
La esperada reforma migratoria de Cuba, una de las medidas más populares emprendidas por el presidente Raúl Castro, entró ayer en vigor con la supresión de restricciones para viajar al exterior y medidas para facilitar las visitas de emigrados a la isla.
A partir de ayer, los cubanos solo necesitarán para viajar al extranjero tener su pasaporte corriente en regla y el visado que les exija el país de destino, al quedar suprimidos los restrictivos trámites del permiso de salida y carta de invitación.
La Dirección de Inmigración y Extranjería (DIE) de Cuba asegura tener “todas las condiciones creadas” para ofrecer sus servicios en las 195 oficinas habilitadas en el país para expedir nuevos pasaportes.
Para obtenerlo, solo será necesario mostrar el carné de identidad, excepto en el caso de los menores de edad, quienes deben ser autorizados por sus padres o representantes legales.
Los pasaportes emitidos antes de este 14 de enero a mayores de 18 serán actualizados “de oficio”, sin recurrir a las oficinas, y en el caso de los menores sí deben renovarse.
El pasaporte cubano es válido por dos años, prorrogable por igual término hasta una vigencia total de seis meses.
Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), destacó ayer en un editorial que con esta reforma Cuba da un paso más “para lograr que los movimientos migratorios sean de forma legal, ordenada y segura, así como para fortalecer la relación con la emigración”.
“Son medidas aprobadas por decisión soberana del Estado y no responden a presiones ni imposiciones de nadie”, destaca el diario.
En el día en que se activa la actualización migratoria cubana, Granma critica que EU, donde residen el 85,7 por ciento de los cubanos emigrados, “ha utilizado históricamente su política migratoria hacia Cuba con fines de hostilidad, subversión y desestabilización y contra los intereses legítimos” de la isla.
EFE