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Con su característico sabor dulce y su elevado contenido de agua —alrededor del 93%—, la sandía es una de las frutas más populares durante la temporada de calor. Además de ser refrescante, aporta vitaminas, antioxidantes y minerales que la convierten en una opción saludable para la mayoría. Sin embargo, su consumo no es recomendable para todos los grupos poblacionales.

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Entre sus componentes sobresalen la vitamina C, fundamental para el sistema inmunológico; el licopeno, antioxidante que contribuye a la salud ósea; y el potasio, que favorece el equilibrio de minerales en el cuerpo. También contiene betacarotenos, beneficiosos para la vista, así como flavonoides y triterpenoides, reconocidos por sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes.

No obstante, algunas condiciones de salud requieren precaución frente a esta fruta.

¿Qué personas deben evitar comer sandía?

  • Personas con diabetes

Uno de los grupos que deben ser especialmente cuidadosos son las personas con diabetes. A pesar de que los azúcares presentes en la sandía son naturales, su ingesta puede provocar elevaciones rápidas en los niveles de glucosa en sangre.

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En estos casos, los nutricionistas recomiendan consumirla en porciones controladas y preferirla entera, no en jugo, ya que al licuarla pierde fibra y aumenta la velocidad de absorción del azúcar.

  • Personas con SII

Otro grupo que debe abstenerse o consultar antes de consumirla son quienes sufren de síndrome del intestino irritable (SII). Esta condición implica seguir una dieta baja en FODMAP, una categoría de carbohidratos de difícil digestión. La sandía, por su alto contenido de fructosa, puede intensificar los síntomas como hinchazón, gases o malestar intestinal.

  • Personas alérgicas

Aunque es menos común, también existe alergia a la sandía. Según la plataforma médica Healthline, los síntomas pueden manifestarse poco después de la ingesta e incluyen urticaria, picazón en la boca, molestias estomacales e incluso vómitos o diarrea.

  • Personas con insuficiencia renal

Por último, los pacientes con insuficiencia renal o que se encuentran en tratamiento de diálisis deben controlar la ingesta de potasio. En estos casos, frutas como la sandía pueden representar un riesgo si se consume en exceso, ya que los riñones deteriorados no logran eliminar eficientemente este mineral del cuerpo.

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En conclusión, aunque la sandía es una fruta saludable y refrescante para la mayoría, no todas las personas pueden disfrutarla sin restricciones. Lo más recomendable es incluirla dentro de un plan alimenticio equilibrado y, en caso de dudas, consultar con un profesional de la salud.