Cuatro artistas víctimas de la magia negra, relatan su desdicha

Tras la muerte del cantante de Música Popular Darío Gómez, en julio pasado, salió a flote un dato que estremeció a muchos.

El denominado ‘Rey del Despecho’ asesinó de manera accidental a su padre (Marcos Gómez Múnera) con una escopeta, debido a que afirmó que su progenitor estaba siendo influenciado por un conjuro con yerbas que le hacía decir cosas sin sentido y amenazar constantemente a su familia.

El hecho ocurrió en 1975, un año antes de que el intérprete de Nadie es eterno en el mundo grabara su primer álbum profesional.

Una de esas noches en las que su papá golpeaba bruscamente a su madre, Darío tomó la escopeta con la que su padre pretendía acabar con la vida de la madre de sus hijos, y la disparó accidentalmente, propinándole un disparo certero.

'A mi papá lo enyerbó una amante, le dieron el bebedizo tan concentrado que se le dio por matar a mi mamá, él llegaba a la casa y cuando tenía muchos celos, nos decía que la tenía que matar y también a nosotros. Eso fue terrible, él comenzó a adelgazarse, la pasaba muy mal', contó el cantautor paisa.

Quizás este sea uno de los casos más trágicos, sin embargo, el antropólogo Esteban Cruz Niño luego de una seria investigación también logró entrevistar a otras celebridades como los actores Luis Tamayo y Naren Daryanani, y a los cantantes Greeicy Rendón y El Charrito Negro, quienes han sido víctimas de la magia negra.

En su exitoso Libro negro de la brujería en Colombia, el Magíster en Historia y también catedrático, presenta sus testimonios, los cuales van atrapando a los lectores desde el primer capítulo que es protagonizado por el experimentado actor costeño Luis Tamayo, recordado por papeles icónicos como el de Cidro ‘el palabrero’ en la telenovela Guajira.

Este dramaturgo oriundo de Plato, Magdalena, es el primero en contar su drama, que da fe está ligado a fuerzas oscuras. Su carrera venía en ascenso, tras el éxito de Guajira en 1996, su rostro comenzó a aparecer en las portadas de distintas revistas.

También integró el elenco de Francisco el Matemático, Cartas de amor, Pandilla, guerra y paz, entre otras producciones, pero en 2010 su mundo se derrumbó.

'Mis amigos dejaron de hablarme, nadie me saludaba ni me contestaba el teléfono, fue algo muy raro; al rato me quedé sin empleo, solo llegaban mensajes de cobros y deudas. Me sentía deprimido, tanto que empecé a pensar en quitarme la vida', declaró el sexagenario hombre.

Para salir de la crisis, el artista que hoy está radicado en España, puso a la venta sus electrodomésticos y muebles por internet, y un comprador lo estafó con un cheque sin fondo.

Pese a su talento y prestigio, era rechazado de los casting y como si fuese poco se enfermó. 'En el apartamento comenzaron a pasar cosas extrañas. La radio se encendía sola (…) Estallé en llanto, mientras me secaba las lágrimas, me entró un mensaje al Messenger de un desconocido que me dijo que me habían hecho un entierro y que él podía ayudarme. Le dije cuánto me cobraría y me respondió que solo quería ayudarme', detalló.

Resumiendo un poco el relato del magdalenense, accedió a la propuesta y días después fue contratado para un cortometraje.

Posteriormente, tuvo un encuentro con el enigmático hombre en el cementerio Jardines del Recuerdo en Bogotá y juntos desenterraron dos muñecos antropomorfos amarrados con cabello, alambres, un tabaco a medio fumar y unos clavos que atravesaban la cabeza y los genitales. 'Los ponen para separar a la gente del amor, los amigos y causar daño', le explicó el extraño.

Un caso similar al de Luis Tamayo vivió su colega Naren Daryanani, recordado por su papel de Federico en la serie Padres e Hijos. El bogotano sostuvo que una mujer a la que rechazó le arrojó un maleficio que provocó que su rostro desapareciera de la pantalla chica, luego de que le llovieran contratos como actor y modelo de varios comerciales.

'Después de haber tenido un contrato de exclusividad para actuar en La sombra del deseo junto a Amparo Grisales, ninguna productora me volvió a llamar, lo que me parecía insólito porque nunca había tenido problemas para conseguir trabajo. No me preocupé, pues tenía suficientes ahorros, pero cuando fui al banco me informaron que el saldo estaba en rojo, que mi cuenta había sido hackeada, y no podían responderme'.

Para desestresarse se fue a jugar a fútbol con unos amigos y recibió una patada en un testículo, por lo que permaneció más de 40 días internado, sin que tuviera un diagnóstico claro. Incluso bajo 16 kilos de manera inexplicable.

Más tarde se le desprendió el bíceps, también se fracturó el manguito rotador. Además, le detectaron una hernia inguinal, otra umbilical y una lesión en la columna.

'Pese a que me mudé a Chile con una nueva pareja, sentía que el mal me perseguía, allá intenté iniciar una nueva vida, pero la fractura en la columna fue fuerte. Finalmente terminé mi nueva relación y tirado en la cama de un hospital luego de que un perro me devorara un dedo de la mano (…) Gracias a una mujer que me escribió por correo y me dijo como combatir el maleficio, logré salir del fondo y decirle adiós a esa idea oscura de quitarme la vida y así se cortó la mala racha'.

La caleña Greeicy Rendón, una de las figuras femeninas más destacadas del Pop Latino y la Música Urbana en 2017 reveló que había sufrido situaciones anómalas. 'Empezaron a pasarme cosas muy extrañas; me desesperaba de noche, tenía pesadillas, escuchaba ruidos. A donde yo llegaba, la gente se iba, me deprimí, era como si algo me controlara, hasta me fastidiaba la música y el baile, cosas que me han apasionado desde niña'. Con el transcurrir del tiempo la intérprete de Amantes, buscó ayuda y entró en contacto con dos personas que se transformaron en sus guías espirituales: 'Me revelaron el nombre de la persona que me había hecho brujería, no lo podía creer, y también mencionaron el nombre de otra persona que había trabajado conmigo. La enfrenté en un set de grabación y no me levantó la mirada'.

El cantante de Música Popular Juan Gabriel González, conocido como El Charrito Negro, reveló que fue raptado por una criatura humanoide en zona rural del municipio de Ceilán, en el Valle del Cauca. 'Era una persona de estatura bajita, que tenía sombrero grande y dejaba una sola huella (...) Duré tres días perdido en unos pastales desconocidos entre los que escuchaba música y voces de personas que no podía ver'.

También relató que le han atacado mucho la garganta.

'Una vez en Nueva York se me acercó un sacerdote que me dijo que era un exorcista certificado por la Iglesia católica y me reveló que me tenían puesto en un altar para quemarme y hacerme daño'.

El misticismo, la magia y la cultura popular son los secretos mágicos de este libro cuyo autor dijo a esta Casa Editorial que ha servido 'para destaparle el alma a Colombia'.