“Fiorillo fue uno de los grandes creadores de Barranquilla”: Carolina Ethel
La ex directora de la Fundación La Cueva habló con EL HERALDO sobre el legado invaluable que deja el fallecido periodista en la ciudad.
El periodismo barranquillero sigue de luto. Desde tempranas horas de la mañana de este martes, allegados, colegas y académicos han lamentado la partida del escritor Heriberto Fiorillo, quien falleció por el Parkinson que padecía, enfermedad que le produjo complicaciones médicas muy considerables.
Como uno de los grandes creadores de la ciudad lo consideran aquellos que tuvieron la oportunidad de trabajar a su lado, coincidir en una tertulia y hasta observar solo sus nobles acciones por el progreso artístico de Barranquilla. Una de las que le atribuye este concepto es Carolina Ethel, ex directora de La Cueva.
“Fiori es, desde hace muchos años, uno de los grandes creadores de Barranquilla. El quinto discutidor de una infinita pandilla de amigos creadores. Agradezco cada una de sus lecciones y espero que la ciudad y el país sepamos retribuirle en honores pero, sobre todo, en obras, su gran legado de amor por la cultura como creador y gestor cultural”, dijo Ethel en diálogo con EL HERALDO.
La mujer fue sucesora de Fiorillo en el 2021 cuando decidió tomar las riendas de la Fundación La Cueva, cargo que venía ejerciendo desde 2002, el escritor, cineasta y creador cultural, quien tras casi 20 años de intensa gestión, dejó la dirección ejecutiva de este recinto.
“Espero ver su maravilloso libro de cuentos de mano en mano, sus crónicas y máximas sobre periodismo animando el debate y la creatividad en aulas y redacciones”.
Ethel logró rememorar aquella columna que escribió para esta casa editorial titulada Fiorillo, el quinto discutidor. Allí, narró su primer contacto con el periodista y agradeció las puertas que le abrieron del hogar en el que se había convertido para ella La Cueva.
También describió las anécdotas en el barrio Boston de la ciudad, donde residía el escritor. Su minuciosa observación que lo catalogaron como un contador de historias y el gran aporte cultural que le dejó a la ciudad a través de la creación del Carnaval Internacional de las Artes.
Por ello lo denominó el quinto discutidor de aquellas interminables tertulias que el último Aureliano sostuvo con el Sabio Catalán y sus más entrañables amigos, Gabriel, Álvaro, Alfonso y Germán en ese Macondo que ya era Barranquilla. “Los de la realidad, también conocidos como “los cuatro jinetes”, se hacían llamar “marzistas” porque nacieron en marzo, como Fiori, el quinto”.
