Los serenateros colombianos, que viven de hacer presentaciones en cumpleaños y otras celebraciones con rancheras mexicanas o canciones vallenatas, han tenido que ingeniárselas para aguantar la crisis causada por el coronavirus al tiempo que piden ayuda para no quebrar.
En Colombia, como en la mayoría de la América hispana, la serenata es una tradición, pero ante la pandemia los serenateros tuvieron que 'irse con su música a otra parte'.
Para Janner Marriaga, integrante del mariachi Águilas del Norte, que desde hace una década da serenatas en Barranquilla, en el Caribe colombiano, 'la situación está muy difícil' porque no se les permite trabajar por la cuarentena en vigor en el país desde el pasado 25 de marzo.
'Nos está yendo súper mal porque desde cuándo comenzó esto no hemos podido hacer nada ni nos pueden contratar', dijo a Efe Marriaga, quien junto a colegas de otros grupos musicales pide a las autoridades locales que les permitan trabajar al menos para el Día de la Madre que se celebra el próximo domingo.
'Le pedimos a la Alcaldía que nos deje salir a trabajar para que podamos tocar desde la calle, desde las aceras, desde el bordillo; podemos cumplir con todos los protocolos de seguridad y las familias pueden disfrutar desde sus casas', agregó el músico.
Según dijo, en Barranquilla son 'más de treinta mariachis y cada uno tiene entre ocho y diez músicos, es decir, que la misma cantidad de familias viven una difícil situación por la cuarentena'.
De los salones a la calle
En Cali (suroeste), Alexander Benavides lidera un grupo de músicos de diferentes mariachis que, a pesar de la cuarentena, van tocando por las calles de esta ciudad para ganar algo.
'Decidimos hacer esta campaña social musical porque le queremos llegar de una u otra manera a los hogares con nuestra música mexicana', dijo a Efe.
Benavides agregó que, a pesar de la situación, los mariachis siguen vivos: 'Aquí estamos llegando a cada uno de sus hogares con canciones y este mes de las madres les estamos haciendo un bonito homenaje'.
El artista afirma que en Cali son más de 280 mariachis que para sobrevivir han tenido que apoyarse entre todos porque no han recibido ayuda de ninguna entidad estatal.