Gritos por el medioambiente de dos jóvenes colombianos retumban en A. Latina
Camilo Andrés Ramírez y Laura Serna denotan esperanza por un futuro en el que caben todos. Su activismo los ha llevado a llevarse un merecido protagonismo.
Se estima que en Colombia hay más de 500 mil ‘influencers’, quienes en 2022 alcanzaron los $26.555 millones en ventas digitales, cualquiera diría que es un futuro seguro y prometedor, pues un solo creador de contenido —dependiendo de sus seguidores—puede llegar a obtener cerca de 30 millones de pesos por un post en Instagram o incluso una storie.
Ese no es el futuro con el que sueñan Laura Serna y Camilo Andrés Ramírez. Ambos coinciden en que los jóvenes deberían impulsar la conciencia ambiental y el liderazgo en esta materia. Una preocupación que concierne desde los más pequeños, hasta los más grandes. Y en el marco del Día de la Tierra, es importante visibilizar sus trabajos para cuidar de ella.
Laura es una joven de 25 años de edad afrodescendiente y que saca pecho al relucir sus raíces: orgullosamente chocoana. Sin duda es una de las líderes—aunque no se considere como tal—que más ha hecho por el Acuerdo de Escazú en Colombia, uno de los procesos más importantes en toda América Latina en materia ambiental.
El Acuerdo de Escazú se trata de un compromiso ambiental que tiene el objeto de garantizar el acceso de todas las personas a la información y participación en los procesos de toma de decisiones ambientales que afectan su vida y el entorno, así como a la justicia cuando estos derechos han sido vulnerados.
“Todavía no me considero una lideresa o activista ambiental, creo que más bien que soy una profesional y una ciudadana que está activa en los procesos y que considera fundamental fortalecer sobre todo las capacidades de las personas y fortalecer los espacios de participación entre la ciudadanía, el Estado y los otros actores de la sociedad”, contó.
Para Laura ser líder ambiental no es fácil y, lo más complicado, es que muchas de esas personas eligen cumplir este rol, en parte, porque las condiciones obligan a ello.
“La transferencia intergeneracional de lo que significa el liderazgo en el territorio se ha perdido porque obviamente ser líder no es fácil, no solamente por las condiciones sociales que puedan haber alrededor, sino también por las condiciones de vida que están alrededor, porque muchas veces no se elige ser líder ambiental, sino que las circunstancias llevan a que las personas tengan que asumir ese rol”.
Además considera que parte de los obstáculos tienen que ver con que los liderazgos no tienen un impacto a gran escala y para ella es necesario que a través del “liderazgo en territorio se generan escenarios de gobernanza que son fundamentales para un territorio como el colombiano”.
Ser una de las Champions de Escazú se convirtió en uno de sus mayores logros tanto personal como profesional. Su responsabilidad es contribuir a la difusión e implementación del Acuerdo a nivel regional y nacional, impulsar el proceso en cada una de sus etapas y ayudar a que todas las personas conozcan de qué trata el Acuerdo y cuál es su importancia.
“Es un honor para mí porque obviamente pues es un proceso de de selección muy amplio y pues solamente seleccionaron las cinco personas en Latinoamérica y el Caribe (...) también me alegra mucho todo el proceso que se ha desarrollado capacitando a líderes jóvenes de diferentes territorios a través de Raíces (Red de jóvenes por la democracia ambiental en las regiones de Colombia)”, expresó.
Su llamado es contundente: “necesitamos ser conscientes y ser responsables como ciudadanos del momento en el que estamos viviendo, momentos de crisis, económica, social y ambiental, en donde es clave que la forma en la que nos pensemos el desarrollo de nuestras sociedades y de nuestros territorios, tenga un enfoque de derechos humanos y ambiental”.
Con 26 años Camilo Andrés Ramírez lleva una carga a sus espaldas, pero una que porta con orgullo: haber sido uno de los jóvenes delegados para representar a Colombia en la Conferencia Evidencia Científica y Políticas Públicas: Cambio Climático en América de la Unicef.
“Mi mesa era el tema de océanos y al final se recogieron las perspectivas de lo que está pasando en el territorio en donde estábamos frente al cambio climático, en ese entonces estaba en el Pacífico colombiano”, contó.
Su amor y pasión por el cuidado de los océanos y ecosistemas comenzó en 2017 cuando fue parte de la ONG EcoPazifico para apoyar la limpieza de playas en el Parque Nacional Natural Uramba Bahía Málaga.
Camilo no solo busca proteger nuestros ecosistemas, sino también hacer pedagogía medioambiental.
“Todo el tema de mi activismo nace por la conexión con los océanos y tenía en mente siempre estar viajando al territorio apoyando estas causas sociales, porque la idea era también trabajar con la comunidad y hacer un poco también de pedagogía ambiental”, afirmó.
Luego fue voluntario del Movimiento Ambientalista Colombiano apoyando la instalación de paneles solares en zonas no interconectadas como colegios rurales en Vichada y Guainía.
Para Camilo, “el activismo comprende dar ejemplo frente a las situaciones y problemáticas que tanto nos agobian”, pero con grandes dificultades.
“Colombia es uno de los países más peligrosos para defender el ambiente. Yo puedo ser un activista ambiental, pero puedo estar haciéndolo en la ciudad, lo que es totalmente diferente a hacer activismo en los territorios”, puntualizó.
La unión y apropiación son las claves para Camilo. “El mensaje para los jóvenes es unirnos. entender qué pasa en nuestros territorios y apropiarse de su lugar de nacimiento (...) la idea es también incentivar a que los jóvenes también se apropien de esos temas, el día de mañana los líderes externos de los proyectos se van del territorio y el proyecto queda así”, manifestó.
Plásticos Preciosos Uramba es el nuevo proyecto en el que está trabajando Camilo en el Pacífico. “Es un proyecto que se enfoca en la educación ambiental enfocado en los residuos sólidos que se generan en el territorio. Hay dos líneas: el tema de la educación ambiental y la otra es la transformación del plástico”.
Su activismo se ha transformado en pedagogía, la invaluable labor de enseñar. Realiza talleres de educación ambiental con la comunidad y se explica cuál es la problemática del plástico en el territorio. Asimismo, cuando se realizan las limpiezas de playa que se hacen con las personas que participan del taller, Camilo se dedica a explicar la transformación del plástico.
Sin duda los océanos se han convertido en una sola parte de su gigante activismo ambiental en el mundo.
