes (La Gaba). 'Ya cuando faltó Gabo, Mercedes adquirió una dimensión realmente descomunal, ella siempre fue un gran ejemplo de una líder absoluta, añadido a la confabulación con la gente literaria de toda la vida, con Carmen Balcells, a quien hay que rendirle homenaje también en todo esto, entre ellas dos lograron hacer un ambiente en donde se sentía uno dirigido por personajes femeninos y en donde todo era muy cómodo y productivo. Esto termina reflejándose en la novela de la que estamos hablando ahora, cuya protagonista es un personaje libre, independiente y de una gran fuerza de carácter'.

Además, comentó que esta novela no se parece a ninguna otra porque por primera vez en todas las páginas está la voz de un personaje femenino como hilo conductor. 'Me parece una obra rodeada de su Caribe que tanto amó, es contemporánea porque hablan de tarjetas digitales y mucha modernidad en los hoteles donde se hospeda la protagonista Ana Magdalena Bach. También tiene mucho de cultura popular por las canciones que se citan para desarrollar ciertas escenas'.