“Mi vida ha sido, en esencia, la de un educador”: Alejandro Gaviria
El ministro de Educación entrante, Alejandro Gaviria, le dijo a EL HERALDO que su meta es “la gratuidad en la educación superior”.
El ministro de Educación entrante, Alejandro Gaviria, quiere ser jefe de la cartera de este ramo porque “la educación es fundamental para el cambio social” y asegura que a la anhelada sociedad del conocimiento se llega “moviéndonos hacia una economía que derive sus fortalezas de la educación”.
El economista, que fue ya ministro de Salud y rector de la Universidad de los Andes, y también precandidato presidencial, le dijo a EL HERALDO que el gran objetivo concreto de su gestión será la de lograr “la gratuidad y universalización de la educación superior” en Colombia.
Allí, afirma, están las claves para que la educación en el país sea una educación para la paz, de reivindicación y de inclusión.
¿Cuál será el carácter de su gestión en el Ministerio de Educación?
Mi compromiso es llevar a la práctica una visión que podría resumir en cuatro frases: una educación para la paz, una educación que permita construir una sociedad del conocimiento, una educación que reivindique y visibilice las comunidades étnicas y una educación que sea más incluyente, que gradualmente acoja a todos los que quieren estudiar.
¿En qué consistirá y cómo se financiará el anuncio de la educación gratuita?
Vamos a consolidar inicialmente la gratuidad en la educación superior y los subsidios de sostenimiento para los estudiantes de la educación pública. Después trabajaremos con las universidades, con el SENA y con los institutos técnicos y tecnológicos para aumentar la cobertura, para avanzar hacia la universalidad. El avance dependerá de la disponibilidad de recursos. Pero la voluntad del presidente Gustavo Petro es clara: tenemos que avanzar rápidamente en ese propósito de la universalidad y la gratuidad.
Petro pidió a los mandatarios regionales alistar lotes, ¿cuántos centros educativos, colegios, universidades, se plantean construir?
Esas metas se definirán a su debido tiempo. Estamos apenas en el empalme general. El plan de gobierno está en construcción. Ya las presentaremos en los próximos meses.
¿Qué pasará con el Icetex?
Se va a reformar. Habrá que definir, con base en criterios éticos, en las necesidades y posibilidades, unas políticas concretas de condonación en algunos casos particulares. También vamos a trabajar en el fondeo y la operación para responder a las demandas sociales.
Usted se ha propuesto transformar la sociedad desde la educación, y es uno de los ideales políticos más comunes, pero en la práctica, ¿cómo se hace eso?
Yo empezaría por la dignificación de los maestros y maestras, por promover la confianza en la interacción con el magisterio y las secretarías de salud, y por trabajar con el Ministerio de Cultura para desatar la capacidad creativa de nuestros jóvenes. En este momento ese pronunciamiento es la expresión de una voluntad. Estamos en la construcción de iniciativas concretas.
¿Cómo se llega a una sociedad del conocimiento?
La idea es irnos moviendo hacia una economía que derive sus fortalezas de la educación y la investigación y desarrollo. Por ejemplo, en la agroindustria y la bioeconomía. Dentro de las propuestas concretas está la creación de varios centros especializados de conocimiento.
Los jóvenes que votaron o no por el Pacto Histórico y que salieron a las calles en el paro nacional tienen muchas demandas sobre la educación, ¿cuáles va a cumplir este gobierno?
La demanda mayor es la universalización de la educación superior. Allí, como ya lo dije, haremos énfasis.
¿Cuál será el cambio para los maestros?
Trabajo conjunto, confianza y respeto a los acuerdos
Fecode había dicho que había sido excluido del empalme...
Está incluido. Tiene varios representantes y el tema de los acuerdos sindicales ha sido materia del empalme.
Ya fue ministro de Salud, ¿por qué quiere ser de Educación?
Porque siempre he creído que la educación es fundamental para el cambio social, porque mi vida ha sido en esencia la de un educador, incluso en la política, y porque la igualdad de oportunidades educativas ha sido una preocupación permanente de mi trabajo académico: escribí mi primer libro al respecto hace 20 años.
