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Armando Benedetti quiere ver el mundo arder. O al menos la Casa de Nariño. Exiliado en Venezuela, en un cargo que no quería y ante la imposibilidad de volver a Bogotá, el político barranquillero poco a poco empezó a llenarse de ira por el desaire de Presidencia y la descargó con Laura Sarabia, ex jefe de gabinete, a quien la acusó de traicionar su confianza y de cerrarle la puerta en las oficinas del Gobierno en la capital.