Barranquilla: 210 años de la llegada de las vacas
Próxima a su cumpleaños, ‘La Arenosa’ llevará a cabo un ejercicio de memoria histórica con la presentación de 30 vacas que serán pintadas por artistas atlanticenses.
Nacida frente al alba y en el sitio de la brisa, y con un nombre claro para decirlo en medio de una sonrisa el Caribe dio a luz a Barranquilla.
Una tierra de mágicos saberes, rodeada no solo de tradición y ancestralidad, sino que su estirpe histórica está engalanada por la libertad.
Tras estar próxima a cumplir 210 años, los relatos de sus manifiestos fundacionales vuelven a contarse.
A diferencia de ciudades como Cartagena o Santa Marta; Barranquilla no fue fundada por un conquistador español de acuerdo a los protocolos de la época, sino que fue erigida villa por un acuerdo de cordialidad emitido por la Capital del entonces departamento del Gran Bolívar.
Sin embargo, la narrativa de su fundación como ciudad siempre se ha debatido entre el mito y la ciencia, situación que se evidencia en otras ciudades en el mundo que recurren a lo mitológico para evidenciar su surgimiento, tal como Roma, Atenas o Santiago de Compostela.
A principios de los años cuarenta el escritor Ramón Vinyes, el sabio catalán de Cien años de soledad, llamaba la atención sobre lo inasible de las huellas históricas de la ciudad y la dificultad para hilvanar un relato consistente de su historia.
Ante la necesidad de tener un relato por contar, Barranquilla basó la memoria de sus inicios en un mito fundacional que duró vigente en los ciudadanos por poca más de un siglo.
La versión explicaba el surgimiento de la capital del Atlántico a partir de la migración de los pastores de ganado de Galapa, quienes se trasladaban a paso de descanso hasta Barranquilla para poner a pastar a sus bestias.
La picaresca narración popular se convirtió en la leyenda de las vacas fundadoras, las cuales inclusión sirvieron para explicar parte de la planeación urbanística de la ciudad que se tendría después.
Sin embargo, no fue sólo hasta finales del siglo XX cuando se comenzó a reemplazar este discurso por los trabajos académicos de Theodore Nichols, José Agustín Blanco y Carlos Angulo Valdés, entre otros.
Los cuales concluyeron que, “La vía que actualmente une a Galapa con Barranquilla, su trazado, poco se aparta del rumbo que seguía el antiquísimo camino indígena. Corresponde ella al camino que los indios recorrieron cuando buscando el río Magdalena en el trayecto no había si no lomas, arroyos, bosques, caños, ciénagas y pantanos”. José Agustín Blanco - Obras Completas. Tomo 1, Barranquilla, 2011.
En entrevista con EL HERALDO, Francisco Eversley, historiador y docente de la Universidad del Atlántico, comentó acerca de cómo se encuentra presente el mito fundacional en la ciudad.
“Los mitos fundacionales cumplen funciones específicas en los territorios y principalmente llegan a responder la inquietud del ser humano por saber de dónde proviene, un poco de ese tema existencial también lo resuelve la historia”.
Sobre el caso puntual de Barranquilla, Eversley mencionó que este mito funcionó en el periodo deconstructivo de lo correspondiente al Gran Bolívar y el Gran Magdalena.
“En el caso de Barranquilla este primer relato funcionó muy bien para ilustrar ciertos acontecimientos territoriales basados en la desestructuración del Gran Bolívar y el Gran Magdalena, surge el Atlántico como un nuevo departamento intermedio y esta narración acercaba el hecho de que Galapa, una población muchísimo más antigua que Barranquilla también hacia parte del espacio”.
Por otra parte, el mito debe contribuir a la indagación a buscar las respuestas sobre la sociedad donde estamos, en el caso de Barranquilla a ir acercándose a las investigaciones historiográficas y a un ejercicio de memoria.
“Otro de los aspectos en los que el mito fundacional aportaba era en la demostración de que Barranquilla tenía una conexión colonial, que es el referente constante en el que si se tenía una pasado colonial se asumía una mayor prominencia, pero no es así”.
Como una apuesta para fortalecer el ejercicio de memoria histórica, Juancho Jaramillo, desde la Corporación Luis Eduardo Nieta Arteta (Clena), han construido una iniciativa para recordarles a los barranquilleros este mito fundacional.
“Barranquilla es una ciudad que posee dinámicas de concepción muy diferentes a las demás ciudades del Caribe, aún poseemos mitos que nos hacen ricos y que mejor forma de honrar nuestra cultura que a través del arte. Por ello, la idea es incluir vacas pintadas por artistas locales dentro de la ciudad, reafirmando así nuestra identidad”.
‘Vacasquilla’ es una propuesta de incluir en el mobiliario de la ciudad 30 vacas de tamaño real pintadas por artistas atlanticenses, para recordar los orígenes de la ciudad.
“Sin duda estas vacas servirán de referente para conectar el pasado con el futuro, la historia no solo nos permite ver lo mucho que hemos avanzado, sino que también nos oriente a lo mucho que podemos seguir avanzando”.
Finalmente, Jaramillo añadió que el mito sigue haciendo parte de la esencia de los barranquilleros y que recordarlo funciona perfectamente como ejercicio de memoria histórica.
Desde el Archivo histórico, Juan Pablo Mestre, mencionó que, “El Archivo histórico recientemente cumplió 30 años, una fecha que nos enorgullece por en ese periodo de tiempo ha sido un espacio en el que se ha ido reconstruyendo la historia del departamento, a la cual las vacas también pertenecen”.
El concepto artístico de este proyecto está fundado en el diseño de diversos matices temáticos relacionados con la ciudad: la cultura popular, la naturaleza y la ecología, el carnaval, el patrimonio y la historia.
Además de figuras representativas del arte en la historia de la ciudad: bailarines, escritores, pintores, músicos, actores, carnavaleros.
Las vacas estarán en la Plaza de San Nicolás, La Aduana, Plaza de la Paz, Bulevar de Buenavista, Malecón del rio, Galería de la Aduana
pretexto estará girando alrededor de diversos matices temáticos relacionados con la ciudad: la cultura popular, la naturaleza y la ecología, el carnaval, el patrimonio y la historia.
Además de las figuras representativas del arte en la historia de la ciudad: bailarines, escritores, pintores, músicos, actores, carnavaleros.
