A Daniela Gómez no le importó el sol ni el sudor que corría por su frente. A sus 15 años, caminaba detrás de una imagen pequeña de la Virgen del Carmen, llevada en hombros por otros niños como ella. Era una procesión más modesta, pero cargada del mismo amor y la misma devoción de siempre.
Este domingo 13 de julio, en vísperas del día de la Virgen del Carmen, un grupo de infantes realizó su propia celebración, pensada, organizada y vivida por ellos. Daniela, como coordinadora, estuvo preparando todo desde hace semanas con la única recompensa de ver rostros felices y unidos en torno a esta figura religiosa.
Tras la procesión, los niños compartieron un refrigerio bajo la sombra de los árboles. Reían, hablaban de la Virgen y se preparaban para participar en la Eucaristía que se celebraría en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen.
El sacerdote de la parroquia Juan David Rendón, conmovido por el compromiso de Daniela, le dio la oportunidad de hablar durante la homilía y compartir lo que había aprendido durante los nueve días de oración.
“Quise transmitirle un mensaje a los niños y es que, aunque cometamos errores o las cosas no salgan perfectas, Dios lo quiso así. El tiempo de Dios es perfecto, y esta novena me dejó esa enseñanza muy marcada en el corazón”.

Ella y diez pequeños más hacen parte de la iniciativa ‘Niños y Niñas con la Virgen del Carmen’, liderada por el profesor Julio Adán Hernández. Desde el 2020, Gómez hace parte de este grupo, en el que ha tenido la oportunidad de preparar cada día de la novena, del rezo del Rosario y sobretodo, ver la magia de la fe a través de los demás.
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“La preparación fue bastante grande. Organizamos el Rosario con intenciones especiales para niños enfermos, huérfanos, invitamos a la Infancia Misionera, a parroquias vecinas como Nuestra Señora del Socorro y del Rosario. Hubo una banda, banderas, sonido, y lo más bonito fue las caras de los niños, felices, radiantes y los papás, caminando junto a ellos, eso fue precioso”.
Su compromiso ha sido admirable. Le basta con pedir algún permiso en su escuela, el colegio Alexander Von Humboldt, tener la autorización de sus padres y de inmediato ponerse a disposición de un proyecto que ha hecho parte de su vida.
“Para mí la Virgen es un modelo de mujer protectora, un reflejo de lo que aspiro ser, alguien que mire siempre al futuro con esperanza, que cuide a los demás y que viva con los valores que la Virgen nos enseña”.
¿Cómo nació?
Pero, ¿Cuál fue la semilla que germinó este proceso? Para ello, hay que hablar de Julio Adán Hernández, que con el proceso ‘Voz Infantil, Hola Juventud’, ha sido todo un educador de los más pequeños. Contó que cuando se vinculó al Colegio Americano de Barranquilla en 1967 se encontró con figuras como Orlando Fals Borda y Álvaro Cepeda Samudio.

“Yo quise ser sociólogo, y como tal, siempre escuché a Orlando decir que los científicos sociales debíamos hacer algo por las comunidades más vulnerables”.
En su caso, esa población eran los niños y los jóvenes, aquellos que aún no tienen voz en las grandes decisiones, pero que pueden ser protagonistas si se les da la oportunidad.
Ese pensamiento lo acompañó en todo su quehacer educativo y social. “Yo siempre vi en la niñez y la juventud una población vulnerable, pero poderosa, capaz de transformar costumbres sociales”. Y sí, basta con mirar el Carnaval de los Niños, los encuentros de periodismo escolar, y celebraciones como ‘Niños y Niñas con la Virgen del Carmen’, que este 2025 cumple 24 años.
El segundo nombre que orientó su camino fue Álvaro Cepeda Samudio, especialmente por un artículo que encontró apenas llegó al colegio llamado ‘La función educacional del periodismo’. Allí, Cepeda proponía que el periodismo escolar es una necesidad pedagógica, un complemento esencial del aula.
“Orlando Fals Borda decía que los medios de comunicación social son estrategias de posicionamiento social, y así fue como nació ‘Voz Infantil, Hola Juventud’, una plataforma en la que los niños y jóvenes expresan sus ideas y se conocen a sí mismos y a su entorno. “Ese conocimiento de su realidad, de su barrio, de su ciudad, es lo que los lleva a transformarla”.

Y los ejemplos hoy tienen éxito.“El Carnaval de los Niños no nació de una oficina, nació de los pela’os. Ellos propusieron, diseñaron, lideraron. Igual que con la Fiesta de la Virgen del Carmen, que antes era una celebración mundana en una casa de familia, y ahora es una expresión de espiritualidad y organización social con los niños como protagonistas”.
Esa transformación no se ha quedado en Barranquilla. Hernández recuerda cómo ha acompañado procesos similares en Santa Marta, Bello (Antioquia), municipios del Atlántico y otros rincones del país. “El movimiento ha sido grande, sabiendo que lo que comenzó con una idea pedagógica se ha convertido en una revolución infantil que ha transformado la cultura desde abajo, desde los más pequeños”.
Una fe que transforma
Para algunos, la Parroquia Nuestra Señora del Carmen ya es otro hogar. Corren, se persignan y ríen, así como Lucía Gómez Cortés, de10 años. Nació en Barcelona, España, pero desde los 4 años vive en Barranquilla. Hace un año y cuatro meses decidió unirse al proceso porque, como ella misma dice, “nos permite vivir experiencias inolvidables y aprender de los compañeros y del profesor Julio Adán”.
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Con ternura, dice que ha aprendido a obtener toda la fuerza necesaria para cargar la Virgen en la procesión, una figura que no representa una simple imagen para ella. “Es nuestra patrona. Nos cuida, especialmente a los niños. Protege a quienes no tienen hogar o cuyas familias pasan por momentos difíciles. Lo hace con mucho amor”.
A su lado está Gabriel Muñoz Galán, de 12 años, es el más nuevo del grupo. Entró hace apenas dos meses, en mayo, animado por sus padres y su hermana Sofía, quien ya conocía el proceso y hoy está feliz de haber dado ese paso. “Este proceso es muy bonito, aquí uno aprende sobre noticias, sobre buscar información y también a hablar mejor”.
Aunque era su primera vez participando en las actividades de la Virgen del Carmen, Gabriel quedó impresionado. “Fue hermoso ver a tantos niños leyendo, haciendo gozos, participando en dinámicas. Esto forma personas con valores, con sentido social y con amor por su comunidad”.
Desde hace dos años y dos meses, Víctor Montero se ha sumergido en un espacio donde aprender no se limita al salón de clases. Siendo el más reciente, ha sabido hacer del proceso, todo un estilo de vida. “Ha sido una experiencia muy bonita. He aprendido a mejorar mi léxico, a convivir con las personas y a ser cada día más responsable”.

Para este joven barranquillero, la participación en este proceso no es una actividad extracurricular más. Es, como él mismo lo define, una familia. Un espacio donde cada niño es amigo del otro, donde el trabajo en equipo, la empatía y el respaldo mutuo no son discursos, sino prácticas cotidianas. “Si hay un problema, la otra persona siempre está ahí para apoyarte”, cuenta.
Víctor recuerda con claridad que esta propuesta educativa nació hace 48 años, de la mano del profesor Julián Anaya, como un sueño que apostaba por hacer del periodismo escolar una herramienta para empoderar a la niñez.
Actualmente, el grupo que acompaña este proceso ronda entre los 10 y 12 integrantes activos. No parecen muchos, pero cada uno es una voz que, como la de Víctor, cada vez es más escuchada.
La fe también es un pilar. Para él, la Virgen del Carmen representa es una presencia protectora y cercana. “Es una madre que siempre está ahí para apoyarnos y cuidarnos con su manto, en el que nosotros podemos tener un problema y siempre podemos contar que ella va a estar ahí para apoyarnos. Ella está en nuestro alma, está en nuestro corazón”.
Todos la miran con amor. Es su patrona, no hay nada que los convenza de lo contrario cuando ellos mismos se dan cuenta de todo el itinerario con amor y con respeto que se debe establecer para su celebración.
Las flores ya están terminando de colgarse en la estructura donde será puesta para que los feligreses la observen en su día. Como muchos de sus padres, ya le encomiendan algunas peticiones. “Le he hecho mis pedidos en secreto. Todos confiamos en ella y sabemos que si nos portamos bien, siempre seremos afortunados”.