Jesús Rico"El país está a la espera de una reforma agraria que le permita al pequeño productor campesino tener acceso a la tierra.

En medio del proceso de paz que el Gobierno ha iniciado con las Farc, el sector rural jugará un papel importante para que las negociaciones nos lleven a soluciones definitivas al conflicto.

Históricamente, la estructura del sector ha sido usada como excusa para tomar las armas, por lo que su desarrollo podría desincentivar el surgimiento de nuevos conflictos internos.

Sin embargo, en los últimos años el desempeño del agro colombiano no ha sido el esperado. La llamada “locomotora de la agricultura” aún no despega a pesar de la existencia de precios de alimentos al alza, tanto a nivel local como internacional. Así que se puede decir que el problema puede ser de corte estructural y no por falta de demanda.

Entre las características propias del sector que obstaculizan el desarrollo rural en el país, se destaca el hecho de que la propiedad del suelo esté cada vez más concentrada. Además, su uso rentista e ineficiente han impedido que el sector vaya de la mano con la dinámica del país en los últimos tiempos. Sumado a esto, el campo ha sido el escenario de la violencia del conflicto armado.

Para Luis Vicente Támara, ex viceministro de Agricultura, un ejemplo de esto es el sector ganadero. “El sistema que prevalece en la producción ganadera, se basa en una visión feudal aferrada a la tierra y su valorización, contrario a lo que se requiere para aumentar la productividad, rentabilidad y competitividad”, afirma.

El país carece de una reforma agraria que permita crear el marco para un sector más igualitario y con mayores posibilidades de contribuir al bienestar de los campesinos. Si no es posible una reforma estructural al sector, entonces se demandan estrategias más eficaces para afrontar el letargo que vive la ruralidad.

José Luis Ramos, director del IEEC de Uninorte, opina que el Gobierno de Santos debe diseñar estrategias de financiamiento agrícola para evitar que la tierra productiva, como recurso escaso, se convierta en un activo improductivo.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Agricultura, en la actualidad sólo se siembran 4,9 millones de hectáreas de las 21,5 millones que tienen capacidad agrícola. Esto quiere decir que Colombia desperdicia el 77% de este potencial.

“Una de las soluciones es crear empresas asociativas financiadas con capital semilla del gobierno”, recomienda Ramos. Es importante tener en cuenta que con el TLC existe la posibilidad de penetrar en el mercado norteamericano, cuya demanda por alimentos ha sido creciente en las ultimas décadas.

Pero los estándares de sanidad e inocuidad nacional aún no están acordes con todos los requerimientos de los países desarrollados, que son nuestros potenciales compradores.

Támara asegura que mediante el uso de tecnologías que contribuyan a la agregación de valor y productos más sofisticados, podremos aumentar nuestra producción y vender mayor cantidad de mejores productos, tanto en el mercado local como internacional.

Sin duda el éxito del agro del país debe ser una estrategia de competitividad basada en la tecnología, lo que daría la posibilidad de diversificar el portafolio de productos alimenticios hacia los mercados internacionales.

El sector agrícola todavía no se ha modernizado, pero con las propuestas del gobierno y las oportunidades de emprender la empresa exportadora deberá hacerlo lo antes posible.

Clave para la paz. Uno de los aspectos más relevantes del agro en los últimos días tiene que ver con su inclusión como punto clave en la agenda de las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Farc.

Según Ramos, el sector agrícola debe ser un medio para garantizar el fin de la guerra. Mediante una reforma agraria permitiría alcanzar una sociedad más equitativa, pues el pequeño productor campesino tendría acceso a la tierra como propietario y el gobierno sería el promotor de su tecnificación.

Por su parte Támara sostiene que no se debe dejar a un lado la política firme de seguridad que proteja a la población civil que pertenece o produce en el sector rural. Así se evitaría un retroceso en los avances del proceso, la inversión y la producción agropecuaria.

Un agro equitativo, más productivo y con altos niveles de competitividad, por medio de empresas asociativas, le permitirá a Colombia crecer sostenidamente en el largo plazo y enfrentar el resurgimiento del conflicto armado.

Además de voluntad, enfrentar los problemas del sector requiere de la valentía de redistribuir la tierra entre quienes realmente la trabajan, y no en quienes sólo esperan su valorización para venderlas.

Ganadería

De acuerdo con estimaciones del Ministerio de Agricultura, una hectárea plantada genera aproximadamente 12,5 veces más valor que una de ganadería. Sin embargo, en el país y en la región Caribe predomina el sistema de ganadería extensiva.

Támara, dice que para aumentar la productividad, rentabilidad y competitividad del sector ganadero, este debe ser más intensivo en capital, gerencia, generación de valor agregado.

En Colombia, solo 19,3 millones de hectáreas son aptas para la ganadería, pero el ganado pasta en más de 38 millones de hectáreas. Esta ganadería extensiva nos resta potencial agrícola.

Variación anual del valor agregado del sector agrícola en Colombia (Infografía)

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