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Cuando se piensa en migrar de un automóvil a combustión a uno impulsado por energías alternativas, una de las principales preocupaciones suele ser la duración y el eventual reemplazo de la batería, uno de los componentes clave en estos vehículos. Por esa razón, muchos optan por modelos híbridos con la idea de que las reparaciones serán menos frecuentes y más económicas. No obstante, esa percepción no siempre se ajusta a la realidad.

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Los carros híbridos, a diferencia de los eléctricos puros, combinan un motor a gasolina con un sistema eléctrico que funciona con baterías más compactas. En especial, los modelos conocidos como mild hybrid —los más comunes en el mercado— incorporan generadores de 24 o 48 voltios que asisten al motor en momentos específicos para reducir emisiones contaminantes y mejorar la eficiencia del combustible. Estos sistemas también ayudan a los fabricantes a cumplir normativas medioambientales sin desarrollar híbridos completos, que requieren una tecnología más compleja.

Aunque las baterías de ion de litio utilizadas en este tipo de vehículos tienen una alta durabilidad y fallan muy raramente, en caso de accidentes o daños graves pueden requerir un reemplazo. Aquí es donde los propietarios se enfrentan a una sorpresa: sustituir la batería de un carro híbrido puede ser más costoso que hacerlo en un vehículo completamente eléctrico.

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Esto se explica por el diseño mismo de los sistemas híbridos. Al ser más pequeños, sus baterías deben ofrecer una alta capacidad de carga en un espacio reducido, lo cual incrementa su valor.

De hecho, según estimaciones citadas por el portal especializado Motorpasión.com, el costo de una batería para un híbrido puede superar los 14 millones de pesos, dependiendo del modelo. A esto se suma la dificultad técnica del procedimiento y el costo de la mano de obra, lo cual eleva aún más el valor final de la reparación.

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La Agencia Internacional de Energía también ha destacado esta diferencia de costos. En 2024, los paquetes de baterías para vehículos híbridos enchufables (PHEV, por sus siglas en inglés) eran, en promedio, tres veces más caros por kilovatio-hora que los de los carros eléctricos. La razón: aunque más pequeños, requieren mayor densidad energética y rendimiento. En cifras prácticas, una batería de 20 kWh para un híbrido podía costar lo mismo que una de 65 kWh para un eléctrico.

A nivel general, se estima que el precio promedio para reparar o cambiar una batería de un auto híbrido ronda los 2.000 euros —más de 9 millones de pesos colombianos al cambio actual— sin contar los gastos adicionales por instalación o ajustes electrónicos.

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Ahora bien, es importante mencionar que estos componentes están diseñados para durar. En condiciones normales de uso, la vida útil de una batería híbrida puede superar los 200.000 kilómetros, por lo que es poco probable que deba reemplazarse durante los primeros años de uso del vehículo. Sin embargo, si ocurre, conviene estar preparado.

Ante un daño en la batería, los expertos no recomiendan intentar reparaciones caseras o improvisadas. Lo más seguro es acudir al servicio técnico autorizado por la marca, donde se puede realizar un diagnóstico completo y determinar si es necesaria la sustitución total del sistema.

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Además, algunos fabricantes ofrecen garantías extendidas sobre estos componentes, por lo que también conviene revisar las condiciones del contrato de compra o del seguro.