Compartir:

Carlos Amortegui, un experimentado conductor de tractocamión detuvo su vehículo a un costado de la carretera para observar, deslumbrado pero igualmente preocupado, el paisaje marino del kilómetro 19 en la vía Barranquilla – Ciénaga.

El agreste movimiento de las olas y su cercanía con la carretera, le produjo a este paisa, fascinación, pero igualmente intranquilidad. '¡El agua está que se trepa sobre la vía!', dijo perplejo.

Una exclamación que se ha generalizado y que de diferentes formas y maneras llega a los oídos de las autoridades competentes, y en especial del gobierno del Magdalena.

Es que a nadie le cabe en la cabeza que en ese punto del litoral costero se hayan invertido miles de millones de pesos en obras de control al efecto erosivo y el fenómeno natural siga sin detenerse.

LA OBRA. El departamento reconoce que la erosión camina y que hay pérdida de material, pero también aclaran que los trabajos que se realizaron han dado resultados.

El paradójico concepto es sustentado por el titular de la oficina asesora de gestión del riesgo en el Magdalena, Luis Barraza Escamilla, con la tesis de que ese es un sector que viene sufriendo un proceso de socavación progresivo, pero que hoy estuviese peor si no se hubieren realizado - hace dos años y medio - las obras de protección.

En el 2011 un total de 253 módulos de concreto reforzado marino, prefabricados, con la forma de secciones transversales trapezoidales, anclados unos con otros, que conforman una barrera de arrecifes artificiales, fueron colocados en una longitud de 810 metros.

Cada bloque de 26 toneladas, una altura de 1.90 metros, un arco de 4 metros y un ancho de 3.80 metros, transportados desde los patios de Cormagdalena en Barranquilla, fueron sumergidos a una profundidad de 1.60 metros.

NUEVOS ESTUDIOS. A raíz de la nueva dinámica de socavación que ha tomado el sector del kilómetro 19 de la carretera Barranquilla-Ciénaga, la oficina asesora de gestión del riesgo del Magdalena solicitó a la firma Edgardo Navarro - ejecutora de las obras - y a los especialistas que elaboraron los diseños, explicar las causas que han producido la pérdida de material en dicho sector.

Así las cosas, diseñador y contratista se comprometieron en realizar unas mediciones topográficas y batimétricas en la zona marino-costera y a analizar las distintas variables oceanográficas que permitan determinar las causas del fenómeno presentado en este tramo.

El ingeniero, Fabián Saumeth Pacheco, director de la obra, le dijo a EL HERALDO que el lunes o martes se estarían culminando los trabajos de batimetría y anotó que 'en aproximadamente 10 días la modelación matemática o cálculos de análisis determinarán las acciones que habría que ejecutar'.

PROCESO EROSIVO. Las estadísticas señalan que en 65 años la erosión en este punto de la carretera entre Barranquilla y Ciénaga, ha hecho retroceder la playa alrededor de 800 metros.

En el sector más crítico (km 19+600), la distancia entre la línea de costa y el eje de la vía pasó de 111,93 metros, en diciembre de 2003 a 36,58 metros, en diciembre de 2009, es decir una reducción de casi 76 metros en seis años.

Hoy, entre playa y carretera hay una distancia de tan solo 12 metros.

En caso de que la socavación llegase a la carretera, los efectos que ocasionaría serían grandes.

Por ejemplo, afectaría la movilización de 5.713 vehículos diarios, el 70 por ciento de la carga de la región y la comunicación del interior del país con la costa norte de Colombia.