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Por Israel González Díaz

Como lo habían decidido, tras una reunión que realizaron hace 25 días, los habitantes del corregimiento de Rocha, en Arjona (Bolívar), le cerraron las puertas a los comicios regionales.

Según los promotores de la iniciativa, entre otras razones, lo hicieron porque la vía de acceso a la zona se encuentra en muy mal estado y "la clase política los ha mantenido en el abandono".

Los rocheros, como se hacen llamar quienes residen en ese corregimiento, célebre en la región porque ahí nació el popular picó de champeta 'El Rey de Rocha', esta vez se hicieron visibles por medio de una concurrida jornada de manifestaciones y disturbios.

Desde la tarde sábado, cuando la fuerza pública ingresó a la población para hacer llegar el material electoral, los nativos dejaron claro que harían cumplir su palabra.

Una turba se armó de gasolina y mecheros, y le prendió fuego a los cubículos y urnas electorales.

La situación se tornó más violenta cuando otra parte de la población, con machetes y hachas, derribó varios árboles frondosos ubicados a un costado del camino de herradura que conduce al corregimiento, para evitar el ingreso del resto del material electoral.

El domingo, tras los desmanes, el alcalde de Arjona, Orlando Cogollo, dio a conocer que miembros de la Infantería de Marina, la Policía Nacional y el Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, fueron enviados a la zona para garantizar el desarrollo de la jornada electoral.

Para poder llegar nuevamente al corregimiento, la fuerza pública debió cortar con motosierras los árboles que obstaculizaban el paso en la vía. Además, la seguridad fue reforzada con cerca de cincuenta hombres, que hicieron su arribo el domingo.

Tras la nueva llegada de las autoridades a la zona, los ánimos volvieron a caldearse. Miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, lanzaron gases lacrimógenos y emplearon balas de goma para dispersar a los habitantes.

En medio de los disturbios resultaron heridos dos miembros del Esmad. Uno de estos recibió un batazo en la cabeza y otro fue impactado por una bomba hechiza en uno de sus pies; mientras que en la comunidad al menos tres personas sufrieron lesiones por causa de las balas de goma.

Por su parte, varios niños y adultos mayores entraron en pánico como consecuencia de la inhalación de gases lacrimógenos.

El subcomandante de la Policía de Bolívar, coronel César Moreno, acompañado por otros miembros de la fuerza pública, inició diálogos con los líderes de la protesta, con el fin de que la comunidad permitiera que el material electoral fuera ubicado en los puestos de votación.

Sin embargo, tras reiterados altercados verbales, solo pasada LA 1:00 de la tarde, fue posible que el material electoral fuera ubicado en el corregimiento.

Según Jorge Vidales, coordinador de la Misión de Observación Electoral, MOE, Canal del Dique, pese a que las urnas finalmente fueron instaladas, algunos rocheros que tenían intenciones de ejercer su derecho al voto no lo hicieron por temor a ser agredidos por quienes se oponían al desarrollo de la jornada.

El corregimiento de Rocha contaba con un potencial electoral de 1.900 personas. Sin embargo, como ocurrió el año pasado en el corregimiento de Tierrabomba, en Cartagena, sus habitantes decidieron llamar la atención nacional impidiendo el desarrollo de las elecciones.

Reacciones de la comunidad

El líder religioso Moncaris Moreno, quien intervino como mediador tras los desmanes entre la comunidad y la fuerza pública, dijo que lo vivido en Rocha fue el resultado de "la impotencia reprimida de muchos habitantes".

"Intervine para evitar que se presentara un hecho que lamentar, porque la comunidad estaba muy alterada. Sin embargo, quedó reflejado que los habitantes de Rocha están cansados de vivir la misma situación y no confían en la clase política", dijo Moreno.

Por su parte, Betilda Meza, una de las moradoras del corregimiento, denunció que su casa resultó con ventanas rotas y varios de sus familiares con quebrantos físicos.

"La gente tiene todo el derecho a protestar y por eso lo hizo. Nada justifica que las autoridades se hubieran metido a nuestros predios por medio de la violencia. A mi casa le partieron las ventanas y a mis niños tuvieron que llevárselos para que les dieran los primeros auxilios", puntualizó Meza.