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Millones de estadounidenses votaron ayer en ciudades blindadas y entre negocios tapiados, un panorama extraordinario que reflejó el temor a un estallido de violencia derivado de la extrema polarización que vive el país.

Los primeros colegios electorales de EE.UU. abrieron ayer a las 6:00 a.m. hora local para dar comienzo a una jornada histórica en la que el país decidió entre el actual presidente y candidato republicano, Donald Trump, o su rival, el demócrata Joe Biden.

Los votantes en EE.UU. reclamaron un lugar central en el futuro del país con una afluencia y unas filas que, en algunos centros electorales, comenzaron antes del amanecer con una mezcla de esperanza y ansiedad, debido al ambiente de crispación y fuerte polarización.

Los centros electorales abrieron de manera escalonada en los 50 estados de EE.UU., cuyo territorio está dividido en nueve husos horarios.

Panorama por estados

En Michigan, uno de los estados clave, las zonas rurales son predominantemente republicanas, mientras que las urbanas, como Detroit, son más diversas con una creciente población afroamericana e hispana, por lo que suelen votar por los demócratas, un fenómeno que se repite en todo el país.

Además de Michigan, el foco estaba en Texas, un bastión republicano donde ningún demócrata gana la Presidencia desde hace medio siglo, aunque los sondeos muestran una carrera más ajustada entre Trump y su rival demócrata, Joe Biden, con apenas un punto porcentual de diferencia a favor del actual presidente.

Algunos votantes acudían a sufragar preocupados por la situación en el país.

'Durante todo este tiempo, he metido mi cabeza en la arena, y hoy solo la levanté para poder ir a votar', señaló a Efe Isabel Gómez, mientras depositaba su papeleta en un centro electoral de Arlington.

En este estado, la posibilidad de votar desde el automóvil, como si de un restaurante de autoservicio se tratase, fue habilitada para facilitar la participación de personas en riesgo o con problemas para hacerlo normalmente debido a la pandemia del coronavirus.

En el centro de Filadelfia, en Pensilvania, uno de los estados clave, había pocas personas en los lugares de votación, donde se registraban escasas filas, en medio de cierta tensión, según pudo constatar Efe.

En la zona había una importante presencia policial, con los escaparates y entradas de tiendas, además del acceso a hoteles, tapiados con tablas de madera.

Miedo, violencia e intimidación

Uno de los miedos de los votantes es que haya violencia o intimidación en los centros electorales.

Desde hace semanas, Trump ha pedido a sus seguidores que formen un 'ejército' para acudir a los centros de votación y asegurarse que no haya fraude, algo que el mandatario cree que favorece el voto por correo pese a que numerosos estudios demuestran que eso es extremadamente improbable.

Las urnas empezaron a cerrar entre las 18.00 hora local y las 19.00, pero se contemplaba que el ganador de las elecciones no se conociera anoche debido a la gran cantidad de estadounidenses que han votado por correo o de manera anticipada por la pandemia.

En Chicago, donde tuvieron lugar movilizaciones raciales a mediados de este año, la Policía anunció que permanecería atenta para garantizar la tranquilidad e incluso capacitó a su personal para facilitar que las manifestaciones y grandes concentraciones transcurran 'de manera segura'.

En Florida, otro de los llamados estados claves, las autoridades demócratas denunciaron unas supuestas llamadas telefónicas en las que instaron a los votantes a 'no salir de casa', lo que según explicó el FBI 'obstaculiza su derecho al voto'.