Mujeres víctimas de violencia: un mal que oculta el aislamiento
Autoridades informaron que se incrementaron llamadas pero no las denuncias a los abusos.
Este viernes en el panel ‘Violencia en contra de la mujer en tiempos de confinamiento’, en el marco de la Cátedra Europa que realiza por estos días la Universidad del Norte, las invitadas Paula Arcila, Nancy Gómez, directora del departamento de Comunicación Social y Periodismo del alma mater, y Doris Bolívar, secretaria de la Mujer y Equidad de Género del departamento del Atlántico, con moderación de Carolina Ethel Martínez, consultora en comunicaciones en España, reflexionaron sobre esta problemática.
Los tres ejes temáticos del encuentro fueron la normalización de la violencia de género y sus mitos, conductas naturalizadas y herramientas para hacerle frente a la situación en medio de la emergencia sanitaria.
La normalización de este tipo de violencia, como su nombre lo dice, “son todas aquellas conductas que están naturalizadas e interiorizadas tanto en hombres como en mujeres”, señaló Nancy Gómez.
Doris Bolívar, por su parte, manifestó preocupación por las mujeres desprotegidas, quienes no saben a quién recurrir ante una situación de este tipo. Por ello recalcó en el panel que la línea 3167975969 está a disposición de la comunidad las 24 horas del día.
“La pandemia visibilizó esta problemática que nuestras mujeres están viviendo al interior de su hogar. Durante mucho tiempo pensamos que este era el lugar más seguro para ellas, pero en este periodo de confinamiento descubrimos que no es así”, contó la funcionaria de la Gobernación.
Agregó que se incrementó el reporte de llamadas, pero no de denuncias. “Pudimos observar toda esa violencia intrafamiliar, especialmente en la parte psicológica en un gran porcentaje”, afirmó Bolívar.
Según datos registrados por la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género del Atlántico, durante la cuarentena se recibieron 750 llamadas, se realizaron 3.580 llamadas por seguimiento a casos de mujeres víctimas de violencia de género con abordaje psicosocial y jurídico, y 190 casos fueron atendidos con activación de ruta de atención a mujeres víctimas de este tipo de violencia.
Cegada por el amor prefirió ignorar la ira y los malos tratos de su “enamorado”. Tocó fondo cuando llegó la agresión física, pero antes no atendió a las alertas que le advertían que debía huir de su victimario.
Después de este hecho entendió que minimizar sentimientos, emociones, manipular, gritar u ofender también es violencia. Tras esos episodios de maltrato, Paula Arcila salió de aquel tenebroso túnel.
La comunicadora social, quien actualmente reside en Madrid, España, ha decidido contar su historia para sensibilizar a las mujeres que sufren en silencio por causa de este fenómeno.
Arcila cayó en un ciclo de violencia del cual fue difícil escapar, pero con gallardía asumió su rol de mujer empoderada y luchó por abandonar ese lugar frío y oscuro que, por un tiempo, echó por la borda su amor propio y su dignidad. Dejó esta mala experiencia atrás y define ese trago amargo como “su otra vida” a la que espera “no volver”.
Con los años ha entendido lo valiosa que es y que su felicidad no depende de alguien más. Expresa incertidumbre “por la sociedad machista en la que están creciendo los niños”, porque hay muchas conductas y comportamientos que son naturalizados, pero en realidad son violencia de género.
Ha escrito dos libros en los cuales comparte su historia y extiende un llamado a que denuncien. “Quedarse calladas solo alimentará ese miedo que fortalece a los agresores”, comentó en medio del evento.
