Colombia está de luto. Ha fallecido a los 93 años doña Nydia Quintero, una mujer que dedicó toda su vida a ayudar a los demás, con un corazón generoso y una gran convicción por el valor de servir.
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Nació en Neiva, Huila, el 22 de octubre de 1931, en un hogar donde aprendió, desde niña, la importancia de la familia, los valores y el compromiso con los más necesitados. Hija de Jorge Quintero Céspedes y Adhalía Turbay Ayala, estudió en colegios religiosos y fue formando un carácter que la acompañó hasta el final de sus días.
En 1948 se casó con el entonces joven político Julio César Turbay Ayala, con quien tuvo cuatro hijos. Años después, su esposo llegaría a ser presidente de la República, y ella, la primera dama del país entre 1978 y 1982.
Pero doña Nydia no se conformó con acompañar actos oficiales, sino que decidió usar su cargo para impulsar verdaderos cambios sociales, especialmente en favor de los niños y las familias más vulnerables.
Antes de llegar a la Casa de Nariño, en 1975, había fundado junto a su hija Diana Turbay la Fundación Solidaridad por Colombia, con la que buscaba ayudar a las personas afectadas por desastres naturales y situaciones difíciles. A lo largo de los años, esa organización creció y logró cambiar la vida de miles de colombianos.
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Una de las historias más recordadas ocurrió en Tumaco, en 1979, tras un fuerte tsunami. Doña Nydia viajó hasta allá y ayudó personalmente en la recolección de cuerpos. Allí conoció a un niño afrocolombiano llamado Jhony Fernando Gómez, a quien decidió llevarse a vivir al Palacio Presidencial. Años más tarde, ese niño se convirtió en un profesional y la recibió con orgullo en su tierra.
Durante su tiempo como primera dama, logró importantes avances: amplió la atención del ICBF para niños hasta los 16 años, luchó por los derechos de los menores trabajadores y gestionó la construcción de centros comunitarios en zonas vulnerables de Bogotá.
Pero su legado más grande fue sembrar valores. Ella creía que un país solo puede avanzar si se forma a su gente desde el respeto, la solidaridad y la honestidad. Por eso, cada uno de los programas de su Fundación tenía un mensaje de vida y esperanza.
Caminando por la solidaridad
En 1979 también nació una de sus ideas más queridas: la Caminata de la Solidaridad, que comenzó como un pequeño desfile para ayudar a una institución y se convirtió con los años en una gran celebración nacional.
En sus primeras ediciones estuvieron figuras como Cantinflas y los actores de El Chavo del Ocho. También contó con la presencia de Menudo y Pelé.
En 2016, luego de más de 40 años al frente de la Fundación, entregó el liderazgo a su nieta, María Carolina Hoyos.
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Sin embargo, no todo fueron días de celebración. En 1989, la caminata se canceló por primera y única vez. Pocos días antes de la fecha programada, el país quedó conmocionado con el asesinato del precandidato presidencial Luis Carlos Galán.
En vez del desfile, doña Nydia organizó una misa en la Catedral Primada de Bogotá, a la que llamó ‘Plegaria por la paz’.
Pero el golpe más duro llegó en 1991. Su hija, Diana Turbay, periodista y compañera de vida en la Fundación, fue secuestrada por orden de Pablo Escobar y murió en un fallido operativo de rescate.
Con el alma partida, volvió a la Caminata ese mismo año, porque sabía que su lucha también era la de miles de madres que lloraban en silencio, de niños sin techo, de jóvenes sin rumbo.
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Durante décadas, recorrió más de 170 municipios con brigadas de salud, educación, y asistencia psicológica. Ella creía que solo a través de la solidaridad y la formación en valores se podían sanar las heridas de un país marcado por la inequidad y la violencia.