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En el mundo solo existen 391 zonas ecológicas con el título de Reserva de Biósfera. San Andrés, Providencia y Santa Catalina hacen parte de este selecto grupo desde que, en noviembre del 2000, la Unesco lo incluyó en la Red Mundial de Reservas de Biosfera con el nombre de 'Seaflower'.

Con una extensión total de 349.800 km2, Seaflower es el hábitat de más de 400 especies de peces, corales duros y blandos, medusas, moluscos, crustáceos, reptiles y aves. 65.000 km2 de esa reserva fueron convertidos en área marina protegida, adquiriendo el compromiso de desarrollar allí prácticas de pesca sostenible y acompañar de cerca la conservación de los ecosistemas.

En esa misma línea, se ha emprendido el programa 'Más amigos del medio ambiente menos contaminación' que reúne la perspectiva de la administración departamental dentro del plan de desarrollo, que busca mejorar las capacidades técnicas para la prevención, mitigación y reducción del riesgo.

Las acciones realizadas bajo este programa se enfocan en el inicio de los procesos necesarios para consolidar las políticas ambientales que fueron establecidas en las mesas de concertación, que incluyen manejo de agua, residuos, cementerios, acuíferos, entre otros. 'Las actividades consisten en el desarrollo de recolección de residuos, barrido de playas y remoción y enterramiento de algas en la arena. Estas tareas son desarrolladas por personal contratado por el departamento y apoyadas por un vehículo recolector y personal técnico y profesional bajo criterios ambientales'. Explicó Albron Corpus, secretario de servicios públicos y medio ambiente. Además, se ha iniciado proyectos que permitirán ampliar coberturas de suministro de agua a la población y soluciones de sistemas de tratamiento de alcantarillado, se cuenta con personal permanentemente en los espacios públicos y playas que garantizan la recolección de los residuos en los mismos. 'La política de sostenibilidad de recursos marinos y costeros ya muestran resultados positivos, existe hoy en día una secretaria que es responsable de los componentes ambientales que antes no existía', aseguró Corpus. La Secretaría de Agricultura y pesca adelantan programas e control poblacional y protección de especies marinas, asimismo se están ejecutando programas de educación. Se ha logrado entregar subsidios a pescadores artesanales, dotación de motores y kit de seguridad, además del apoyo a pescadores industriales y las alianzas productivas y proyectos agrícolas y pesqueros.

En el proyecto de seguridad marítima, con el apoyo del Plan Fronteras para la Prosperidad, se ha invertido $30.000 millones en la conservación del área marina protegida. Las afectaciones que más impacto genera sobre los ecosistemas son causadas por el hombre. Existe una responsabilidad inherente a las personas sobre el buen uso, aprovechamiento y goce de los servicios ambientales que el archipiélago ofrece.

'El reto es generar mayor conciencia, y lograr que pongamos en práctica lo que ya sabemos. Así las cosas la protección de las playas como servicio ambiental y activo importante de las islas hace parte del atractivo que se constituye en uno de los productos más importantes dentro del panorama de la competitividad turística'. Indicó el secretario de servicios públicos y medio ambiente. San Andrés, Providencia y Santa Catalina brindan la oportunidad de ser testigos de una riqueza marina que asombra por su hermosura, y por el mismo valor que representa para la biodiversidad mundial es necesario que nacionales y extranjeros protejan estos espacios que solo algunos países tienen el privilegio de contar entre sus patrimonios naturales.