
La historia de un emperador y su madre que dio origen al Día de la Santa Cruz
En países como España, Chile, México y Colombia los fieles católicos celebran esta importante fecha.
Hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa, pero también es el Día de la Santa Cruz y eso para la comunidad católica no ha pasado desapercibido.
En esta jornada en varios países se adornan cruces con flores, mientras que se celebran eucaristías que conmemoran la entrega de Jesucristo en la cruz para traer redención y salvación, tal como lo dictamina la doctrina católica.
No obstante, es curioso que las manifestaciones religiosas que perduran al día de hoy se hayan remontado a una historia que se ubica en el siglo IV bajo el imperio de Constantino I.
Cuenta la leyenda que el emperador romano era pagano, sin embargo su madre Helena era una fiel devota de Jesús.
Un día Constantino debía librar una batalla contra su perseguidor Majencio, y tuvo un sueño en el que vio una cruz luminosa que venía acompañado de una voz que le dijo: “Con este signo vencerás”.

Constantino decidió colocar una cruz en varios de sus estandartes y finalmente venció en batalla.
Pese a esto su escepticismo no se iba por completo, y su fe no llegó hasta que su madre tuvo la osadía de ir a buscar la cruz en la que supuestamente había muerto Jesucristo.
Elena de Constantinopla, o ‘Santa Helena’ según las iglesias católicas, luteranas y ortodoxas, hizo un viaje hasta Jerusalén en busca de la Santa Cruz.
En ese momento sus investigaciones la ubicaron en un lugar donde fueron descubiertas tres cruces, que de acuerdo al relato cristiano correspondería a la de Jesús y a la de dos delincuentes que también fueron crucificados.
¿Cómo logró identificar la Santa Cruz? : Una mujer en agonía fue la respuesta.
La mujer tocó una primera cruz que agravó su estado de salud. Al tocar la segunda no tuvo ninguna mejoría, pero la tercera de las cruces la curó milagrosamente.
Convencida de que se trataba de la Santa Cruz, esta fue llevada en procesión por las calles de Jerusalén, y fue el testimonio necesario para que Constantino se convirtiera en el primer emperador en detener la persecución contra los cristianos.
Desde entonces en países con gran influencia católica se celebra este día para exaltar la Santa Cruz, y recordar la proeza de Santa Helena.