
¿Por qué importan en Colombia las elecciones en EE.UU.?
EL HERALDO consultó al respecto a la canciller Claudia Blum, a internacionalistas y expertos en geopolítica, congresistas oficialistas y de oposición.
La canciller Claudia Blum, internacionalistas, políticos y el sector privado coinciden en señalar en EL HERALDO que los EE. UU. son el primer socio comercial de Colombia y un importante aportante de recursos para la lucha antidrogas, la implementación del acuerdo de paz, el drama de la migración venezolana y, últimamente, para enfrentar la pandemia.
Por ello, ante las justas electorales que miden al presidente republicano Donald Trump y al candidato demócrata Joe Biden, recalcan la necesidad de mantener una relación bilateral con estricto ánimo bipartidista.
“Nuestra relación histórica ha sido y sigue siendo muy fuerte. Colombia y EE.UU. son aliados estratégicos. EE.UU. es el principal socio comercial y de inversión para Colombia. La cooperación es un eje en nuestra relación, de hecho USAID y otras agencias de EE.UU. son nuestros aliados en el desarrollo de proyectos de asistencia técnica, social y humanitaria”, reporta la ministra.
En cuanto a las ayudas durante la pandemia, Blum indica que “EE. UU. ejecutó USD23,6 millones en nuevos recursos y redireccionó USD14 millones de programas existentes para enfrentar la pandemia, adquirir equipos e insumos, proveer agua y saneamiento, administrar casos de COVID-19 y complementar la atención a población vulnerable”.
Agrega la funcionaria que en el campo multilateral “impulsamos acciones conjuntas en Prosur, Alianza del Pacífico y CAN. En la OEA, Colombia está impulsando una Carta Empresarial Interamericana para respaldar al sector productivo en la reactivación. En la ONU y la OCDE la cooperación internacional en la reactivación es el tema central de la agenda. Con las entidades de Naciones Unidas que están en el país, diseñamos un Marco de Respuesta al Impacto Socioeconómico del COVID, que movilizará cooperación por USD122 millones, de los que ya están financiados USD50 millones”.
Y en cuanto a cooperación internacional para atender la migración venezolana en el marco de la pandemia, las agencias han financiado USD126 millones, informa la canciller.
Relaciones desde 1822. El internacionalista Enrique Prieto pone de presente que “con EE. UU. tenemos relaciones diplomáticas desde 1822. Con el TLC, para el 2019 las exportaciones de EE. UU. a Colombia fueron de USD2,5 billones. Ha apoyado la implementación del acuerdo de paz con USD1 billón y Colombia es el aliado más importante en la región Andina en temas de contraterrorismo y lucha contra las drogas”.
Recuerda así mismo que Colombia es el principal aliado de EE.UU. en la región en su campaña contra Maduro y en el tema de la migración ha apoyado a Colombia con USD344 millones”.
Ricardo Abello, experto en derecho internacional, plantea que “en el tema de comercio exterior, EE.UU. siempre ha sido un socio fundamental, gústenos o no la relación con EE. UU. siempre gira en torno a la parte del comercio, sobre todo en estos momentos en que Venezuela dejó de ser el segundo socio. Y nunca ha sido una relación fácil en materia comercial porque siempre han tenido sus prevalencias y privilegios a pesar de ser aliados de Colombia”.
Y Mauricio Jaramillo, experto en geopolítica, dice que “como primer socio comercial los EE. UU. son un actor muy importante en lo que tiene que ver con las ayudas de aquellos productos que por ejemplo salen de la sustitución de cultivos de uso ilícito, y es un mercado enorme en algunos productos sensibles como cueros, flores y sectores de alimentos”.
Esta elección en Washington se ha caracterizado por haber estado ligada a la política colombiana, de lado y lado, pues Trump, por ejemplo, tuiteó: “La anterior administración se rindió ante los narcoterroristas de Colombia. ¿Hay alguien de Colombia aquí? ¿Saben lo que pasa allá, cierto? Biden incluso ha recibido el respaldo del socialista Gustavo Petro”.
A lo que Petro respondió: “El triunfo de Trump representaría que la humanidad ha entrado a su fase terminal”.
Y al Congreso llegó el tema en un debate, sobre el que el senador Iván Cepeda le dijo a este diario: “Hay evidencia abundante con relación a la injerencia en la campaña presidencial de EE. UU. que implica a funcionarios diplomáticos colombianos y a congresistas del Centro Democrático”.
El senador Antonio Sanguino también comentó en este medio: “Trump se ha inmiscuido en los asuntos internos de Colombia, como por ejemplo el proceso penal contra Uribe y estigmatizando a Petro, y sorprende que esto no haya merecido una sola nota de nuestra canciller”.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado en el que afirma que “la Cancillería no tiene conocimiento de que ningún funcionario diplomático u otro funcionario del Ministerio haya sostenido reuniones con miembros de una campaña presidencial en Estados Unidos”.
Entre tanto, el representante de los colombianos en el exterior, Juan David Vélez, del CD, le dijo a este periódico sobre los señalamientos de supuesta injerencia: “Soy un ciudadano colomboamericano y cuando adquirí la ciudadanía adquirí unos derechos constitucionales como el derecho a participar y opinar, y estoy ejerciendo mis derechos constitucionales”.
La senadora uribista María Fernanda Cabal comentó en este diario: “Cuando era la campaña de Hillary el primero que salió a manifestarse fue Santos. Y frente a lo de Petro me supongo que en la campaña de La Florida le han transmitido a Trump información para cautivar electores”.
Para Jaramillo, “que se haya mencionado el nombre de Petro muestra hasta qué punto para Trump es importante que la gente vote con miedo”.
Abello comenta que “lo que busca es alinear todos los que están contra Cuba y Venezuela y tratar de ganar esos votos”.
Y Prieto señala que “es surreal que la política interna de un país periférico como Colombia termine incidiendo en la política interna de un país desarrollado como es EE. UU.”.
La directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana de Barranquilla, Vicky Ibáñez, le dijo a este medio: “Para Barranquilla y Atlántico son importantes las exportaciones a EE. UU., estamos viendo el crecimiento de los productos no minero-energéticos, se han desarrollado mucho los temas de acero, fármacos, metalurgia, los plásticos y ahora los insumos médicos con la pandemia”.
Agregó la ejecutiva que “uno de los trabajos importantes como estrategia de ciudad es ver cómo atraemos más compañías que están saliendo de China a un lugar más cercano con una cultura occidental como es la nuestra, y estamos a dos horas y media de EE. UU. en avión y a tres días de transporte marítimo”.
Ibáñez indicó que en 2019 el total de las exportaciones del Atlántico sumó 1.359 millones de dólares, de los cuales lo minero-energético llegó a 59 millones de dólares y lo no minero-energético se situó en 1.299 millones de dólares. Y el principal producto fueron los insecticidas.
Las exportaciones de Atlántico a EE. UU. en 2019 fueron de 1.359 millones de dólares, y las no minero-energéticas fueron de 1.299 millones de dólares.

Para el internacionalista Mauricio Jaramillo "la posibilidad de que cambie drásticamente la relación de EE.UU. hacia Colombia porque llegue Biden o porque se mantenga Trump son muy pocas. Colombia es importante para EE.UU. pero esos temas no los maneja el presidente solo, son temas que el presidente maneja con funcionarios del Departamento de Estado de vieja data, que tienen mucho que decir. Con el Congreso vamos a ver cómo queda finamente, porque se renueva de todas maneras una parte. Entonces Colombia trata de mantener una buena relación con ambos partidos. El error que ha cometido últimamente el gobierno colombiano, algunos de sus funcionarios, o miembros del Congreso, de hacerle campaña a Trump, es una intromisión a la campaña de EE.UU. y puede ser muy mal visto en el Partido Demócrata en el caso que gane las elecciones. Y el experto en derecho internacional, Ricardo Abello, señala que "con Trump ya sabemos cómo va a ser porque va a seguir el mismo esquema que ha usado hasta el dia de hoy y Trump no es político sino empresario y la diferencia entre ser empresario y ser político es que una persona con la visión del empresario ha estado negociando siempre para obtener un beneficio para él y no para la comunidad".
La canciller Claudia Blum le dijo a este diario que “la lucha contra el narcotráfico es una prioridad nacional, porque es un factor de violencia, corrupción y destrucción social, que ha afectado nuestro desarrollo”.
Agregó la alta funcionaria que “la cooperación y el apoyo de Estados Unidos ha sido esencial para enfrentar ese fenómeno. Desde mucho antes del Plan Colombia ambos países han unido esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico, en erradicación, sustitución de cultivos e interdicción”.
Comentó además que “después del crecimiento desbordado de cultivos ilícitos entre 2013 y 2017, que crearon nueva violencia en el país, la cooperación con Estados Unidos vuelve a cobrar relevancia. En 2018 y 2019, el Gobierno logró reducir el crecimiento de esos cultivos. Este año esperamos erradicar 130.000 hectáreas y la meta para 2023, es tener la mitad de los cultivos que había en 2017”.
Y concluyó la ministra de Relaciones Exteriores que “también los Estados Unidos y Colombia están construyendo la iniciativa ‘Colombia Crece’, plan de acción que incluye inversiones para el desarrollo rural, asistencia técnica, acceso a mercados, infraestructura productiva y vías terciarias, lo que favorecerá también la sustitución de cultivos ilícitos”.
El experto en derecho internacional Ricardo Abello advirtió en relación con la certificación sobre Colombia que emiten los Estados Unidos en temas de lucha antidrogas que “eso tiene una doble mirada. Es injusto que se vean como los veedores de Colombia en esos temas, pero es una decisión y de eso dependen los recursos que destinan unilateralmente, y eso hace que sea una relación muy compleja”.
Y el internacionalista Mauricio Jaramillo indicó en este medio que “el tema de las drogas es muy importante para Estados Unidos. Y para este gobierno, que ha insistido en el enfoque prohibicionista, la relación con Estados Unidos es aún más importante porque Iván Duque y Donald Trump tienen sintonía absoluta en cuanto al hecho de que la única forma de combatir el narcotráfico es atacando la oferta. Colombia con Duque abandonó un poco el discurso en el que se había insistido de corresponsabilidad de los países consumidores. Duque ha insistido en toda esta idea de que hay que rechazar la oferta, que el narcotráfico es una gasolina para grupos terroristas, y Colombia se vuelve un país aún más dependiente y esto hace que lo que pase en Washington sea muy importante”.

La canciller Claudia Blum le dijo a esta casa periodística que “el apoyo de EE.UU. ha sido significativo en distintos campos de la política de Paz con Legalidad. Con EE. UU. se ha llevado a cabo la implementación de proyectos de titulación de tierras y catastro. Además EE.UU. ha respaldado iniciativas en municipios PDET. Las iniciativas en desarrollo rural, innovación y emprendimiento son cruciales para la generación de empleo, en el contexto de la reactivación económica. Esto busca ser complementado con la nueva Estrategia de Cooperación 2020-2024, que será implementada en dichos municipios. Asimismo, EE.UU. ha aportado en el desminado y anunció aportes por USD21 millones para 2020”.
Sin embargo, el senador Iván Cepeda advirtió en este diario que “el respeto y el respaldo al proceso de paz había sido hasta hace poco que comenzó el gobierno de Duque una política bipartidista, pero este gobierno ha hecho un ‘lobby’ para hacer que se le haga daño al proceso de paz desde Washington y para que se convierta en elemento de campaña”.
Y la internacionalista Laura Quijano comentó: “Trump hizo referencia al Acuerdo de Paz en los términos que suele usar muy vagos, diciendo que era un acuerdo terrible y lo llamó el acuerdo Obama-Biden-Santos, y eso es muy grave porque si Trump se da cuenta de que eso le sirve, es decir, lo empieza a usar como un elemento en la campaña, es una grave intromisión en la soberanía colombiana, en el estado de derecho colombiano, porque ese Acuerdo de Paz si bien despierta muchos sentimientos políticos, ya hace parte de las normas de derecho con las que el presidente de EE. UU. no debería estarse metiendo”.