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Salud

Dengue: su prevención y control es una labor conjunta

El dengue es considerado una de las enfermedades infecciosas que más afecta al hombre alrededor del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el número de casos anuales superan los 50 millones, de los cuales unos 500.000 corresponden a dengue grave; de estos, 12.500 fallecen por complicaciones.

La situación de la enfermedad en Colombia es muy similar. En 2012, el Instituto Nacional de Salud (INS) reportó más de 53.000 casos de dengue. Para el año 2013, el comportamiento en el país se mantiene elevado: hasta el mes de febrero se han registrado 12.882 casos, de los cuales 333 han sido clasificados como grave. En el caso de Barranquilla, en lo corrido del 2013, ya se han reportad 334 casos, con 11 graves —uno de los cuales cobró la vida de una persona—, según la Secretaría de Salud.

Las cifras de propagación de la enfermedad indican que hay una alta posibilidad de transmisión de la enfermedad, por lo que las alarmas están prendidas a nivel nacional. Aunque el dengue puede afectar a personas de cualquier edad, son más susceptibles los niños, las mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades como diabetes mellitus y enfermedades autoinmunes.

El único medio de trasmisión de la enfermedad es a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti, cuando este se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras. Por eso para prevenir la propagación de la enfermedad lo esencial es evitar la reproducción del mosquito.

“La prevención y control de la infección requiere un compromiso conjunto entre la comunidad, las autoridades de salud y los profesionales que atienden a la comunidad, debido a que aún no hay vacunas para prevenir el dengue ni medicamentos que lo curen”, señala Edgar navarro, director del Departamento de Salud Pública de Uninorte.

El mosquito que transporta el dengue sólo se reproduce en depósitos de agua limpia, en donde depositan sus huevos. Estos depósitos responden a descuidos de las personas, que no eliminan botellas, llantas y otros recipientes en donde puede acumularse el agua lluvia; ni cambian el agua de floreros o bebederos de animales.

Según Navarro, la participación de todos es esencial en cuanto a las buenas prácticas en nuestras viviendas que conlleven a disminuir la reproducción de los mosquitos. Es recomendable desechar los envases plásticos que acumulan agua, cambiar por lo menos cada 2 días los depósitos de agua de bebederos de animales y floreros, lavar las paredes internas de las albercas y tanques con abundante agua, jabón, hipoclorito y un cepillo de cerdas duras de 5 a 10 minutos, por lo menos cada 8 días, y tapar los recipientes con agua para el consumo son apropiadas para este propósito.

Otra aspecto fundamental preventiva es aumentar las barreras de protección para evitar la picadura de los mosquitos. Entre estas acciones están: colocar tela metálica o anjeo en puertas y ventanas, usar toldillo en la cama de los niños y utilizar repelentes contra insectos.

Diversos estudios evidencian que el conocer sobre la trasmisión de la enfermedad y los mecanismos de prevención no es suficiente para controlar el dengue. “Se requiere que todos los miembros de la comunidad, apoyados por las autoridades de salud, actuemos y mantengamos un entorno en la vivienda y en los lugares de trabajo sin la presencia de depósitos que favorezcan la presencia de mosquitos”, recalca Navarro.

Fumigar solo como medida de emergencia. Para controlar la transmisión del dengue, la aplicación de insecticidas, de los cuales los más usados son los fosforados y piretroides, se encuentra indicada únicamente en áreas de riesgo de transmisión como una medida rápida de control en caso de emergencia o brote. La fumigación debe ir acompañada de control físico del mosquito, pues los huevos no se ven afectados por el insecticida.

Cuando una población de mosquitos está expuesta por mucho tiempo al insecticida va creando una resistencia que llega a ser heredada a sus próximas generaciones, que se vuelven inmunes al veneno. Para evitar esto, las autoridades de salud pública tienen un grupo dedicado a la vigilancia de insecticidas que es prioritaria en la vigilancia del dengue.

Epidemias de dengue serán más frecuentes. La doctora Claudia Romero, profesora del Departamento de Medicina de Uninorte y experta investigadora del dengue, dice que las oleadas de epidemia de dengue en los países de las Américas es parecido a lo que se ha vivido en el sureste de Asia, donde se iniciaron epidemias de dengue espaciadas a diez años, luego se fueron acortando los periodos y ahora casi todos los años se presenta nuevamente la epidemia.

Romero indica que debemos estar preparados para estas epidemias que ocurrirán con mayor frecuencia puesto que estamos siguiendo las pautas del sureste asiático y el movimiento migratorio del virus en sus cuatro serotipos, que pueden acarrear desde dengue simple, grave e incluso afectar órganos vitales.

Toda la zona tropical es una zona endémica. El Sistema de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) reportó en los dos primeros meses del año más de 5 mil casos a la largo del país, de los cuales el 74% provenía de departamentos como Huila, Meta, Córdoba, Valle del Cauca, Norte de Santander, Cundinamarca, Tolima, Caquetá, Antioquia, Casanare y Santander.

En Barranquilla han encontrado los cuatro serotipos del virus dengue, lo cual puede ser beneficioso al aumentar la resistencia a la enfermedad en la población, siempre y cuando las cepas no muten.

Según Romero, es importante idear una vacuna y medicamentos que controlen la infección, así como desarrollar métodos de diagnóstico rápido y efectivo que confirme que se trata de una infección de dengue. Así allá se encamina la investigación en el tema.

Uninorte adelanta investigaciones sobre dengue. “Hemos contribuido y aportado fuertemente en el estudio del dengue en el mundo. Desarrollamos un método que permite estimar qué sitios de cría están produciendo mayor número de mosquitos en un área: información provechosa a la hora de tomar medidas de control en esos sitios productores”, afirmó Claudia Romero.

El Ministerio de Salud y Protección Social y la Organización Mundial de la salud adoptaron esta metodología para que fuera aplicada en el mundo. Además, el Grupo de Investigación de Enfermedades Tropicales es el único que posee el primer modelo animal en el mundo que expone órganos afectados por el virus.

 

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