BOGOTÁ. Durante el foro de la revista 'Semana', llamado 'Reficar: anatomía del escándalo', el presidente de Reficar, Reyes Reinoso, frente a los cuestionamientos que se han hecho por los 4.023 millones de dólares de sobrecostos en la construcción de la Refinería de Cartagena, advirtió que 'no es justo hacer un análisis sin saber que pasa allá, porque este es un proyecto de mucha complejidad'.
Aseguró el directivo que 'una refinería no es un buen negocio pero hace país', y agregó que, entre otros beneficios, 'genera empleo y da crecimiento económico'.
Dijo además que 'hoy Cartagena es otra cosa, llevo tres años y he visto un cambio importante (...). El impacto social es impresionante, Pasacaballos -corregimiento de Cartagena receptor de las labores sociales de Reficar- es otro mundo, muchos de ellos no tenían pisos sino de tierra, o paredes cuando antes tenían tablas'.
Y sentenció: 'gracias a Reficar mucha gente en Cartagena pudo comprar por primera vez un aire acondicionado'.
A su vez, Juan Carlos Echeverry, presidente de Ecopetrol, aseveró que 'al analizar el proyecto hay que tener un equilibrio entre el pasado y el futuro: en el pasado debemos buscar si hubo cosas indebidas, pero en el futuro hay que sacarle valor'.
Contó el funcionario que 'mi problema cuando llegué era terminar la Refinería, se cambió el liderazgo, las crisis son siempre de liderazgo, y entre mayo y octubre aceleramos el proyecto. Porque en un megaproyecto el nivel de complicación es mayúsculo'.
Informó finalmente Echeverry que 'en 2010 empezamos con la nueva construcción, arrancan un año después los cambios de diseño por 1.200 millones de dólares, y en la junta dijimos desde el Ministerio que estaban pudiendo mucho y avanzando muy despacio, entró entonces Reyes, se inició una renegociación con CB&I para reemplazarlo y se trajo un verdor internacional'.