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Bolas de trapo y artesanías de colección de Corozo. Orlando Amador
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La bola de trapo de Corozo, arte de colección con emoción caribe

Howard Angulo cuenta su historia de emprendimiento en la industria creativa, y como Corozo, su marca, busca posicionarse en el Caribe colombiano. Sueños y experiencia de un pequeño emprendedor en la economía naranja.

Howard Angulo ha estado a punto de tirar la toalla con su emprendimiento: Corozo. Hace un mes su hijo de 6 años lo frenó. Disfrutaba con él un encuentro y Gerónimo José le había leído su tristeza. Lo vio preocupado. Esa tarde Howard Angulo había llegado cargado de preguntas sobre cómo encontrar soluciones a las deudas y pagos de su microempresa creativa que elabora artesanías de colección en madera seleccionada y promueve la Región Caribe con obras a mano: la bola de trapo y pinturas de artistas locales. 

Gerónimo José lo invitó a jugar con un aparato móvil, lo sacó de su emoción y juntos disfrutaron. Al final el niño dijo: “Papá perdimos en el juego”. Un silencio como pausa y respiro, y el hijo agregó: “Tranquilo hay que seguir adelante”. 

Howard Angulo, de 35 años y administrador de empresas, recuerda que se le aguaron los ojos. Dice que había recibido esas palabras como la voz que necesitaba calmar los pensamientos. “Cada vez que digo no más, hay un aliento. Sentí la voz de Dios que me habló con mi hijo. Al día siguiente me levanté y aquí estoy con mi proyecto de vida”.

Corozo es hijo de experiencias con jóvenes, el juego, el emprendimiento social y el Caribe. Su creador pasó por Haití, donde hizo pasantías de su pregrado en Los Cayos, comuna del sur de la isla, y una madrugada de regreso a su apartamento evitó una agresión sexual contra una menor. Se la arrancó al agresor y la llevó a donde la madre.

–¿Qué pasa?–preguntó la mamá de la niña a Howard Ángulo. 

Howard contó lo ocurrido,  la mujer escuchó, tomó a la niña de su brazo y la haló hacia dentro de la casa.

–Me acabas de quitar la comida de una semana– dijo la madre de la menor.

 

 

Juego de coca con ilustración de aves en extinción de animales. Orlando Amador

De regreso a Barranquilla en enero de 2014, Howard Angulo creo la fundación ‘Hay más para ti’ para promover desde la lúdica oportunidades en la juventud, y encontró en la bola de trapo el mejor pretexto. Organizó un torneo y el día de la inauguración, con el sancocho cocinándose, las reglas definidas, las puertas, las cervezas y los equipos, nadie había pensado en el protagonista. 

Ese domingo a las 7 de la mañana Angulo estaba desesperado y un vecino lo vio.

–¿Qué le pasa amigo? –le preguntó. 

–No tengo bola de trapo para el campeonato –dijo. 

–Yo tengo un amigo que las hace en Simón Bolívar, por allá en la carrera 4. Si quieres vamos.

Llegaron a donde el chino Noriega, a una calle de la cancha de Simón Bolívar. Tocaron la puerta, el chino abrió con cara de sorprendido por la visita.

– ¿Tendrá bola’e trapo? –preguntaron. 

–Sí debo tener una docena.

–Vendádmelas –dijo Howard Angulo.

Cada bola le costó $7.000, y la cara de felicidad del Chino fue la del vendedor que después de mucho tiempo tiene una buena venta.

–Me interesa hablar con usted, dijo Howard –en estos días lo visito –agregó. 

"Es una marca de enfoque tradicional, que recoge mucho la cultura caribe que impacta en mezcla el arte con la vivencia y el juego, Paola Bayona, especialista en registro de marca.
Trompos de colección sobre una base de madera. Orlando Amador

Howard Angulo había vivido la experiencia de estudiar emprendimiento social en Chile y  contar su iniciativa fuera del país; además investigaba las razones por las que se estaban perdiendo algunas tradiciones del barranquillero. 

La bola de trapo seguía siendo el señuelo aunque el foco no estaba claro. En el segundo encuentro con el chino Noriega, Howard Angulo le preguntó: ¿Qué sientes cuando vendes una bola de trapo? 

“Es como un hijo. Saqué a mi familia adelante con un arte que me enseñó y me dejó mi hermano mayor, quien se desinteresó por un empleo”.
Angulo dice que este fue el motivo para investigar la desaparición de productos de tradición popular e involucrar  otros elementos como el yoyo, el trompo y la coca en un modelo de negocio.

Pero primero nació la marca Corozo y después la empresa, aclara Angulo.  

 

"He ido a muchas conferencias donde se ha dicho que se puede emprender sin dinero; pero hacer prototipos cuesta; vender cuesta, Howard Angulo, administrador de empresas y emprendedor.

Paola Bayona y Fredy Sánchez, especialista en registro de marca, recibieron a Howard Angulo en su oficina el 19 de agosto de 2015. 
–Cuéntame ¿qué quieres hacer? –dijo Bayona.

Angulo puso sobre el escritorio una bola con la cara del Pibe Valderrama pintada por Reinel Miranda.
Paula Andrea Bayona con admiración destacó el producto.
– ¿Y qué piensas hacer con esto?, preguntó Sánchez.
–Hacer un registro de marca o registro de patente– dijo Howard.

Sánchez le aclaró que el arte no se patenta, pero sí cómo se hace el proceso y el producto. 
¿Y qué nombre tiene la idea? –preguntó Sánchez.

En su mente Howard Angulo tenía varias y, ante la duda, Sánchez insistió:
–¿Qué sientes cuándo hablas de la bola de trapo?

Fue la pregunta que él le había hecho al Chino, y Angulo contó todo lo que había investigado y en medio de la conversación dijo:
–Se la puso como un corozo.
–Ahí está tu marca: Corozo. ¿Qué sientes cuando hablas del corozo? –preguntó Sánchez.
–Siento el Caribe, frescura, playa, brisa.
–Eso es la bola de trapo. Me gusta la marca porque se vuelve irreverente. No tiene nada que ver con la fruta. Y siempre tendrás que contar la historia porque es la marca de estos productos.

 

Par de bolos con imágenes del Caribe colombiano. Orlando Amador

Taller propio

La producción a gran escala es uno de los retos que tienen las empresas creativas y de artesanías para dar el salto. Howard Angulo dice que pronto tendrán la Casa Corozo en un sector de El Recreo en Barranquilla. Allí tendrá oficinas y espacios propios de diseño y confección con maquinaria nueva. Los recursos provienen de los recursos del Fondo de Emprender a los que accedieron como el primer emprendimiento de economía naranja, afirma Angulo.

“El proceso es de cero. La bola hacemos un pedido especial. Luego la selección de fotografía como muestra para pintarla en la bola. Ahora hemos dado un diseño de 360 grados antes era solo una cara de la bola.  Las imágenes lo escojo yo. Las imágenes están marcadas con los sitios icónicos o que nos representa a los barranquilleros o la ciudad”.   
Paola Bayona, especialista en registro de marca, dice que Corozo tiene el desafío de mejorar el “pitch” y revisar. “Necesita un inversionista clave para dispararse y le apuesten a su fortalece a la producción en serie e industrial. Lo que más me llama la atención es que nunca está quieto”.

 

Howard Angulo, emprendedor social con sus creaciones. Orlando Amador
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