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Por más de 50 años, Emilio Oviedo ha sido uno de los nombres fundamentales en la historia del vallenato. Ha sido productor, cazatalentos, arreglista, músico, maestro y mentor.

Es el acordeonero que ha grabado con el mayor número de cantantes en este género: 50 en total. Descubrió o impulsó a leyendas como Jorge Oñate, Rafael Orozco, Beto Zabaleta, Miguel Morales, Farid Ortiz y hasta recomendó a Diomedes Díaz para que grabara su primer éxito.

Hoy, con la humildad de siempre, sigue trabajando en nuevas producciones y hablando con pasión sobre su fecunda carrera.

“De los grandes cantantes, el 80 % pasaron primero por mis manos”, dice Emilio Oviedo en diálogo con EL HERALDO. Con voz pausada, pero firme, el veterano músico recuerda con precisión cada momento que marcó su vida artística. “El primero fue Jorge Oñate, el segundo Rafael Orozco. Yo cantaba antes, pero mi voz no era comercial, eso pensaba. Así que decidí hacer lo que hacían las orquestas: buscar un cantante y yo me encargaba del resto”.

CortesíaA Farid Ortiz lo sacó del anónimato y consiguió llevarlo a estudios.

Y así empezó una revolución en el vallenato. En 1969, durante una grabación en Bogotá, le dieron la oportunidad a un joven de La Paz, Cesar, para que grabara un tema. Se llamaba Jorge Oñate. “Cuando le escuché la voz, no grabó una sino ocho canciones. Yo canté cuatro, y así salió el LP Festival Vallenato, ahí comenzó todo”.

Jorge Oñate se quedó en Bogotá y Oviedo volvió a Valledupar, pero seguía con la idea de encontrar nuevas voces. Fue entonces cuando escuchó, por casualidad, a un joven que se acercó a él en una feria en Aguachica mientras le tocaba al gobernador del Cesar. Su nombre era Rafael Orozco. “Yo estaba ronco de tanto cantar, él me ofreció ayuda y cuando cantó me sorprendió. Vivíamos en el mismo barrio, grabamos juntos y ahí se vino el chorro de cantantes”, dice ‘el Comandante’.

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Después llegaron nombres como Beto Zabaleta, Farid Ortiz, Miguel Morales, Freddy Peralta, ‘El Papi’ Díaz, Kike Escobar, Joaco Pertuz… Una lista interminable de voces que, en su mayoría, tuvieron en Emilio Oviedo su primer respaldo.

El ojo clínico del maestro

Pero no solo cantantes han pasado por sus manos, también formó a músicos como Rolando Ochoa, al que convenció de volver a tocar el acordeón cuando ya había abandonado la música. “Lo oí tocando y lo propuse para grabar con Diomedes Dionisio, hijo de Diomedes Díaz. Les dirigí sus primeras dos grabaciones, lo mismo hice con Juan José Granados, con Miguel Morales, con cajeros, bajistas y coristas”.

CortesíaBeto Zabaleta es otro de los talentos que ayudó a forjar.

¿Qué ve Emilio Oviedo en un cantante?, esa es la gran pregunta. “Soy exigente, no busco para mi gusto, sino para el del público. Miro la afinación, el color de voz, la cadencia, la expresión, y si hay algo, lo desarrollo. Codiscos me tenía como productor porque sabían que lo que proponía, pegaba”.

Sobre los grandes cantantes, tiene descripciones precisas. De Diomedes Díaz anota: “Nadie le paraba bolas, le huían, lo veían como un loco de las parrandas, pero yo me la jugué con él. Me lo llevé a Medellín, lo dirigí, y fui quien le puso el apodo de ‘el Cacique de La Junta’, le pedí a Rafael Orozco que lo dijera en el tema Cariñito de mi vida, que fue también su primer éxito como compositor”.

Al preguntarle por Rafael Orozco, ‘el Comandante’ sostiene que tenía un color de voz único. “Fue el segundo que grabó conmigo, lo descubrí cantando en una parranda y cuando lo escuché supe que ahí había un diamante por pulir”.

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El listado de estrellas es largo, pero trata de resumirlo. “Miguel Morales tenía una voz muy similar a la de Rafael Orozco, intentamos grabar juntos, pero hubo compromisos que lo impidieron. Aun así, lo impulsé a seguir su camino y triunfó”.

Por último de Farid Ortiz asegura que fue un hallazgo increíble. “Iba a grabar con Miguel Morales, pero no se pudo. Un locutor me habló de un muchacho que cantaba bien, que vivía en un barrio muy humilde y que solo necesitaba una oportunidad. Terminé metido en una invasión, con los pies en el barro, hasta que llegué a su casa de cartón. Le pedí un casete de una canción que había cantado y me la llevé. No me convencía, pero un amigo me dijo que esa voz con mi acordeón iba a sonar bien, y así fue, todo un éxito”.

Cortesía‘Adelante’ es el álbum que en 1975 grabó con Rafael Orozco.

Sigue activo

Emilio Oviedo no solo ha sido una máquina de hacer estrellas, también ha sido un enamorado del arte. “Vivía en Bucaramanga, tenía un combo, tocaba saxofón de oído, aprendí guitarra, pero me fracturé la mano y la dejé. Siempre fui un loquito de la música, y ese amor fue lo que me llevó a Valledupar”.

Hoy, a sus 82 años de edad y a sus 65 de trayectoria, sigue activo. “Todos los días estoy haciendo producciones, ayudando a nuevos talentos. El vallenato está vivo y necesita de voces con esencia”.