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Un reciente artículo de Forbes identifica los cinco pilares que sostienen a los matrimonios más felices. El estudio, fundamentado en análisis de expertos, determinó los elementos clave para que dicha relación sea duradera.

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Practicas como el cuidado diario, el afecto físico, la seguridad emocional, entre otras, fueron analizadas por el psicólogo Mark Travers, de la Universidad de Cornell.

Dichas prácticas fueron estipuladas por la escritora y coach matrimonial Laura Doyle. La experta aseguró que la felicidad en el matrimonio no se asocia únicamente a la compatibilidad o la pasión, sino a prácticas mucho más cotidianas, que requieren cuidado constante, respeto mutuo y calidez emocional.

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Con base a lo dicho por la doctora, y estudiado por Travers, el psicólogo destacó que construir un matrimonio duradero depende de la constancia afectiva diaria como:

Sentirse amado

Este pilar, aunque invisible es el responsable de un amor duradero, para Doyle el sentimiento de ser amado ocupa el primer lugar en las reflexiones de quienes indicaron mayor felicidad en sus matrimonios. La vivencia diaria mediante gestos y actitudes genuinas resulta indispensable para nutrir la relación.

Apoyo constante y conexión emocional

Este punto no consiste únicamente en que las parejas se acompañen en situaciones críticas, sino que mantengan un contacto emocional regular, que compartan temores, deseos, pensamientos sin miedo al juicio, etc., esto hace que sea una relación exitosa.

Autenticidad y seguridad emocional

Este pilar representa la confianza plena para mostrarse vulnerable, expresando necesidades o emociones sin temor a ser rechazado o recibir humillaciones por parte de la pareja.

Travers señaló que las parejas emocionalmente seguras enfrentan los conflictos sin posicionarse como adversarios, manteniendo el respeto y dialogando de manera abierta sobre temas como las finanzas, los proyectos personales o la crianza.

Creación de una historia compartida

Este punto consiste en forjar experiencias significativas como celebraciones, viajes, recuerdos, dificultades superadas, entre otros, para que nazca una historia compartida y se cree un fuerte vínculo emocional.

Doyle, la coach matrimonial, también destacó la importancia de crear rituales como noches de cine, viajes anuales o celebraciones específicas que fortalezcan el sentido de pertenencia y continuidad emocional en la relación.

Afecto físico

Esta práctica debe ser cotidiana e independiente de la sexualidad. Se destaca como un componente esencial para mantener la felicidad en el matrimonio.

Expertos aseguraron que gestos como tomarse de la mano, acariciar la espalda de la pareja, abrazarse al despedirse o un beso antes de ir a dormir, son formas extraordinarias de reforzar el vínculo afectivo.