El Heraldo
Estornudar o respirar pueden expulsar partículas que se pueden aerosolizar. 123RF
Salud

Conozca cómo se contagia el virus en el aire

Aprenda a cómo cuidarse en los distintos escenarios de la vida cotidiana.

La aparición en el mundo del nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, impuso un confinamiento masivo. Aunque las recomendaciones persisten (lavado de manos, uso de tapabocas y distanciamiento), con el tiempo expertos han ido estudiando más acerca del virus pandémico. Las cuarentenas se han ido terminando en la mayor parte del mundo y a la humanidad le ha tocado aprender, como se anunciaba, a convivir con este enemigo invisible.

Partiendo del hecho de que el aislamiento, aunque es la medida más recomendada por los epidemiólogos ante la ausencia de una vacuna, no es una posibilidad ante el ritmo de las actividades diarias que han vuelto a tomar su curso. Expertos consultados por EL HERALDO ofrecen pautas de cómo se comporta el virus en los diferentes espacios que, posiblemente, estamos compartiendo con el SARS-CoV-2.

El profesor de la Universidad del Norte Diego Viasus explica que las partículas de saliva, por las que se puede transmitir el virus, tienen  diferentes tamaños: “Las más grandes llamadas ‘gotículas respiratorias’ y las más pequeñas, llamadas ‘aerosoles’. Según la OMS, el virus se propaga principalmente por medio de ‘gotículas respiratorias’ entre personas que estén en contacto cercano. Debido a que las ‘gotículas respiratorias’ son más grandes caen rápidamente al suelo, mientras que los aerosoles pueden mantenerse suspendidas en el aire durante mucho tiempo y viajar a una mayor distancia”.

Por lo anterior, teniendo en cuenta la existencia de los aerosoles, Viasus recuerda que permanecer a distancia de otras personas reduce la exposición. Sin embargo, aclara que no siempre el distanciamiento es suficiente.

“A nivel comunitario, la transmisión por aerosoles podría producirse en entornos específicos, sobre todo en espacios interiores, abarrotados y mal ventilados”.

Aerosolización

El doctor en microbiología e inmunología y profesor de la Universidad del Norte Homero San Juan indicó que las microgotas de saliva pueden reducir su diámetro dependiendo de las condiciones ambientales como la temperatura y la humedad relativa. “Lo cual las hace posible aerosolizarse”, precisó.

Sobre el concepto de la aerosolización, explica que se refiere a  que el aerosol puede recorrer distancias por encima de lo que se esperaba y perdurar suspendida por mayor cantidad de tiempo de la esperada.

En este sentido, la ventilación ‘jugará’ un papel fundamental. A raíz de esto se ha llegado a pensar que el SARS-CoV-2 puede infectar por aerosoles. De hecho, San Juan refiere que es una probabilidad que se ha venido reconociendo de manera creciente. “Sin embargo, se espera que el uso masivo de tapabocas contribuya a reducir la transmisión porque afecta la fuente y al receptor”.

A su vez, el epidemiólogo Jorge Luis Acosta  menciona que el principal canal de transmisión es de persona a persona a través de secreciones, que son principalmente gotículas respiratorias que contienen el virus.

“Estas salen de la persona enferma y pueden llegar a la boca, la nariz o los ojos de una persona expuesta y podría causar la infección. Recordar que también existe transmisión por fómites, que ocurre cuando la persona expuesta tiene contacto con un objeto o una superficie contaminada por el virus”, expresa.

Así mismo, señala que el contagio también depende de la cantidad de virus que sale de la persona enferma y del tiempo en el que se esté en contacto. (Ver recuadro)

Ventilación

Viasus precisa que el contagio de SARS-CoV-2  es más probable en ambientes cerrados que en espacios al aire libre.

“Los resultados de estudios han mostrado que el riesgo de transmisión de Covid-19 en un ambiente cerrado es 20-30 veces mayor en comparación con los espacios al aire libre. La razón más probable es que en ambientes cerrados respiramos una y otra vez las partículas expulsadas por otros al hablar, cantar, toser o gritar, aumentando la posibilidad de que se desarrolle la infección, mientras que en el exterior estas partículas se dispersan rápidamente, reduciendo de forma significativa la cantidad de virus”.

Así las cosas, agrega el experto, en un ambiente cerrado la prevención no puede limitarse solo al uso del tapabocas, el distanciamiento, el lavado de manos y la limpieza y desinfección de superficies. Aunque no logre verse, incluso si todos están usando la mascarilla, cuando un sitio no tiene ventilación, el virus podría transmitirse con mayor facilidad. Pese al distanciamiento, los aerosoles podrían invadir una habitación y contaminar todo el espacio si se mantiene varias horas  en un lugar en el que la calidad del aire interior no es la adecuada.

“Una de las razones (de que haya más riesgo en espacios cerrados) es que el virus podría estar más tiempo suspendido en el aire, lo cual aumentaría la probabilidad de entrar en contacto con ojos, boca o nariz de las personas enfermas”, resalta Acosta.

También en estos contextos existe otra incertidumbre y es la posibilidad de que aún en silencio se pudiera transmitir el virus. “No se sabe si la simple respiración a través de la fosa nasal contribuya a la infección o se alcance a transmitir una alta cantidad de viriones.  Esta es una de las preguntas que no se tiene claridad porque no hay un estudio que se haya hecho para responderla”, pone de presente el doctor Homero San Juan.

Escenarios de riesgo

Así las cosas es preciso conocer cuáles son los escenarios de riesgos más frecuentes en este periodo que han denominado “la nueva normalidad”.  Para ello, se exponen varios casos.

En un primer caso, Acosta señala que en espacios cerrados, no ventilados, en el que se pase más de una hora sin uso de tapabocas se tendría mayor riesgo de contagio.

Fijando la salida a un restaurante como un segundo caso se deberá tener en cuenta con quién se asiste  al lugar y que este tenga la suficiente ventilación. Acosta indica que al asistir a un restaurante con el grupo familiar con el que se convive no existiría un riesgo mayor al usual. 

También Viasus recomienda solo asistir con el núcleo familiar con el que se convive, ya que para comer se retira el tapabocas.

Un tercer caso cotidiano son las reuniones sociales entre amigos o familiares con los que no se convive.  “El riesgo también aumenta cuando nos reunimos con personas que no identificamos como de riesgo (familiares, amigos cercanos, etc) y relajamos las medidas de prevención. Por ejemplo, llega el familiar con todas las medidas, pero apenas entra a la casa se quita el tapabocas y nos juntamos a conversar, abrazarnos, saludo de mano o de beso. Todas estas conductas pueden aumentar el riesgo. Sobre todo cuando la persona está asintomática o presintomática”, advierte Acosta.

Usar transporte público o masivo es otro de los escenarios que evaluaron los expertos.  San Juan explica: “El hecho de que esté con puertas y ventanas cerradas, en teoría si hay un grupo de personas secretando el virus a través de la conversación o por tos o por estornudo previo, la concentración del virus podría aumentarse dentro del espacio interno del vehículo, y si tomamos en cuenta que de pronto no se cuenta con un adecuado sistema de ventilación esto podría aumentar la probabilidad de transmisión”.

No obstante, el mismo experto relaciona que en países como Japón no se ha encontrado que haya un aumento marcado de la transmisión en este tipo de transporte.  “Tal vez esto se explica por el uso masivo del tapabocas y aspectos culturales como el no conversar dentro de los sistemas de transporte”.

Esta práctica de no hablar por teléfono o conversar con otras personas en el interior del transporte masivo pudiera ayudar, en este sentido, a mitigar el riesgo existente.

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