La importancia de una victoria puede medirse por los obstáculos que fueron necesarios sortear para alcanzarla. Es quizá por esto que las personas involucradas en la fundación y mantenimiento de la Escuela María Auxiliadora de El Uvito (Santo Tomás) celebraban ayer el nombramiento de Lucila Mercedes De la Hoz Rúa como docente de este modesto centro educativo como si fuera todo un triunfo, a pesar de que gran parte de las necesidades básicas de los alumnos y de los profesores continúen evidentemente insatisfechas.
Para comenzar, la escuela no consta más que de un aula, en donde confluyen, en francas condiciones de hacinamiento, más de 100 alumnos campesinos de básica primaria provenientes de veredas y corregimientos ubicados en las jurisdicciones municipales de Santo Tomás, Polonuevo, Sabanalarga y Ponedera.
Las condiciones higiénicas tampoco son las ideales: un solo cuarto de baño sin servicio de agua obliga a menores y docentes a hacer sus necesidades en medio de olores pestilentes.
Otros se sentirían desalentados ante estas condiciones (como, de hecho, se han sentido varios docentes que han abandonado a los pocos días de llegar a trabajar en el lugar), pero si hay algo que brilla y se destaca es la labor de mujeres tenaces y abnegadas como Lucila De la Hoz, o como Teresa de Jesús Polo, cofundadoras de este centro educativo, quienes recuerdan que el proyecto comenzó hace quince años, cuando las clases se dictaban bajo una simple enramada y sin los materiales didácticos más básicos, como tableros y tizas, cuadernos, lápices o pupitres.
Ha sido la voluntad de estas mujeres y la agradecida colaboración de las familias campesinas beneficiadas lo que ha permitido que la María Auxiliadora de El Uvito creciera y se convirtiera en una de las sub-sedes del Colegio Departamental de Oriente.
También han conseguido que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar aporte los alimentos y la Bienestarina que se precisan para completar las meriendas diarias de los menores.
Cabe anotar que el nombramiento de la profesora Lucila (licenciada en Educación Básica de la Universidad del Atlántico) es por el momento solo de carácter provisional y que el mismo había sido anulado tras el último cambio de la administración departamental. Fue solo la presión de los medios de comunicación, “como la de EL HERALDO y la del señor Jorge Cura” –comenta la misma Lucila De la Hoz– lo que hizo que su nombramiento oficial fuera readmitido.
“Ha sido una lucha que hemos librado con las uñas”, comenta Teresa Polo, quien recuerda que además de las labores docentes ellas hacen el papel de enfermeras, madres sustitutas, nutricionistas. “Es muy duro, pero muy bello al mismo tiempo”, asegura.
Por Carlos A. Sourdis P.