Tarea universitaria halló fallas en estudio sobre ivermectina
El estudiante Jack Lawrence dialogó con EL HERALDO. El ensayo sobre el fármaco no ha sido revisado por pares.
El servidor multidisciplinario Research Square, lanzado en 2018, bajó de su plataforma la preimpresión ‘Eficacia y seguridad de la ivermectina para el tratamiento y la profilaxis de la pandemia COVID-19’, liderada por el académico egipcio Ahmed Elgazzar.
Una preimpresión es un artículo que aún no ha sido publicado en revistas científicas y que se encuentra en revisión, como en el caso del artículo que se ha convertido en tendencia en redes sociales. Asimismo, Research Square “es una plataforma multidisciplinaria de preimpresión desarrollada y operada por una empresa del mismo nombre. La plataforma permite a los investigadores compartir su trabajo desde el principio, obtener comentarios y mejorar un artículo antes de enviarlo a una revista”, describe su sitio web.
La polémica desatada por el uso de la ivermectina comenzó cuando Jack Lawrence, un estudiante de maestría en Ciencias Biomédicas de la Universidad de Londres, envió unas apreciaciones a la plataforma en las que afirma haber encontrado inconsistencias en la investigación de Ahmed Elgazzar.
EL HERALDO contactó a través de Twitter al estudiante británico para que explicará por qué y cómo llegó a las deducciones para su trabajo universitario.
“Estoy haciendo una maestría en ciencias biomédicas y para uno de los módulos nos pidieron que escribiéramos un ensayo sobre el artículo de Elgazzar”, explicó Lawrence.
“Cuando comencé a investigar me di cuenta de que los autores parecen haber plagiado, tal vez por accidente, la mayor parte de su introducción”. También analizó los datos ofrecidos por la investigación y decidió consultar con un experto en estadísticas llamado Nick Brown.
“Hablé con Kyle Sheldrick, un médico e investigador de Sydney, Australia, que miró los datos y encontró varios números que no tenían sentido (...) por ejemplo, encontró que para algunas columnas en los datos, la probabilidad de que ocurrieran naturalmente era de 2 en 10 mil millones”, afirma el estudiante británico.
Lawrence se contactó con Gideon Meyerowitz-Katz, epidemiólogo de la Universidad de Wollongong, quien, según él, le dijo que este estudio ha sido uno de los principales utilizados para justificar el tratamiento de cientos de miles o posiblemente millones de pacientes con ivermectina.
“Me dijo que sin este estudio incluido en los metanálisis, que son resúmenes de la evidencia científica, la evidencia del funcionamiento de la ivermectina se debilita significativamente. Debido al tamaño del estudio de Elgazzar y la solidez de sus hallazgos, había servido como una de las mejores pruebas del funcionamiento del fármaco”, afirmó.
Aunque dice no tener nada en contra de la ivermectina, le genera desconfianza el hecho de que los datos sean inconsistentes y está a la espera de que los investigadores egipcios ofrezcan una explicación al respecto.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) han desancosejado su uso. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud señala que los datos actuales “sobre el tratamiento de la covid-19 con ivermectina no son concluyentes. Hasta que se disponga de más datos, la OMS recomienda utilizar este fármaco solo en ensayos clínicos”.
“La ivermectina es un antiparasitario de amplio espectro incluido en la lista de medicamentos esenciales de la OMS como tratamiento de varias enfermedades parasitarias. Se emplea para tratar la oncocercosis (ceguera de los ríos), la estrongiloidiasis y otras geohelmintosis, así como la sarna”, agrega la OMS.